Esta semana, cada pormenor del crimen de Yuliana -que fue siendo revelado a cuentagotas en los medios de comunicación- provocó una indignación creciente alrededor del crimen. El hecho conmovió tanto a los colombianos que cada día aumenta el interés por saber realmente qué ocurrió y cómo se desarrollaron los hechos. Esa curiosidad es natural frente al drama que vivió la niña y su familia. Miles de padres de familia se sienten identificados con su dolor y temen porque a sus hijos pueda pasarles lo mismo. Sin embargo, ese deseo de saberlo todo puede que tampoco sea sano. Así lo ha manifestado el director de Medicina Legal, Carlos Valdés, quien les ha pedido a los periodistas no revelar los detalles macabros del crimen. El alto funcionario asegura que saber detalles del crimen no hace ningún aporte a la sociedad y que, por el contrario, sí puede hacerle daño familia a la familia.Puede leer: “En Colombia hay 480.000 pedófilos y la pregunta es dónde están"“Flaco favor el que le hacemos a la justicia y a la sociedad describiendo una atrocidad como esta”, cuestionó Valdés. Para él existe un riesgo que los medios y las redes sociales no pueden contener. “Comunicar este tipo de detalles es entendido por los sicópatas como el reconocimiento que hace la sociedad a sus acciones”, expresó el médico forense. El funcionario lleva toda una vida dedicado a la labor de esclarecer muchos de los más impactantes crímenes que ha tenido el país. Desde la Fiscalía fue uno de los expertos forenses que ayudó a dilucidar los crímenes de Luis Alfredo Garavito, el asesino en serie de más de 200 niños.Recomendamos: “La violencia sexual es parte de una cultura machista y agresiva” Por cuenta de esa experiencia, quizás la más macabra que ha vivido el país en este asunto, Valdés hace esa advertencia. Al estudiar este tipo de personajes, los expertos han encontrado que algunos sienten satisfacción de sus propios delitos. Garavito, por ejemplo, guardaba fotografías y recortes de periódicos de cada uno de los asesinatos que cometía y que eran divulgados en los medios de comunicación. “Mataba y cogía los recortes de revistas y periódicos; se excitaba con eso”. En entrevistas –recalca Valdés- Garavito manifestó que daba datos falsos de los menores para que las familias fueran a buscar y poder ver el dolor y la frustración al no encontrar nada. “El detalle es el dulce que ellos buscan”, aseguró. Para el siquiatra Edwin Erazo, experto en salud pública, el efecto de esta información para los sicópatas es similar que el de los suicidas, por lo que se recomienda no evitar detalles para no sembrar pensamientos. Aclara que aunque no necesariamente implica que vayan a ejecutar estas mismas conductas sí son situaciones que llaman su atención y les ocupan espacio mental. Según Erazo, lo importante no es revelar los detalles del crimen, sino aprovechar esta oportunidad para enfocar mejor la discusión sobre la violencia sexual en el país. “La información que se suministre puede causar daño y va más allá de las personas involucradas, como la familia. Hay niños, adultos, que están escuchando la noticia y entran en estado de angustia. Esto no siempre termina produciendo acciones preventivas concretas y reales, sino que puede reavivar condiciones que no resultan convenientes para algunos”, explica. El siquiatra cuenta que cuando los medios cubren este tipo de hechos aumentan las consultas de personas con trastornos sicóticos que tienen miedo de causarle daño a otros. “Quienes padecen esos trastornos temen perder la capacidad de controlar sus impulsos. Por eso vale la pena la observación de mesurar detalles que son escabrosos”, indicó.