El coronel de Infantería de Marina Wisner Paz Palomeque ha luchado contra la minería ilegal en varias regiones de Colombia y ha visto daños muy graves, pero lo que está pasando en el Chocó es "una cosa bárbara", dice. Recuerda cada uno de los operativos en la cuenca alta del río San Juan y cómo las estructuras criminales acaban con el medioambiente de una manera descacarada.  “La minería ilegal se ve en la parte alta del río San Juan, que es Andagoya, Condoto, Istmina. Allá hay unos playones impresionantes, una cosa bárbara. En mi vida había visto algo así”. El coronel asegura que basta con destruir una máquina retroexcavadora para que en pocos días aparezcan tres más. En todo este entramado ilegal, y muchas veces operado por estructuras criminales como ELN, el mercurio juega un papel fundamental.  Y en esa operación, las más damnificadas son las comunidades indígenas de la cuenca baja del río San Juan, donde las consecuencias del envenamiento por mercurio se exteriorizan en niños con microcefalia, llagas en la piel, así como adultos con problemas respiratorios y demencia.  SEMANA estuvo en el resguardo Papayo, una comunidad azotada por el mercurio y para la cual las consecuencias cada vez son peores.  Vea el informe especial completo