Son preocupantes los datos que empiezan a conocerse acerca del mal estado de la infraestructura vial en el país, tras el suceso ocurrido este miércoles 12 de abril en los límites de los departamentos del Quindío y Valle del Cauca con la caída del puente El Alambrado.
Aquella tarde varios vehículos de carga pesada, entre los que se encontraban dos de la Policía Nacional, así como un automóvil particular, se precipitaron junto con la estructura del puente sobre el río La Vieja e incluso algunos fueron a parar directamente al agua.
En este hecho desafortunado perdieron la vida el intendente José David Márquez Flórez y el patrullero Nelson Fabián Salgado Pérez, quienes pertenecían a la Escuela de Policía Simón Bolívar que está localizada en el municipio de Tuluá, Valle del Cauca; mientras que otras 15 personas resultaron lesionadas.
Muchas dudas surgieron acerca de las causas por las cuales esta estructura terminó colapsando, sobre todo porque apenas dos meses atrás había sido objeto de varias pruebas y análisis para determinar su estado, en las cuales se dio el aval para el tránsito vehicular con total seguridad.
Entre las hipótesis que se manejaron estaba la de un atentado terrorista, aunque con el correr de los días esta ha ido perdiendo fuerza para darle paso a otra, ya que a pesar de haber pasado todas las revisiones el puente El Alambrado al parecer presentaba fatiga en su estructura y por eso se desplomó.
Durante su visita a la zona afectada, el ministro de Transporte, Guillermo Francisco Reyes González, fue claro en manifestar que la situación de los puentes en el país es muy preocupante porque cerca del 35 o el 40 % se encuentran en mal estado.
Su explicación fue clara y tajante porque señaló que en Colombia los puentes suman cerca de 3.500 kilómetros de vía, pero aproximadamente mil de ellos necesitan una intervención a la mayor brevedad.
Obviamente, todo esto se traduce en cantidades muy altas de dinero, que el ministro Reyes cifra entre uno y 1,5 billones de pesos, los cuales deben ser invertidos rápido y de forma eficaz.
Para el caso del puente El Alambrado su mantenimiento está a cargo de la concesión Autopistas del Café, aunque desde la entidad se pide que no sea descartada ninguna hipótesis porque hace dos meses la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) lo encontró en buenas condiciones para su normal utilización.
No es un secreto que la infraestructura vial en Colombia es demasiado frágil, pues a pesar de que se construyen nuevas carreteras y autopistas para dinamizar la movilidad, el cierre de estas por algún motivo de fuerza mayor pone en jaque la economía de las zonas cercanas.
De hecho se calcula que el 20 % de la mercancía importada que ingresa al país por el puerto de Buenaventura, debe cruzar obligatoriamente el puente El Alambrado para continuar su corredor vial hasta la ciudad de Bogotá.
La advertencia fue hecha desde la Cámara de Comercio de Buenaventura en un comunicado a la opinión pública que dice lo siguiente:
“La caída del puente del río La Vieja afecta significativamente la economía del puerto de Buenaventura y del país. Esto considerando que, con el cierre de este tramo, obliga al gremio transportador a realizar un desvío por Cartago-Pereira, implicando un aumento en el tiempo de recorrido de alrededor de dos horas y el pago adicional de peajes, lo que genera sobrecostos logísticos que repercuten en el costo de las mercancías que ingresan y salen del país”.
Sin lugar a dudas esto se traduce en un alza en los costos para el consumidor final, por lo que surge entre los colombianos cierta incertidumbre sobre lo que se pueden encontrar a la hora de atravesar un puente, o la manera en que el mal estado de estos puede golpear todavía más su maltrecho bolsillo.