Uno de los primeros proyectos que llevará el Gobierno de Gustavo Petro al Congreso será el Plan Nacional de Desarrollo. Y, en segundo lugar, el que elaboró el ministro de Justicia, Néstor Osuna, que ha generado controversia en el país, que tiene como objetivo reformar el sistema penitenciario.
En ese sentido, para aclarar dudas sobre la propuesta, el ministro de Justicia publicó una serie de videos en su cuenta de Twitter, en los que explicó a fondo en qué consiste su propuesta.
“El tema general el modernizar el sistema penal penitenciario, de tal forma que le pueda ofrecer a la sociedad lo mejor que pueda ofrecerles un sistema de ese tipo, y no lo que estamos viendo en la actualidad, que tenemos un sistema puramente carcelero, que ha hecho de las cárceles unas escuelas del delito en el cual las personas aprenden a delinquir mejor, que no le ofrece a la sociedad seguridad, sensación de seguridad, que no repara a las víctimas y que ha hecho de las cárceles un sitio de simple sufrimiento, de corrupción, de crueldad, de carencias que la sociedad colombiana debe dejar de presenciar y de protagonizar”, contó.
Y agregó: “¿Cómo pensamos lograr eso? Lo primero es que las penas en Colombia son muy altas. No las vamos a reducir, no va a haber una rebaja general de penas, pero vamos a proponer que una persona que ha sido condenada por un delito, si supera procesos de resocialización, es decir, si, por ejemplo, termina su bachillerato dentro de la cárcel, si aprende un oficio, si hace un curso o si trabaja, puede recibir algunos beneficios para que conserve su nexo con su familia, para que contribuya con su familia para que pueda reparar a las víctimas para que se vayan preparando al momento en que vuelva a integrarse a la sociedad”.
“Esos beneficios tienen que ver con los subrogados penales, que son como pequeños premios a la forma de zanahoria y garrote que tiene el sistema penal. Por ejemplo, permisos de 72 horas, eso ya existe, ¿para todo el mundo? No. A los delitos más graves, no. A los delitos sexuales, no. A delitos contra los niños, no. Pero para otros delitos, una vez que se ha pagado una parte de la pena, existe la posibilidad de comenzar a tener salidas de 72 horas, para que la persona condenada a prisión no pierda los nexos con sus familias y pueda verlos de vez en cuando. Si pasadas las 72 horas no vuelven, pierden el beneficio y entran otra vez a un sistema penitenciario duro. La experiencia nos indica que actualmente quienes tienen ese permiso, casi todas siempre vuelven a la cárcel”, argumentó.
Respecto a la propuesta de que los presos puedan trabajar de día y volver a la cárcel de noche, dijo que “se ha intentado caricaturizar y burlarse del proyecto, diciendo que quiero hacer de las cárceles unos hoteles”.
Por lo que contó: “Lo primero que les diría es, vayan a una cárcel a ver qué tan hotel les parece. Pero, ¿de qué se trata? Si entre el Inpec y una empresa se celebra un convenio para que personas, que hayan cumplido más de la mitad de la pena, puedan desarrollar un trabajo, como construir vías terciarias o trabajar en una fábrica, puedan hacer ese trabajo. Y una vez finalizada la jornada, vuelven a la cárcel, eso tampoco se aplica para todos los delitos, como sexuales; contra niños, niñas y adolescentes, sino para otros delitos que no tienen ese grado de rechazo social”.
“Otro subrogado en la prisión domiciliaria, que se puede modificar un poco. Pero nos vamos a tomar la domiciliaria en serio. Con esto habrá monitoreo, es decir vigilancia por parte del Estado, de que realmente estén en su casa y no puedan salir sin permiso, y con sistemas que la tecnología de hoy permite para que nos enteremos si una persona está incumpliendo esa medida de prisión domiciliaria”, añadió.
Según explicó, eso les permite trabajar, estar en contacto con su familia y cumplir su castigo en unas condiciones que les permite prepararse para reintegrarse a la sociedad.
“Otro aspecto muy importante es la apuesta por la justicia restaurativa, que significa que nos vamos a concentrar también en reparar a las víctimas y restablecer ese tejido social, esa armonía que se rompió con el delito. El actual sistema penal no repara a las víctimas, probablemente todas las personas que ven este video han sido víctimas de un delito y no las han reparado, no les han devuelto lo que les robaron, no les han pedido perdón, y no han hecho nada para restablecerlas. Sé que en unos delitos es muy difícil, pero en los que se pueda, vamos a trabajar en esa reparación que deje satisfecha a la víctima, y hacer que la persona condenada cumpla unos meses menos de cárcel”, afirmó el jefe de la cartera de Justicia.
Y puntualizó: “En general, nuestro sistema intenta que el proceso de cárcel de una persona le sirva para salir mejor que como entró. Es decir, la verdad, lo opuesto a lo que ocurre hoy. Que le permita tener un plan de vida distinto a aquel con el que entró. Que le permita ver que hay posibilidades de vivir, con tranquilidad, con dignidad, por fuera del mundo del crimen, y en ese sentido, que delinquir no paga”.
“Esa es la idea del castigo duro, cruel, a la que yo sé que estamos acostumbrados que es el mensaje que nos han irradiado permanentemente no sirve. No nos ha dado lo que nos promete. Con esas cárceles terriblemente abarrotadas, por muchos años no hemos tenido más seguridad, menos criminalidad, ni más resocialización. Nuestro sistema pretende cambiar las cosas para un sistema penal y penitenciario mejor”, recalcó.