Este martes 15 de febrero se hizo público un video en el que un colegio privado de Bogotá presuntamente le habría negado el ingreso a una estudiante de quinto grado por presentarse a la institución con unos tenis de color gris, pues el uniforme del establecimiento exigía que fueran blancos.

Se trata del colegio Liceo Pedagógico Madrigal, ubicado en el barrio Arborizada baja, en la localidad de Ciudad Bolívar. La madre de la menor, Gisela Prieto, fue quien hizo la denuncia a través de redes sociales, publicando los videos captados en el momento, donde se ve a su hija, Salomé Vergara, afectada emocionalmente por la situación.

SEMANA habló con Prieto, quien aseguró que eligieron esta institución por la cercanía. La menor llevaba cinco días de haber ingresado.

De acuerdo con la madre, hubo un antecedente que les llamó la atención, pues Salomé no pudo asistir a su primer día de clase porque no tenía aún el uniforme de educación física, y desde el colegio les informaron que este era indispensable para el ingreso. Ante esta situación y con un presupuesto limitado, los padres hicieron un acuerdo verbal con el Liceo para que les permitieran pagar la pensión algunos días después y poder comprar el uniforme con ese dinero.

Sin embargo, luego de comprar esta indumentaria y los útiles escolares, la pareja no pudo adquirir los tenis, y decidió esperar hasta que Andrey Vergara, padre de la niña, recibiera su salario para hacer la compra esta semana.

“Lo que pasó fue que no nos quedó el dinero para comprarle los tenis blancos, pero no le vimos mayor trascendencia a esto porque ella tenía sus tenis grises y dijimos “por ocho días no consideramos que esto vaya a afectar en algo su proceso de educación”, afirmó en entrevista con SEMANA la madre de la menor.

Según el relato de Prieto, y como se aprecia en los videos publicados por ella, su esposo fue a dejar a la pequeña de diez años en el Liceo Pedagógico Madrigal en la mañana de este martes; sin embargo, una docente que estaba revisando la presentación de los estudiantes le dijo, según los padres, que la niña no podía ingresar porque sus tenis no correspondían con el uniforme.

Ante el reclamo de Vergara por considerar injusta esta decisión, la docente, al parecer, se habría justificado en el manual de convivencia de la institución. “Ella le dice que hay un manual de convivencia que se tiene que respetar al pie de la letra y la niña no puede ingresar con esos tenis”, afirma Prieto sobre la conversación entre la educadora y su esposo.

El manual de convivencia del Liceo Pedagógico Madrigal reza en el punto 29, Deberes de los estudiantes, que estos deben “presentarse al colegio debidamente uniformado(s)”. No obstante, de acuerdo con Margarita Useche, abogada en Derecho de Familia e Infancia, y docente de la Universidad Externado de Colombia, esta facultad que tienen las instituciones educativas para disponer reglamentos con consideraciones frente al uso del uniforme no es soporte para impedir a un estudiante el ingreso al plantel.

“No pueden decirle que por asistir con unos tenis no puede ingresar al colegio, porque ahí de plano le están negando el derecho a la educación a la estudiante. Pueden imponer otro tipo de sanciones, como un llamado de atención o una nota en el observador. El tema es no imponer sanciones como el no ingreso a clase por ese tipo de actividades, y en eso la Corte Constitucional tiene una reiterada jurisprudencia que detalla que ninguna norma implica que a mí me nieguen el servicio, porque hay un derecho fundamental que es preponderante, especialmente cuando se trata de menores de edad, que es el de la educación”, asegura Useche.

De hecho, en la Sentencia T-349 de 2016, la Corte reitera que en los manuales de convivencia “no pueden existir normas disciplinarias en relación con la vestimenta, accesorios y aspecto físico carentes de toda razonabilidad (...) La Corporación ha sostenido que la “presentación personal” no puede convertirse en un fin per se, que deba ser satisfecho sin fundamentos objetivos a través de los manuales, reglamentos o pactos de convivencia, y se ha sostenido que, además, no es admisible el hecho de que un estudiante que no siga una pauta de comportamiento sea marginado de los beneficios de la educación”.

El colegio publicó en la noche del martes un comunicado en su página de Facebook, donde afirmó que allí “no se devuelven estudiantes por causales menores y menos por unos tenis”, y señaló que había enviado los días 8 y 14 de este mes circulares a los padres de familia en las que informaron que el plazo para presentarse con el uniforme completo iba hasta la tercera semana de marzo.

SEMANA consultó al Liceo Pedagógico Madrigal sobre esta denuncia. Al respecto, Julia Elvira Torres, directiva de la institución, afirmó que a la menor de edad nunca se le negó la entrada al establecimiento educativo, y que la docente que estaba en la entrada, quien era la encargada de verificar la disciplina y vestimenta al ingreso de los estudiantes, le hizo una “recomendación” al padre de familia.

“Ella le hizo un llamado de atención al señor padre de la niña, informándole que le recomendaba los tenis, ya que no correspondían a lo exigido en el manual de convivencia”, narró Torres, quien aseguró que Vergara fue grosero con los educadores y no permitió que se diera un diálogo con el que, según la directiva, querían generar un acuerdo para solucionar esta situación. “El maltrato hacia nosotros fue terrible, los niños del colegio se vieron afectados psicológicamente”, agregó.

