La guerra urbana que libran por el control del tráfico de estupefacientes en Cartago, Valle del Cauca, la banda delincuencial Los Flacos y una de sus facciones, autodenominada como Nueva Alianza, sería el principal detonante de los más de 70 homicidios que se han presentado en el municipio en lo corrido de este año.
Así lo aseguró, en entrevista con SEMANA, el alcalde Víctor Álvarez, quien dice estar amenazado por estas estructuras criminales. La situación, de hecho, no es nueva, pues la Defensoría del Pueblo ya había emitido semanas atrás una alerta temprana de inminencia en la que advertía sobre posibles vulneraciones de derechos humanos en este y otros dos municipios –Ansermanuevo y El Águila– por cuenta de dichos enfrentamientos.
La violencia que se ha recrudecido en Cartago también obedecería a la entrada de un nuevo contendor a la lucha por el territorio. Se trata de Los Carboneros, banda que al parecer habría unido fuerzas con la Nueva Alianza para lanzarse contra Los Flacos, desencadenando una disputa a sangre y fuego que a su paso ha dejado una oleada de muerte.
Ser la cabeza visible de las autoridades en el municipio le ha valido múltiples intimidaciones, asegura el mandatario. “Cada rato sacan pasquines en los que declaran a varios funcionarios, entre esos a mí, como objetivo militar. Si atacamos a una organización nos acusan de estar aliados con la banda contraria y viceversa”, expone, y señala que la presencia de varias bandas ha dificultado el trabajo de las autoridades.
Álvarez teme por su vida: “En este momento tengo graves problemas de seguridad por esta confrontación. Me amenazan desde todas las bandas involucradas por las capturas que ha hecho la Policía. Temo porque me han hecho estudios que arrojan que estoy en un alto grado de vulnerabilidad”.
En ese sentido, el mandatario hizo una grave denuncia. Afirma que su preocupación aumentará el próximo año, que es electoral, porque habría grupos políticos que quieren favorecer a las bandas que libran la guerra por el control del territorio. “Eso me pone en mayor grado de vulnerabilidad porque hay intereses detrás”, añadió.
Otra situación que preocupa al mandatario es la entrada y posicionamiento de alucinógenos costosos, de los cuales no había tanta presencia, como el tussi. Esta sustancia, al parecer, está ingresando al municipio proveniente del departamento vecino de Risaralda. “Hay alguien desde Pereira que estaría financiando parte de estas organizaciones para que generen las confrontaciones”, dice el alcalde.
De momento, los cabecillas de las estructuras delictivas que tienen azotado a Cartago, entre los que figura alias El Zarco, uno de los hombres más buscados del Valle del Cauca y por quien se han ofrecido cuantiosas recompensas, continúan en libertad.
Hay que recordar que en su alerta temprana de inminencia la Defensoría del Pueblo hizo una serie de recomendaciones a las autoridades, entre las que se destaca incrementar el pie de fuerza y los patrullajes en el territorio. Según Álvarez, el posicionamiento de la Fuerza Pública en su municipio no es lo suficientemente robusto para combatir lo que en su concepto ya no es microtráfico, sino narcotráfico.
“Lo quieren minimizar, pero aquí hay una situación de narcotráfico. Es el ELN es el que surte de narcóticos a todas las bandas criminales”, complementó. Álvarez cerró pidiéndole al Gobierno nacional que, en su afán por implementar su proyecto de ‘paz total’, no abandone la lucha contra la criminalidad y la comercialización de estupefacientes, el eje central de la violencia en su municipio.