Por las calles de Cúcuta camina Katherine Pérez, es venezolana. En una mano lleva galletas para vender, y en la otra, un bolso con hojas de vida. Las presenta cada vez que entra a un restaurante o establecimiento que ofrece empleo. “¿Tiene papeles?”, es la pregunta que le hacen, y se esfuma la esperanza de llevar el sustento a su hija, de 6 años, y a sus padres, que superan los 80. Desde septiembre de 2021 se registró en Migración Colombia para solicitar el permiso de protección temporal, pero pasa el tiempo y aún no lo tiene. Alrededor de ese documento, llamado PPT, se han registrado los momentos más incómodos para Katherine.
Algunos colombianos a quienes les comenta que está a la espera le reprochan, pues dicen que tan pronto lo obtenga les quitará la oportunidad de trabajo a los nacionales. Escucha que la población venezolana se está llevando los recursos del sistema de salud colombiano. Pero desconoce qué tanto de lo que hablan es real y qué otro tanto es “embuste”. La polémica se intensificó en las últimas semanas porque el Gobierno colombiano ha hecho entrega masiva del PPT. Se estima que diariamente unos 7.000 migrantes reciben el documento. Ya se han entregado 200.000 permisos de 546.000 aprobados. Con corte al 31 de agosto de 2021, en Colombia se encontraban 1.842.000 venezolanos, y se calcula que más del 96 por ciento están radicados en Colombia e iniciaron su proceso para acogerse al Estatuto Temporal de Protección.
SEMANA buscó a las autoridades competentes para saber realmente a qué tienen derecho aquellos que reciben el PPT. El primer mito que se derrumba es que con este documento les van a dar nacionalidad colombiana. En realidad, les permitirán permanecer por un periodo máximo de diez años. Después de eso, el migrante deberá hacer tránsito hacia la obtención de una visa. Es verdad que con el PPT obtendrán mayor acceso a las ofertas de trabajo y competirán con colombianos para quedarse con la vacante. El empleador podrá escoger el perfil por sus capacidades y sin aprovecharse de la necesidad de los extranjeros, como ha venido sucediendo. Suelen pagarles menos a los migrantes por más tiempo laborado.
Este punto causa recelo por la alta tasa de desocupación en el país. Al cierre de 2021, 3,3 millones de colombianos seguían buscando una oportunidad de empleo, y la gran mayoría de los migrantes venezolanos dentro del territorio nacional tienen entre 18 y 39 años, plena edad productiva. No obstante, Migración Colombia indica que parte importante de los migrantes llegan a suplir mano de obra en algunos sectores productivos, como agricultura y construcción. Colombia no tenía una historia migratoria que, para muchos sociólogos y economistas, hoy se está construyendo con mucho escozor, pues pocos se atreven decirlo en voz alta por el temor a ser tildados de xenófobos.
Quien tenga el PPT no podrá votar en Colombia, ni en estas elecciones ni en las que se adelanten en los próximos diez años. Sí recibirán muchos beneficios que les darán un trato digno como seres humanos: la salud es un derecho fundamental, y la población migrante solo podía acceder a ella si requería una urgencia. Ahora podrán obtener una atención más amplia, con acceso a consultas para tratamientos de enfermedades e incluso para prevención de estas .
Es verdad que podrán afiliarse al régimen subsidiado o contributivo. Hasta el momento, según la Administradora de los Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres), hay 437.443 venezolanos afiliados. Y los recursos para pagar salen del presupuesto general de la Nación y de dineros que aportan las diferentes entidades territoriales, entre otros por el monopolio de juegos de suerte y azar. Todo este proceso social tiene también intereses en materia de seguridad y justicia: los migrantes dejarán de ser invisibles, tendrán un documento con el que se puede construir una base de datos e identificar quiénes son y dónde viven.
Es falso que con el documento tengan acceso a subsidios. La esperanza para Katherine, como para muchos migrantes, es que le entreguen pronto su PPT para poder trabajar, así no sea en la docencia, que es para lo que se preparó en su país. Solo necesita una oportunidad y que las personas con las que se cruza se pongan en sus zapatos antes de juzgar. Nadie sabe cómo le va a tocar si debe abandonar su hogar en búsqueda de mejores oportunidades.