La fuga de Juan Larrinson Castro Estupiñán, alias Matamba, de la cárcel La Picota, en Bogotá, es una de las pruebas más contundentes sobre la corrupción del sistema penitenciario del país.
El temido capo del narcotráfico salió como Pedro por su casa del lugar de reclusión, ayudado por la guardia que tenía la misión de custodiarlo. Hoy esos funcionarios se encuentran bajo la lupa de las autoridades judiciales.
SEMANA habló en exclusiva con Sunrey Ortiz, mamá del guardián del Inpec Juan Camilo Ortiz, quien llevaba, según ella, seis meses en el instituto de prisiones en donde se encontraba prestando el servicio militar.
“Mi hijo fue engañado por el cabo Milton Jiménez, él lo movió ese día de sitio, del lugar por donde se fugó Matamba, mi hijo es inocente”, le dijo Ortiz a SEMANA.
Sobre cómo se presentaron los hechos la madrugada del viernes 18 de marzo, cuando el país se estremeció con la noticia de la fuga de Matamba, Sunrey explicó que su hijo llegó a las 12 de la noche a recibir turno.
Según ella, él se encontraba asignado a la zona de la garita, al frente de la zona donde estaba recluido Matamba. La mujer señala que el cabo Jiménez le ordenó a su hijo cambiarse de zona.
“Mi hijo estaba en la garita que está al frente del ERON (pabellón donde estaba Matamba) y esa garita quedó sola cuando el cabo Jiménez le dio la orden a mi hijo que se bajara y recibiera en la puerta principal, para llegar allá eso se demora y ese fue el espacio que aprovecharon para la fuga; además, le ordenó que fuera y entregara el fusil”, explicó la mamá de Juan Camilo.
“Él (su hijo) fue engañado como un niño cuando le quitan un dulce, lo embolatan. Si mi hijo hubiera estado en la garita se hubiera dado cuenta de que Matamba iba a salir, pero como el cabo Jiménez lo engañó, pues mi hijo no se dio cuenta de nada, igual si mi hijo hubiera visto a Matamba, no hubiera podido hacer nada porque estaba vestido como un funcionario del Inpec (…) para mí la intención que tenía el cabo era engañarlo para que él no viera que salió Matamba y luego culparlo de que él fue el que lo dejó escapar “, añadió.
Sobre cómo llegó su hijo al Inpec, explicó Sunrey, que Juan Camilo se encontraba prestando el servicio militar en el instituto de prisiones y que tan solo llevaba seis meses al servicio de la institución carcelaria.
“Él no tiene nada que ver, incluso me ha dicho que en este momento es un testigo protegido y que está a orden de la UNP (Unidad Nacional de Protección)”, relató.
Durante las audiencias de judicialización que se han realizado por este caso y durante las cuales se decidió por parte de un juez de control de garantías enviar a prisión al cabo Milton Jiménez, por se presunta responsabilidad en la fuga de Matamba, la Fiscalía reveló que contaba con un testigo que se encontraba protegido y que se trataba de un auxiliar que estaba prestando el servicio militar en el Inpec.
Frente al caso directo del cabo Jiménez, quien era el superior de Juan Camilo Ortiz, la Fiscalía pidió que fuera enviado a prisión al considerar que representa un peligro para la sociedad y que estando en libertad podría afectar la investigación que avanza para poder determinar responsabilidades en la fuga del narcotraficante.
“A un joven auxiliar lo pueden mangonear, y eso era lo que necesitaban para completar su fin criminal, debieron garantizar la seguridad, La Picota no era un centro comercial, es una cárcel, quizá la más importante de todo el país y la seguridad se manejó sin lo que exige las mínimas normas internas del Inpec”, dijo el fiscal del caso.
A su turno, la Procuraduría indicó: “En punto de la inferencia razonable de autoría o participación en forma adecuada nombrada por el señor fiscal y a partir de los mismos elementos materiales de prueba surge esa probabilidad o esa inferencia mínima, para creer que en cabeza del acusado Milton Leonardo Jiménez se presenta la autoría de las conductas punibles que fueron endilgadas”.