El cruce de pruebas en medio del juicio por el homicidio de Julianita, una mujer trans que fue asesinada por arma de fuego en medio de un retén del Ejército en septiembre de 2020, y que estremeció al país, parece estar escribiendo una nueva historia y será la justicia la que evalúe y determine la pregunta que todos quieren conocer: ¿quién la mató?
En principio se daba por hecho que el responsable era el soldado Cristian Saavedra, pero la Fiscalía se interesó poderosamente en una prueba que plantea que los disparos mortales pudieron haber sido a quemarropa, lo que deja la posibilidad que era transportada ya sin vida.
Y sí, es claro que ese día, al no aceptar la solicitud de pare de los militares en un retén militar en el municipio de Miranda, Cauca, el soldado Saavedra disparó y todos los reflectores apuntan a él como acusado. No obstante, SEMANA había revelado el sorprendente giro que estaba dando el caso, con una tesis, amparada en estudios forenses, de que esta mujer de 38 años ya viajaba muerta en el mazda blanco.
La escena y el caso no se olvidan, no solo porque en ese caso la víctima fue una mujer trans, sino por el dolor que expresaba su pareja Francisco Larrañaga, quien lloraba y gritaba: “Me la mataron, me la mataron, mataron a Julianita”, su pareja de 38 años, al parecer, había sido asesinada.
La defensa del soldado, que insiste en su inocencia, ahora arremete con un arsenal de pruebas que incluso han llamado la atención de Fiscalía, que un principio habían presentado en el juicio como responsable al militar, casi sin dejar espacio a la duda. Lo mismo piensa Gloria Díaz, la mamá de Julianita, quien finalmente desde ese día septiembre de 2020, no ha descansado en busca de justicia.
SEMANA revela nuevos y explosivos documentos que ahora forman parte de la investigación. En medio del juicio que acaba de arrancar, la prueba que será más polémica y debatida será justamente el que dice que la muerte de Julianita, por arma de fuego, fue a quemarropa.
El epicentro de la discusión y seguramente la polémica estará en un documento forense según el cual, basado en los hallazgos encontrados en el propio cuerpo de Julianita, y el “tatuaje” que dejaron los impactos de bala, no es posible que se haya realizado desde varios metros de distancia.
“Con base en lo anterior, ausencia de tatuaje en la piel y presencia de tatuaje alrededor de la tabla externa del occipital, permite concluir que se trata de un disparo de contacto firme. Por lo tanto, la distancia entre el punto de contacto y la boca del arma es 0”, este es el radical concepto de hace apenas una semana, emitido por el médico y cirujano formado en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Jairo Castro Muñoz, que para él no deja duda: el disparo fue a muy corta distancia.
Justamente, al inicio del juicio, fue la misma Fiscalía la que solicitó un aplazamiento para evaluar estas nuevas pruebas forenses de la defensa que llegaron a este caso que tiene la atención del país. “Siendo estos necesarios e importantes, a fin de emitir el complemento de orden a Policía Judicial, que se está elaborando, para entrar a descartar o confirmar lo que usted ha venido manifestando en anteriores audiencias”, se lee en el oficio de la Fiscalía Especializada en Derechos Humanos y remitido al juez que lleva el caso.
En ese mismo sentido el abogado del soldado Saavedra, José Luis Villafañe, advierte, como lo señalan sus pruebas, que “la defensa ya le descubrió y entregó a la Fiscalía el informe balístico y de médico forense que señala que el disparo que causo la muerte de Juliana se produjo a contacto, esto es, a distancia 0, porque en el orificio del hueso occipital quedo patente la huella gris de ahumamiento, que únicamente se produce por disparo a contacto”.
Señala además el abogado Villafañe que “igual sucede con la herida en forma de estrella en la epidermis que confirma el disparo a contacto, porque la boca del arma al contacto con la piel, al traspasar la bala, arrastra los gases, se infla la piel en efecto de bolsillo, acumulándolos y terminando con el rompimiento de la epidermis en forma de estrella, tal como se ve en fotos de la autopsia”.
Por estos argumentos, la Fiscalía le pidió al juez 30 días para que sus peritos balísticos y médicos analicen los informes técnicos de la defensa para “descartar” o “continuar” con el proceso, pues desde el inicio del juicio hay una duda, que ha sido plantea desde el principio por la misma Fiscalía, y es que no se puede determinar a ciencia cierta que la muerte haya sido provocada por un disparo de fusil. Con un asunto adicional: en la escena del supuesto crimen nunca fueron encontradas vainillas de los disparos.
