El pasado 5 de marzo, los medios estadounidenses sorprendieron al mundo al afirmar que un grupo de altos funcionarios de Estados Unidos habrían viajado a Venezuela para reunirse con representantes del gobierno de Nicolás Maduro; esto en medio de la crisis generada por la invasión de Rusia sobre Ucrania, iniciada el 24 de febrero.

De acuerdo con el New York Times (NYT), la visita de la comisión enviada por el presidente de los estadounidenses, Joe Biden, tenía como objetivo “prestar más atención a los aliados del presidente Vladimir Putin en América Latina, que Washington cree que podrían convertirse en amenazas a la seguridad si se profundiza el enfrentamiento con Rusia”.

Sin embargo, el lunes, los rumores fueron confirmados por los propios protagonistas de esta historia: los gobiernos de EE. UU. y de Venezuela. De acuerdo con los representantes del gigante norteamericano, en la visita no solo se habló de lo que el NYT había adelantado, sino que también se trató el tema del “suministro de energía”, teniendo en cuenta la crisis de hidrocarburos que han generado los ataques rusos en su vecino del este.

“El propósito del viaje que realizaron los funcionarios de la administración fue discutir una variedad de temas que incluyen ciertamente energía, seguridad energética”, informó la portavoz de Presidencia, Jen Psaki.

Por su parte, Nicolás Maduro afirmó que la reunión se realizó “en el despacho presidencial” del Palacio de Miraflores, en Caracas, y la tildó como “respetuosa, cordial y diplomática”.

“Ahí estaban las dos banderas bonitas, unidas como deben estar las banderas de Estados Unidos y Venezuela, tuvimos casi dos horas conversando”, añadió el primer mandatario de los venezolanos.

No obstante, esta reunión tomó por sorpresa también al Gobierno colombiano, considerando que, tanto el Ejecutivo del país como el de Estados Unidos se han mostrado en contra del régimen chavista, llegando incluso a romper relaciones con Venezuela desde hace un par de años.

“Yo no lo conocía, no sé si la conocía el presidente. Lo importante es escuchar a Estados Unidos porque creo que la geopolítica mundial ha cambiado en los últimos 15 días y eso tiene unos contrapesos que hay que sopesar”, explicó la vicepresidenta y canciller, Marta Lucía Ramírez en conversación con la emisora Blu Radio.

Asimismo, Ramírez explicó que es raro que funcionarios de ambos países se reúnan, teniendo en cuenta que Estados Unidos ha estado en contra del gobierno de Maduro al atentar en contra de la democracia en ese país. Por lo que dar un poco de aval al mandato del sucesor de Hugo Chávez podría ser un poco peligroso para la región.

“No creo que nosotros nos estemos quedando solos en esa defensa de lo que significa realmente la democracia, más allá de que se pueda tener conversaciones sobre cuál sería la mejor manera de que pueda hacer Venezuela una transición hacia la democracia”, añadió.

Cabe recordar que, según han indicado los medios internacionales, la repentina apertura de conversaciones entre Estados Unidos y Venezuela nace como una supuesta necesidad de aliviar los bloqueos que el primero tiene sobre el segundo, con el fin de poder reemplazar el petróleo que dejaría de llegar de Rusia a EE.UU. (el 3 % del consumo total), en caso de que este bloquee las importaciones de crudo desde el gigante euroasiático.

Por supuesto, esta hipótesis ha despertado la indignación de la oposición en Estados Unidos, tal como lo mostró el senador republicano Marco Rubio en Twitter. En la red social, el congresista aseguró que “(Joe) Biden está usando a Rusia como una excusa para hacer el acuerdo que siempre quiso hacer de todos modos con el régimen de Maduro”.

Además, se preguntó cuál es la necesidad de gestionar unos acuerdos con Maduro cuando el propio Estados Unidos puede solventar dicho problema con su propia extracción. “En vez de producir más petróleo estadounidense, (Joe Biden) quiere reemplazar el petróleo que le compramos a un dictador asesino (Putin) con petróleo de otro dictador asesino (Maduro)”, finalizó.