El padre de la pequeña aseguró que esta recomendación, y la disposición para realizar un acuerdo, nunca existieron por parte de la institución, y que, a pesar de estar alterado por lo sucedido, su actitud nunca fue de grosería hacia el personal del colegio. “Es mentira. La profesora revisó a la niña de pies a cabeza y le dijo “usted no puede entrar”, y me la fue separando hacia un lado. Y yo le dije literalmente lo siguiente: “¿Usted le va a impedir el derecho a la educación a mi hija?””, aseveró Vergara a este medio.

Según el relato de Prieto, no fue sino hasta que su hija empezó a llorar por la frustración del suceso, que los docentes le pidieron al padre y la menor que entraran al colegio, donde los iban a atender la coordinadora y rectora de la institución. La niña, como se aprecia en los videos, llora mientras está con su padre en el establecimiento. De acuerdo con las directivas del colegio, fue la actitud de Vergara la que alteró a la menor, aunque Salomé le dijo a SEMANA que fue la impotencia de sentirse señalada la que le provocó el llanto.

“Me sentí mal, excluida. Por esa razón me puse a llorar, porque me sentí muy humillada”, afirmó la pequeña, quien aseguró también que el querer mostrarle a otros niños y niñas que es importante hablar sobre estas situaciones donde se sientan incómodos fue lo que la llevó a grabar uno de los videos publicados por su madre.

La madre de la menor asegura que fue en ese momento cuando recibió una llamada de su esposo, quien le comentó la situación, y ella se dirigió al colegio. En uno de los clips publicados se puede ver cómo, ante el reclamo de la devolución del dinero pagado a la institución privada por parte de Vergara, el maestro le dice que “pasa mañana y con mucho gusto le devuelvo todo”.

Los padres de Salomé confirmaron que el pago a la institución fue por un total de 635.000 pesos, que incluían costo de matrícula ($235.000), módulos ($260.000) y gastos adicionales como agenda y carné ($140.000). Además de esto, debían consignar 213.500 pesos por concepto de pensión, que finalmente no entregaron para poder comprar el uniforme de la menor. Torres aseguró a SEMANA que el colegio estaba dispuesto a regresar el monto pagado. “Tenemos toda la disposición de devolverle al señor todo su dinero, su carpeta, y lo correspondiente, siempre buscando el bienestar de la estudiante”, dijo.

Torres afirmó también que el colegio hace una negociación con los padres en casos como estos, en los que motivos personales no permiten que un estudiante tenga el uniforme completo: “El padre de familia nos dice “no tengo plata pero si me pueden dar plazo hasta tal día”... Eso nosotros lo asumimos, hacemos el compromiso y escuchamos y atendemos las diferentes situaciones”.

No obstante, los padres de Salomé aseguran que solo se encontraron con la negativa de la institución para el ingreso de la menor, y que justamente el martes habían enviado una nota a su directora de grupo explicando la razón del calzado diferente. “Comedidamente le solicitamos y agradecemos su paciencia por los tenis de la niña (...) Esperamos adquirirlos en el curso o para la próxima semana. Motivos económicos”, reza la anotación.

Nota enviada por los padres de la menor al colegio sobre la demora en la compra de los zapatos. | Foto: Gisela Prieto y Andrey Vergara, padres de Salomé.

“No fue una rebeldía de nosotros (...) Era en el momento una cuestión económica que nos lo impedía, y siempre tuvimos la voluntad de hacerlo”, dijo Prieto, quien aseguró también que esta situación afectó a su familia, pues ahora Salomé está en casa y ella debe buscarle un nuevo colegio. “Esa intransigencia simplemente nos hace pensar que la niña va a ser allí señalada. Ya no va a entrar con la misma confianza de aprender sino va a saber que esto generó una molestia en ellos y ya ella no se va a sentir bien ahí”, finalizó.

Los padres de la niña interpusieron un derecho de petición el mismo 15 de febrero ante la secretaría Distrital de Educación, en el que expusieron el caso de su hija y solicitaron, entre otros, que la institución sea inspeccionada por “atentar contra los derechos de la educación” de la infante.

La Secretaría de Educación de Bogotá se pronunció a través de un comunicado este miércoles 16 de febrero sobre el caso, luego de que estos videos se hicieran virales en las redes, y señaló que se hizo un llamado al Liceo Pedagógico “para que presente un informe de manera oportuna dando explicación de lo sucedido”.

“La secretaría de Educación asignó un equipo de funcionarios, quienes realizarán una visita al colegio privado Liceo Pedagógico Madrigal, con el propósito de indagar lo sucedido de manera directa, y así orientar las acciones pertinentes que se llevarán a cabo y que quedarán definidas en un acta, con los compromisos adquiridos por la institución educativa”, puntualiza el documento.

De acuerdo con la abogada Useche, si la Secretaría encuentra que el colegio incumplió alguna norma o violó algún derecho de la menor, podría dictar una sanción disciplinaria en su contra, pues, a pesar de que los padres se comprometen a cumplir con el manual de convivencia de la institución, dentro del contrato educativo es imposible negarle el acceso al colegio a un estudiante.

La docente del Externado señaló también que en estos casos sería interesante entrar a revisar cuál es la finalidad y justificación de las medidas y disposiciones que contemplan estos colegios en sus reglamentos, pues debería existir una proporcionalidad entre cuanto se le exige a un estudiante y lo que, por condiciones personales, no pueda cumplir.

“Los reglamentos disciplinarios de los colegios son sujetos de valoración porque deben estar acorde con la Constitución, y deben respetarla”, puntualizó Useche.