SEMANA: ¿Ya está más tranquilo? ¿Sigue insatisfecho porque Roy Barreras le arrebató la presidencia del Senado?

GUSTAVO BOLÍVAR: Yo creo que Gustavo Petro pasa por una etapa de pragmatismo en la que lo más importante es poder cumplir a la gente. Eso implica una agenda legislativa agresiva y conformar unas mayorías en el Congreso. Yo creo que él, en su sabiduría, consideró que la mejor persona para hacer ese enlace con todos los partidos es Roy Barreras. Que quede claro, Petro nos hizo una recomendación, mas no imposición a la bancada. Nos dijo que le parecía que Barreras tiene la experiencia, el puente con todos los partidos. Yo no tengo el puente con el Centro Democrático; él sí. Para Petro es importante que quien dirija el Congreso el primer año, el de las reformas, tenga más experiencia.

SEMANA: ¿El cambio que promete el Pacto Histórico es Roy Barreras?

G.B.: No. En eso me sostengo. Hubiéramos podido buscar la opción de otra persona muy experimentada en el Congreso como el senador Alexánder López, pero bueno, ya pasó, acatamos las decisiones.

SEMANA: ¿Le molestó que María José Pizarro anunciara la designación de Roy Barreras, argumentando consenso y diciendo que era idóneo?

G.B.: Uno no puede llegar a aparentar cosas que no son. Creyeron que el discurso era salir a decir “aquí estamos en alegría y armonía” y no. Hay un país expectante, hay 11,3 millones de electores que están esperando cada paso que damos y para muchos de ellos y nosotros, Roy Barreras no representa el cambio. Había que decir que muchas personas estuvieron en favor de Roy, pero otras no.

SEMANA: Usted ha sido crítico de Roy Barreras, ¿hoy qué piensa de él?

G.B.: Vengo de la generación de los estudiantes de 1991 que detonaron la séptima papeleta para crear una Constitución. Mi lucha ha sido contra una clase política tradicional que fue la que llevó al país a la violencia y a la corrupción, y nunca voy a poder estar de acuerdo con esos sectores. Aclaro: no en la reconciliación. Yo me doy la mano con Roy, lo aprecio y es muy eficiente en lo que hace, pero para mí hace parte de la vieja clase política que llevó al país a la crisis actual.

SEMANA: Esa mentira, según usted, de María José Pizarro, ¿le hace daño al Pacto Histórico? ¿Qué sugeriría?

G.B.: Que seamos sinceros, que cuando haya una discusión se diga la verdad. Nosotros necesitamos gobernar de puertas abiertas. Mucha gente me llama y me dice que no produzca divisiones y yo les respondo: no, es que no se puede decir que todo está bien. Este caso, no marca el inicio de una división en el Pacto Histórico porque ya existió en campaña, sino que es una autocrítica. Y habrá muchas más (...) Yo me acojo a la decisión de la designación de Roy, le colaboraré en lo que pueda, pero tenía que decir que no estaba de acuerdo (...) Yo tengo que levantar la voz cuando me toca y tratar de corregir cosas. Si no decimos nada, entonces mañana nos ponen a otra persona de mala reputación.

SEMANA: ¿Le preocupa que el espacio que se ganó la izquierda se lo terminen apoderando otros sectores políticos?

G.B.: Sí, y tiene una explicación. Petro quiere mostrar que él no es ese hombre sectario que muchos esperaban. Varios opositores pensaron que él gobernaría con 25 hombres de boina roja con la estrella en la cabeza, y no. Yo creo que su afán es mostrar que no es sectario y que quiere gobernar con todos los partidos para empezar la gran tarea de la reconciliación nacional. Lo que sí me preocupa es que se quede por fuera mucha gente que ha luchado por este triunfo.

SEMANA: Ahora que no será presidente del Senado, ¿insistirá en un ministerio?

G.B.: Gustavo nos hizo ver que ese primer año en el legislativo es clave. De todos los 20 senadores soy el único de la Comisión Tercera que quedaría con la experiencia de los años anteriores. Por allí entrará el proyecto de presupuesto, el Plan Nacional de Desarrollo y la reforma tributaria. Yo tendría que estar ahí como punta de lanza porque estos tres proyectos marcan el éxito o el fracaso del Gobierno. Si no hay recursos a través de una reforma tributaria, no hay para inversión y empezamos a incumplir las promesas que cuestan dinero.

SEMANA: ¿Cómo vio el posible diálogo entre Petro y Uribe?

G.B.: Puede marcar el inicio del fin de la polarización en Colombia. Cuando se sienten dos líderes totalmente opuestos y se den la mano, será una foto histórica.

SEMANA: Pero el hecho de que Uribe acepte un diálogo no quiere decir que el uribismo hará parte de la unidad nacional.

G.B.: No creo, pero que Uribe haya aceptado hablar con Petro es el inicio de algo grande: reconciliar el país.