Tras analizar a fondo la decisión que tomó la Agencia Internacional para la Investigación del Cancer (IARC) -que hace parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS)- de clasificar el glifosato como un producto probablemente cancerígeno, el Ministerio de Salud decidió recomendar la suspensión de este producto en las fumigaciones aéreas que el Gobierno adelanta para erradicar cultivos ilícitos. En carta enviada al Consejo Nacional de Estupefacientes, el ministro Alejandro Gaviria advirtió que “en el marco de sus obligaciones de protección de la salud pública y acatando las órdenes emitidas por la Corte Constitucional, el Ministerio recomienda suspender de manera inmediata el uso del glifosato en las operaciones de aspersión aérea para la erradicación de cultivos ilícitos”. Según el Ministerio, el pasado 20 de marzo fueron publicados en la revista científica The Lancet Oncology los resultados de la reunión de expertos de la Agencia Internacional para la Investigación del Cancer (IARC), que clasificó el herbicida glifosato y a los insecticidas malation y diazinon como probablemente cancerígenos. “En lo que concierne directamente al glifosato, el informe de la IARC revela que la exposición a esta sustancia puede estar relacionada con la generación de linfoma no-Hodgkin. Así mismo, el informe plantea que la exposición experimental en animales está relacionada con la probabilidad de generar carcinoma tubular renal, hemangiosarcoma, tumores en la piel y adenoma pancreática. El glifosato no había sido clasificado con anterioridad por la IRC. Su inclusión en el grupo 2 A constituye, por lo tanto, un hecho científico nuevo de suma importancia”, dice el ministro en su carta. Frente a esto y en vista de que la Corte Constitucional había advertido años atrás que a las aspersiones con este producto se les debía dar el principio de precaución, dado que no había evidencias que demostraran su amenaza para la salud y el medio ambiente, el Ministerio de Salud decidió acoger esta orden y solicitar su suspensión. De igual manera, el Ministerio notificará a la Agencia Nacional de Licencias Ambientales la nueva clasificación del glifosato, lo que en efecto indica la potencialidad de un daño grave e irreversible. Frente a esta decisión, el Gobierno, que había convertido a las fumigaciones aéreas en el arma más importante para combatir a los cultivos ilícitos, quedó contra la espada y la pared.