Entre los rumores que corren sobre el manejo de las Fuerzas Armadas en el proceso de paz y el anuncio del candidato Juan Manuel Santos de eliminar el servicio militar obligatorio después de llegar a un acuerdo con las FARC, el tema militar se calienta cada vez más a pocos días de las elecciones presidenciales.  En dos ocasiones, el mismo general (r) Jorge Enrique Mora, la cabeza del Ejército en los diálogos, ha dicho que no se está transando nada de las Fuerzas Armadas con las FARC, y el jefe negociador del gobierno, Humberto de la Calle, ha expresado que lo que quieren es “asustar a los colombianos sobre el proceso de paz”. Sin embargo, los miedos entre militares y policías crecen cada vez más, especialmente después de las palabras de la guerrilla. El pasado miércoles, el negociador de las FARC en La Habana Andrés París aseguró que si bien en la mesa de diálogos no están pidiendo la renuncia de ningún general, “nosotros sí estamos exigiendo un cambio de la doctrina militar y de la seguridad y de defensa”. “Todavía no hemos llegado al punto en que se ha hablado de la disminución o de la desaparición de ninguna de las dos fuerzas, seguramente llegará el momento en que habrá que hablar de eso, pero todavía no hemos llegado, mucho menos a aspectos de orden salarial para un sector de la sociedad en específico”, manifestó a su vez Jesús Santrich, otro de los negociadores de la guerrilla, refiriéndose al rumor de que se reducirá el presupuesto y el salario de las Fuerzas Armadas.  Estas palabras no cayeron muy bien en el equipo negociador del Gobierno, que por todos los medios ha intentado derrumbar los mitos de que en la mesa de negociación hay algún tema concerniente a las Fuerzas Militares.  Rompiendo los protocolos de que sólo se pronuncia el jefe negociador, el general (r) Mora volvió a hablar ante los medios de comunicación en un nuevo intento de aclarar los murmullos y, en este caso específico, para referirse a las palabras de la guerrilla. El representante del Ejército en La Habana subrayó que las Fuerzas Militares son las fuerzas legítimas del Estado, que además tienen el 70 % de favorabilidad, mientras que las FARC son la organización que le declaró la guerra el Estado y la misma que tiene que entregar las armas para incorporarse a la sociedad. Este pronunciamiento refuerza las palabras de De la Calle, quien el pasado miércoles expresó que lo de reducir a los militares a su mínima expresión son “rumores falsos”. “A los policías les dicen que les van a quitar sus pensiones para dárselas a los guerrilleros. Están haciendo una guerra sucia. Y eso a cierta gente le cala y eso hace daño. Y parte del deber mío es tratar de poner la historia como es. Decir: mire aquí no se está negociando sino lo que hay en la agenda. La transición de un grupo armado a la vía legal para que puedan hacer política sin las armas”, expresó el jefe negociador. Aunque por ley ningún miembro de la fuerza pública vota, el tema puede inclinar la balanza hacia alguna de las campañas electorales. No en vano el candidato Santos anunció la eliminación del servicio militar obligatorio, mientras que el presidenciable Óscar Iván Zuluaga habla de un daño moral a las tropas y de que él no negociará nada a espaldas de la fuerza pública.