El mercado de pases de 2022 en Colombia ha superado no solo las expectativas, sino también los bolsillos de algunos dirigentes de los equipos en Colombia. Junior de Barranquilla logró repatriar a Miguel Ángel Borja a sus filas tras una negociación con Palmeiras, en la que pagó 3,5 millones de dólares por el 50 por ciento de los derechos deportivos del delantero de Tierralta, Córdoba.
La familia Char sumergió a los tiburones en el océano de las contrataciones. Además de Borja, en los últimos años los de curramba lideran el top de los fichajes más caros en la historia del fútbol colombiano. Yimmi Chará, desde Monterrey, llegó por 4,5 millones de dólares. Por Jonatan Álvez, de Barcelona SC, se invirtieron 3 millones de dólares, y 2,5 millones más por Teófilo Gutiérrez, que llegó desde el Sporting Lisboa.
“Dos o tres equipos revientan el mercado y no tengo inconveniente, lo que parece extraño es que paguen cifras tan desproporcionadas con la realidad del país. Nosotros no tendremos austeridad en política sino responsabilidad. No vamos a quebrar al equipo porque a un jugador se le paga más”, dijo Gustavo Serpa, máximo accionista de Millonarios a Caracol Radio. Las palabras del dirigente azul reabrieron el debate sobre el fair play financiero en la liga BetPlay Dimayor.
En 2009 la UEFA estableció que ningún equipo de fútbol puede gastar más de lo que recibe. Solo hasta 2021, la máxima entidad del fútbol nacional en alianza con el Ministerio del Deporte y La Liga de España anunciaron el acuerdo por tres años. “Ya está aprobado por asamblea, falta la implementación y reglamentación. Se ha trabajado de la mano con La Liga de España para implementarlo”, dijo a SEMANA Fernando Jaramillo, presidente de la Dimayor.
La idea es aplicarlo en la liga y en el torneo BetPlay para que los clubes puedan cumplir con sus obligaciones salariales, reducir las deudas y buscar equilibrio. No se descarta implementar topes salariales en la compra y préstamo de jugadores o al menos regular el mercado. “La situación de los equipos es precaria después de la pandemia desde el punto de vista financiero, y ponerles cargas o dificultades es difícil. Hay que moldearlo a la situación nacional. Toma mucho tiempo, en dos o tres años tendríamos el fair play financiero. Hay que manejar bien el presupuesto con transparencia, y que sus ingresos den para sus responsabilidades, salarios e impuestos”, reiteró Jaramillo.
Caso Atlético Nacional
Si bien el límite de masa salarial de un club debe ser el 70 por ciento de los ingresos, para el proyecto fallido del equipo verde de Antioquia, dos años después de conseguir la segunda Copa Libertadores, se invirtieron más de 12 millones de dólares. Es decir, el índice fue del 129 por ciento.
La nómina de 2018 valía tres veces más de la que ganó el segundo torneo continental. Eso demostró que para ganar no solo hay que gastar, sino que debe haber equilibrio. “Es una pelea que venimos dando hace tiempo. Que los gastos de los equipos sean consecuentes con sus ingresos para no entrar en ley de acreedores o problemas financieros, o no haya cosas que no se puedan explicar y que haya equilibrio objetivo en el fútbol, y no se ha logrado”, reiteró Serpa.
Otro problema para Nacional, además de los fracasos deportivos y disputas en el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS), fue el de las nóminas paralelas. Aquellos jugadores que llegan un semestre no rinden y se quedan con largos contratos en los clubes, pues no surgen ofertas que permitan recuperar la inversión. La del equipo paisa en el año en mención valía cerca de 900 millones de pesos al mes. Una cifra que supera incluso las nóminas de muchos equipos en Colombia.
El club se volvió inviable a tal punto que se desarrolló un proceso de reestructuración que hoy le permite pensar en el mercado de pases en jugadores como Giovanni Moreno o Edwin Cardona. Sin embargo, no está económicamente sólido. “Hemos perdido las dimensiones en Colombia de los montos que se acostumbran a pedir, porque pedimos millones de dólares y el dólar está a más de 4.000 pesos, pero la taquilla y la televisión sigue siendo un ingreso en pesos. Hay que ser consecuentes con la realidad. Estamos en mora de implementar el fair play financiero.
Hay otros equipos con otras realidades y allá ellos sabrán lo que hacen. Un equipo gasta conforme a lo que le ingresa”, finalizó Serpa. Julián Gómez es el delegado de La Liga para Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Venezuela. Le contó a SEMANA que en España todo está regulado mediante mecanismos que garantizan el fair play financiero y eso diferencia al fútbol español de las demás ligas en el mundo. Entonces, ¿por qué La Liga de España asesora a Colombia en este campo?
Según dijo Gómez a SEMANA, el control económico a priori de La Liga persigue la sostenibilidad financiera a largo plazo por vía del equilibrio presupuestario de cada club por temporada, de manera que se gaste solo hasta el nivel de ingresos que se prevé generar.
En especial, mediante la supervisión del gasto en plantilla deportiva. “Esto no quiere decir que se intervenga en absoluto en las decisiones deportivas ni en el nivel de salario individual de cada jugador; simplemente, se establece un límite de coste de plantilla deportiva conforme a la capacidad económica de cada club y se autoriza la inscripción de jugadores hasta ese límite de coste”, confirmó el asesor.
En España el fair play financiero permitió que los clubes se estabilizaran. Se notó el descenso de la deuda desestructurada con administraciones públicas desde 650 millones de euros en 2012 hasta 20 millones correctamente estructurados en la actualidad. Se eliminaron las denuncias por falta de pago a jugadores que, en 2011, ascendieron a 90 millones de euros. Eso se quiere implementar en Colombia.
Según pudo conocer SEMANA, varios clubes poderosos del país se opondrán a la implementación del fair play, pese a que en el anuncio oficial del presidente de la Dimayor se advirtió que aquellos clubes que incumplan podrían dejar de participar en el campeonato. El debate está sobre la mesa y la discusión no será nada fácil; pero con los millonarios gastos de algunos equipos es necesario que haya una igualdad de condiciones. El Ministerio del Deporte apoya la implementación del fair play financiero, que podría ser una realidad en 2022.