Cuando se hizo la primera mención del covid-19 nunca llegamos a pensar que se propagaría a tanta velocidad, con tanta facilidad y que tendría tal letalidad. Por eso no hubo suficiente preparación para enfrentarlo y la cuarentena inicial nos llegó teniendo múltiples asuntos cotidianos por resolver. Lo más difícil en mi caso han sido tantos inconvenientes para hacer todas las diligencias pendientes y adaptarme a nuevos procedimientos. 

Quizá lo que más me afecta es la severidad del aislamiento social y la deprimente sensación de estar en un callejón sin salida. Por otra parte, ha sido interesante haber encontrado medios para continuar dictando clases y disponer de tiempo para seguir trabajando, y para leer tanto libro aplazado. Pero a la vez veo que la cuarentena está provocando la parálisis de un grupo poblacional aún activo y todavía con mucho que aportar.  No creo que prolongar tanto tiempo la cuarentena para los mayores de 70 años sea la forma más eficaz para actuar frente a la fase de mitigación en que estamos, pues solo busca proteger a un grupo vulnerable sin considerar que no somos el foco más importante de propagación.

Hay que reconocer que todas las medidas adoptadas para enfrentar la pandemia han sido oportunas y científicamente documentadas, pero esta última para los mayores de 70 años la siento muy severa, máxime cuando el gobierno ha realizado una destacada labor de difusión para el auto cuidado.                                   Así mismo, ha levantado ampollas eso de llamar "abuelitos" a los mayores de 70 años, lo cual es una expresión muy tierna, pero que un mal pensado puede interpretar como un eufemismo de viejo endeble e improductivo y por ello debe evitarse. A mí no me causa ningún malestar porque percibo el término como una forma amable del gobierno de referirse a este grupo poblacional, lo que sí encuentro inconveniente es la prolongación misma de la cuarentena sobre la base de tratarse de personas particularmente vulnerables, cuando hay tantas instrucciones para su protección y tantas personas con esa edad que aún son muy productivas.

El incremento tan rápido de contagiados y la forma como ha ocurrido, me pone a pensar que estamos en un verdadero riesgo de estar también en esa condición con todas las consecuencias que se puedan derivar, máxime cuando pudimos enterarnos por los medios de comunicación de lo sucedido en Italia, España, Reino Unido, Estados Unidos, etc. En lo personal tengo el temor de no saber dónde están los focos de la enfermedad y ser contagiado, pues sabemos que es un grave riesgo para la salud y la vida misma.