Cada tantos años se conoce de una raza perro que, según tías nerviosas, es enviado por el mismo Belcebú a la tierra. Así, muchos les tuvieron pavor a los rottweiller, al dóberman, al fila brasileño, al bull terrier y al pitbull. Y cada vez son más las noticias que se conocen de perros que atacan a personas indefensas. El último caso sucedió este fin de semana en el barrio Kennedy de Medellín, donde un bebé de 14 meses fue atacado por la mascota de la casa, un pitbull stanford, mientras gateaba.Los padres del menor actuaron con rapidez, sin embargo las heridas ocasionadas en la cabeza y en el cuello fueron mortales, por lo que el niño murió rápidamente en Hospital Pablo Tobón Uribe.El padre del menor y dueño del perro tiene 17 años, por lo que la mascota le fue decomisada, según el coronel Julio César Rincón, comandante operativo (e) de la Policía Metropolitana, el animal quedó a disposición de un comisario de la Policía Ambiental, que decidirá su destino del perro, que seguramente será sacrificado.Pero, en verdad, ¿son todos los perros pitbull agresivos por naturaleza o, como dicen los animalistas, todo depende de la crianza? En Medellín se han identificado con microchips 70.432 mascotas entre perros y gatos desde 2011 y según la Encuesta de Calidad de Vida de Medellín de 2015, en toda la ciudad hay 265.000 perros, y aunque la mayoría no son potencialmente peligrosos, los paisas desde hace varias décadas son testigos de cómo jóvenes que se ejercitan en los parques llevan a sus perros a pegar, fieros, de llantas, a sostenerse minutos de árboles altos.Según Isabel Cristina Correa Botero, etóloga canina de la Universidad CES, hay que tener en cuenta que el perro tiene origen en el lobo y como muchos mamíferos es depredador y encuentra en el hocico una forma de comunicación, no sólo de manifestar rabia, sino también cariño.“Todas las razas son modificaciones del perro original y cada ser humano ha modificado algunos características para sus propias necesidades. En esos cruces se fortalecen unas cosas y se debilitan otras: la mordida, el instinto de depredación, el olfato, el oído, su capacidad de caza. En las razas potencialmente peligrosas se ha potenciado ese instinto de depredador, de defensa de la manada y cuando eso sucede es muy probable que el animal sea agresivo”, dice Correa Botero.Sin embargo, asegura la experta, en todo esto también tiene un lugar muy preponderante la crianza de la mascota, pues las características genéticas se pueden acrecentar o menguar en el ambiente de desarrollo. “Se ha visto que la agresividad y los miedos pasan rápidamente de una generación a otra. Así que una camada de cachorros puede crecer con instintos inculcados como, por ejemplo, la tranquilidad y la convivencia entre seres humanos”, explicó Botero.Santiago Estrada Ríos, dueño de un campamento de mascotas llamado Safari, cree hace falta cultura y aprendizaje en cuanto a la educación de los perros, por lo que la mayoría de los casos de agresividad son culpa del hombre: “Muchas veces las personas por falta de recursos no les pueden pagar un pasiador, no los pueden sacar al parque por falta de tiempo, lastimosamente hay muchos perros que viven encerrados en una casa y por amplia que sea terminan estresados y ese estrés se puede convertir en agresividad. Criar un perro necesita paciencia, y más cuando es una raza potencialmente peligrosa”.Félix Salamanca, licenciado en Letras y Literatura, por varios años se dio a la tarea de criar perros pitbull y sabe por experiencia que pueden ser pacíficos, “si bien hay un porcentaje de genética, también hay un gran porcentaje de crianza. Un poco lo que se hace en ese proceso es e seleccionar fenotipos y genotipos, donde hay que tener en cuenta no sólo temas físicos, también de carácter. Yo crié perros y nunca tuve problemas de seguridad”.