Ya ha pasado más de un mes desde que se estrelló la avioneta en la selva entre el Guaviare y Caquetá, evento que dejó al piloto fallecido y cuatro niños desaparecidos. Con cientos de servidores públicos buscando a los menores, la Aeronáutica Civil reveló un informe detallado de lo que fueron los últimos momentos del vuelo.
Si bien el documento expuso elementos clave como la ruta que tomó la aeronave antes de chocar, las acciones actuales de búsqueda y la organización de la investigación, lo que también ha llamado la atención de las autoridades es lo que reveló la comunicación con la torre de control.
El desespero y la angustia se evidencian en las palabras que pronunció el piloto. Asimismo, se encargó de informar cada decisión que tomó en medio de las pocas posibilidades que tenía, dadas las condiciones. Esto fue lo que arrojó el reporte:
A las 07:17:06 HL el piloto reportó en frecuencia al ATC: “…Mayday, Mayday, Mayday, 2803, Mayday, Mayday, Mayday, tengo el motor en mínimas, voy a buscar un campo…”, dejando ver que ya había perdido el control de la avioneta.
Solo quince minutos después, a las 07:32:18 HL, el piloto del HK2803 reportó al ATC: “…2803 el motor volvió a coger potencia, estoy a 120NM de San José, en ascenso para 8500…”, relataba el aviador con alguna esperanza.
Y, poco después comunicó sobre las personas que iban con él, agregando: “…2803, seis personas a bordo, y autonomía para tres horas…”.
A las 07:40:22 HL, ocho (8) minutos después, el Piloto del HK2803 reportó al ATC: “…Al momento me encuentro a 109NM de San José en condiciones visuales. Solicito mantener 5500 pies...”.
En ese momento, la torre de control confirmó que recibió el mensaje y le solicitó que reportara lateral a la población de Miraflores – Guaviare.
No obstante, no hubo gran solución y, ya sabiendo lo que sucedió, los siguientes mensajes fueron aún más escalofriantes.
También en el documento, se detalla que a las 07:43:50 HL, tres minutos y 28 segundos (3:28 min) después, el Piloto reportó al ATC: “…Mayday, Mayday, Mayday, 2803, 2803, el motor me volvió a fallar…. voy a buscar un río… aquí tengo un río a la derecha…”.
A las 07:44:18 HL, el Piloto confirmó: “…103 millas fuera de San José… voy a acuatizar…”, siendo este el último grito de auxilio que logró dar.
El aeronauta no volvió a pronunciarse, ni se evidenció más recorrido por parte de la nave Cessna U206G con matrícula HK2803, lo que confirmó que fue alrededor de esa hora que se produjo el fatídico hecho.
Así las cosas, el Operador inició la búsqueda sobre la última posición reportada e información ELT, utilizando varias aeronaves adscritas, sin resultados. Asimismo, la Fuerza Aérea Colombiana desplegó varias aeronaves para efectuar búsqueda con diferentes patrones sin resultados satisfactorios.
Las operaciones de búsqueda continuaron por vía fluvial, con habitantes de la zona que se desplazaron desde el corregimiento Cachiporro. Posteriormente, el 6 de mayo, el Ejército realizó inserción de Comandos de las Fuerzas Especiales en la zona selvática para búsqueda terrestre.
Sin embargo, el 16 de mayo de 2023, a las 9:00 p. m. aproximadamente, los Comandos de las Fuerzas Especiales del Ejército avistaron la aeronave HK2803, accidentada en terreno selvático, en las coordenadas N00º54′18.5″- W072º24′44.3″ en jurisdicción del municipio de Solano, Departamento de Caquetá a 1.49NM al SW del río Apaporis.
“Los tres ocupantes adultos se encontraban en el avión, sin vida. Los otros cuatro ocupantes (menores de edad), no fueron ubicados en el área del accidente, y no había señales de que hubieran resultado heridos, al menos, no de gravedad”, señalaron las autoridades en su momento.
La Operación Esperanza sigue con nuevas pistas
La Operación Esperanza sigue activa, teniéndose conocimiento de que las fuerzas públicas están cada vez más cerca de los niños. Entre tanto, en tal procedimiento, el Ejército ha encontrado nuevas pistas para dar con el paradero de los niños.
De hecho, en las últimas horas, localizaron una huella sobre el terreno fangoso que, por su tamaño, al parecer, pertenecería a Lesly, la niña de 13 años.
“Los Comandos de Fuerzas Especiales, para corroborar que sí se trataba de un indicio perteneciente a alguno de los cuatro niños desaparecidos desde el pasado primero de mayo, realizaron una pisada de uno de los uniformados de talla 40 y la diferencia es evidente”, señaló la entidad.
Por esta razón, ese nuevo indicio llena de motivación y esperanza a las Células Combinadas de Búsqueda que día y noche adelantan tareas de rastreo en el área.
Sin embargo, el más reciente hallazgo había sido el pasado 23 de mayo, cuando fueron localizados en dos lugares diferentes dos pañales, una tapa de tetero y una carcasa de celular.
Así mismo, en el análisis del terreno las Fuerzas Militares han encontrado árboles con frutos propios de la zona. Allí identificaron borojós y mangos silvestres que de ser consumidos pueden servir para aportar nutrientes y fuerza a los menores durante sus recorridos.
Asimismo, en días anteriores, el brigadier general y comandante conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares, Pedro Arnulfo Sánchez Suárez, dio a conocer en diálogo con Colombia Hoy Radio cómo avanza esta incansable búsqueda.
En primer lugar, y a modo de alivio, señaló que la búsqueda está bien encaminada, debido a que encontraron nuevas pruebas que les hace pensar que están cada vez más cerca. “Creemos que hemos pasado a unos 200 o 300 metros de ellos”, señaló el brigadier Sánchez. “Hemos encontrado evidencias y hemos corroborado con los GPS, como cuando hallamos los dos pañales, uno usado, que pasamos a cerca de 100 metros de ellos”.
Además, indicó que con el apoyo de las comunidades indígenas y los comandos encontraron recientemente unas huellas que serían un gran paso para la búsqueda. La hipótesis que manejan sobre el paradero de los cuatro menores de edad es que se hayan dirigido al río San Jorge, un territorio donde no hay asentamientos ni comunidades.
“Creemos que cambiaron de rumbo hacia el norte y al oriente y los indicios nos dicen que irían hacia el río Apaporis. Así se achica la búsqueda con nuestros 119 comandos y 72 indígenas”, señaló el brigadier.
Sánchez también informó que los menores de edad se siguen movilizando en una región tan extensa, la cual permite llegar hasta Quito en Ecuador. Sumado a ello, indicó que la zona cuenta con variedad de animales peligrosos, como serpientes y depredadores, por lo que el instinto de supervivencia es relevante en esta situación.
Los militares han recorrido más de mil kilómetros por toda la selva (1.250), siendo el mismo recorrido que se hace desde Bogotá hasta Quito y regresar hasta Pasto. “Nuestros nombres no se cansan, no en su corazón ni en su alma”, dijo el brigadier al reiterar que la esperanza no está perdida.
Las labores de búsqueda por tierra están siendo integradas por las acciones que otros comandos hacen desde el aire. Por medio de perifoneo, distribución masiva de volantes y kits de supervivencia, han acompañado a los uniformados que están dentro de la selva.