Y es que así lo determina un informe justamente de la Policía Judicial que conoció SEMANA y en sus conclusiones dice lo siguiente: “los fragmentos de proyectil, constitución plomo, color gris, no presentan características de clase (estrías, macizos, masa longitud) que permiten determinar su calibre, por lo tanto, no es posible establecer las posibles armas de fuego que los pudieron disparar”.
La Fiscalía entonces acogió la solitud del soldado Saavedra cuando reclamó que “se hace necesario que se investigue si en efecto el señor Carlos Julio Giraldo (Juliana) ya venía muerto, porque constatado por los peritos balísticos de mi defensa era imposible que yo, desde el piso, pudiera efectuar un disparo como el que asegura la Fiscalía que acabó con la vida de la víctima. Además, si bien es muy poco probable que un tiro de fusil se fraccione en la forma como sucedió, lo hallado en el cuerpo no obedece a las características de una herida de un disparo de fusil”. Incluso, en su declaración, el militar señala que pensó en quitarse la vida.
Otro informe pericial de balística, que también forma parte de las pruebas, plantea dudas similares. Por ejemplo, que la herida tiene bordes rasgados de “gran tamaño”, sin tatuaje ni ahumamiento macroscópico y se recuperan fragmentos del núcleo del proyectil. ¿Qué lo ocasiono? Si los disparos a corta distancia dejan residuos de ahumamiento ¿Este halo de color oscuro a que se debe? ¿En qué plano se encontraba el tirador respecto del punto impactado? Pues, según las pruebas, pareciera un disparo hecho de píe, pero los testimonios señalan que el soldado Saavedra activo su arma tirado en el piso.
Pese a estas nuevas pruebas, que serán evaluadas por la Fiscalía, por ahora, según lo expuesto en el juicio, no hay duda: el soldado Saavedra asesinó a Juliana. Por eso lo acusó, lo sentó en juicio y lo mantiene detenido por homicidio en persona protegida, con base en meses de investigaciones, recopilación de pruebas, exámenes forenses, de balística y más de 20 testimonios, incluso de sus propios compañeros.
La mamá de Julianita
Gloria Díaz es la mamá de Julianita, quien lleva más de dos años buscando justicia con el asesinato de su hija, aunque vive en España, no se ha despegado de una sola de las audiencias, reiteradamente aplazadas, que se han dado en este caso, y aunque reconoce la llegada de nuevas pruebas del supuesto asesinato de su hija desde días atrás, ella rechaza esta versión.
“El abogado de Cristian sigue insistiendo que Juliana ya estaba muerta, que llevaba tres días así. Él presentó pruebas, en las que yo no creo, que supuestamente ella fue asesinada a quemarropa. No, no es así, yo sé que a ella la mató el soldado Cristian Saavedra, él fue quien disparó”, afirma con contundencia Gloria Díaz.
Ella basa su certeza en el argumento que “conozco las pruebas de la Fiscalía. Yo conozco las fotos de Juliana el mismo día de la muerte, y ella se ve tranquila, como dormida, su cuerpo está fresco, no como si llevara varios días sin vida”.
El semblante de Juliana en esas fotos, a pocas horas de su muerte, son una prueba suficiente para doña Gloria, le dan tranquilidad porque, asegura, “se ve como dormida, tranquila, así estaba ella cuando fue asesinada”.
Pero la mamá de Juliana se refiere a otra prueba, más contundente que la percepción personal sobre una foto, se trata de un video. En él, señalan, se ve la imagen de Juliana, con vida, en un parqueadero que manejaban en la casa en la que vivían con la familia de Francisco Larrañaga, su pareja.
En las imágenes se ve a Jualiana, a primeras horas del día abriendo el parqueadero, para sacar un carro que se encontraba estacionado en este lugar. Ella aparece en las imágenes y abre la puerta. Según esto, la mujer estaba con vida ese día.
SEMANA se comunicó con Larrañaga, no quiso referirse al caso y también se ha marginado del proceso jurídico, pero ahora está emproblemado, el soldado Saavedra pide que lo investiguen por el delito de agresión contra funcionario público, por haberle tirado el carro encima, lo que generó la trágica reacción.