Hace no pocos meses el Gobierno lidió con un paro agrario que le significó un bajón en popularidad al presidente Juan Manuel Santos. El mandatario, en medio de sus intentos por remediar la situación, dijo que “el tal paro” no existía. Ahora, cuando el Gobierno intenta frenar nuevas movilizaciones a menos de un mes de las elecciones presidenciales, el ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, afirma que las protestas que empiezan el próximo 28 de abril no tienen un interés campesino. “No veo un paro agrario sino un paro con intereses políticos”, dijo Lizarralde en entrevista con Semana.com.Según el ministro, las inversiones en el agro colombiano pasaron de 1,8 billones de pesos en el 2010 a 5,2 billones de pesos en el 2013 y, por eso, cree que las únicas justificaciones del paro agrario son electorales aunque no menciona ningún grupo en especial (vea más cifras de inversión al agro).Esta idea no cala muy bien en los sectores que lideran las protestas, como Dignidad Agropecuaria. Óscar Gutiérrez, un cafetero de Caldas que dirige ese movimiento, afirma que los billones del ministro no son más que una ilusión, pues “son para repartir mermelada en un montón de proyectos que hacen las alcaldías y no llegan a los campesinos”.Gutiérrez sostiene que la reelección de Santos no es la motivación para que los cafeteros, arroceros y cacaoteros, principalmente, vayan al paro, sino los efectos para el agro de los tratados de libre comercio y el contrabando.Este punto tiene tanto de largo como de ancho pues si bien es cierto que sus protestas comenzaron desde hace meses, la fecha es estratégica. El presidente Santos no quiere otro bajón en su popularidad y menos a unas semanas de las elecciones. Los campesinos son conscientes del remezón que ocasionaron en agosto del 2013 con sus protestas y desde el 28 de abril quieren repetirlo.Pero estas movilizaciones podrían no tener tanta fuerza como las del año pasado. A diferencia de agosto, no todos los sectores apoyarán al paro que se anunció para este lunes. Incluso, dentro de los mismos cafeteros, que son los agrícolas que más han impulsado las protestas del 28 de abril, hay diferencias. Orlando Beltrán, representante de Dignidad Cafetera en el Huila, es de la misma línea de Gutiérrez. Ambos creen que el Gobierno ha incumplido los pactos logrados, los mismos que el Ministerio afirma haber cumplido el 60 %, y la única manera de ser escuchados es saliendo a paro.Pero Guillermo Gaviria, líder de los cafeteros en Antioquia, opina que no habría razón para movilizarse si el Gobierno cumple su promesa de pagarles este fin de semana lo que les adeuda.Otra de las segmentaciones que podrían sufrir estas nuevas protestas es que, a diferencia del año pasado, no todos los campesinos están de acuerdo con las Dignidades.De hecho, después del paro anterior se formó una Unidad Nacional Agropecuaria que ha tenido una actitud crítica con Dignidad Agropecuaria, especialmente por sus actividades políticas. Jorge Rondón es el coordinador, por parte de la Unidad, de las mesas que han entablado Gobierno y campesinos. Según él, las Dignidades creen que el Gobierno incumplió porque desde diciembre del año pasado se retiraron de las conversaciones y no saben lo que se ha logrado en el 2014. “En este momento el paro agrario sería en contra de los verdaderos cultivadores”, aseguró Rondón, al decir que los campesinos de 17 departamentos congregados en la Unidad Nacional Agropecuaria no saldrán a paro.Ómar Acevedo, dirigente de Dignidad Cacaotera, dice que eso es falso, que ellos sí han asistido a las conversaciones y que lo que ha habido es "demasiadas" mesas. "Necesitamos una política pública con la que veamos las intenciones del gobierno por mejorar el agro, no un proyectico", afirmó y agregó que este no es un problema único de los campesinos sino de los colombianos en general.Al igual que las Dignidades, Rondón no cree en las cifras del Ministerio de que se ha cumplido el 60 % de los acuerdos y sostiene que el sector agropecuario del país está colapsando. Pero sostiene que no hay motivos para hacer el paro ya pues sí se están buscando soluciones. La fuerza real del paro sólo se verá el próximo lunes. Gutiérrez cree que aunque se movilicen 40.000 ó 50.000 personas, la estrategia del gobierno será invisibilizarlos y desde ya, Lizarralde dice que no ve un paro agrario sino un paro político.