El reciente caso que le costó la vida al ingeniero Camilo Restrepo, a quien para robarlo le habrían suministrado un potente medicamento que lo dejó en un estado de desorientación completo que lo llevó a deambular por las calles de Bogotá, donde infortunadamente murió luego de ser atropellado por un carro, deja sobre la mesa la duda de qué es la escopolamina, qué sustancia es la que les dan a las personas que pierden la conciencia.
Restrepo forma parte de los 615 casos que se han presentado este año en la ciudad, en que los criminales les han suministrado algún tipo de droga a sus víctimas para minimizarlas y poder someterlas a su voluntad con el fin de hurtarles sus elementos de valor.
SEMANA habló con el coronel Luis González, jefe de la Sijín de Bogotá, unidad encargada de investigar estos casos. El oficial derribó algunos mitos urbanos que se han tejido sobre esta modalidad de hurto y entregó una radiografía de lo que está pasando en la ciudad con estos casos.
Mito de la escopolamina
Según el coronel González, en este tipo de robos no siempre se trata de uso de escopolamina para someter a las víctimas. El oficial indicó que, por lo menos en los últimos 20 años, no se tiene información de la utilización de esta sustancia por los delincuentes para cometer los hurtos.
Explicó el jefe de la Sijín que lo que se ha descubierto es que los ladrones acuden a las llamadas benzodiacepinas para cometer sus crímenes.
¿Pero qué son las benzodiacepinas?
Son psicofármacos que afectan el sistema nervioso central y se utilizan, según el médico cirujano Pedro Granja, en procesos de anestesiología o para tratar a personas con problemas de insomnio o depresión. “Sobre estos medicamentos hay varias presentaciones, los inyectables, en pastilla o en gotas. Hay algunos que son leves y de efecto demorado, y otros fuertes, de efecto rápido”, señaló el profesional de la salud.
Así mismo, indicó que también pueden producir una clase de amnesia temporal. “Esto produce un efecto de sedación y cuando alguien está bajo esta condición es fácil su manipulación”. Sobre si estos medicamentos pueden causar la muerte, explicó Granja que lo que lleva a esta es la combinación de los medicamentos con sustancias como alcohol y estupefacientes o, en algunos casos, si se suministra en grandes cantidades.
Modus operandi
El coronel González indicó que, en Bogotá, el modo de operar de quienes se dedican al hurto de personas utilizando esta modalidad consiste en suministrar el fármaco en bebidas, sin que quien las consume se dé cuenta.
Por lo general, sucede en establecimientos de rumba, restaurantes, etc. Entre las principales víctimas se encuentran hombres que son seducidos por mujeres en las discotecas y, luego de ganarse su confianza e intercambiar un par de copas, ellas suministran el medicamento en la bebida y se los llevan para hurtarles el dinero que tienen en las cuentas bancarias, los celulares y demás elementos de valor.
En otros casos, se van con las víctimas a sus apartamentos y allí aprovechan para robarles las pertenencias, en lo que se conoce como apartamenteras.
Citas peligrosas
Otro factor de vulnerabilidad que han detectado las autoridades en la capital del país son las citas por aplicaciones. Según el coronel González, ya tienen identificados varios casos en que las víctimas han conocido a sus victimarios en una aplicación, se citan en un establecimiento público, puede ser un restaurante o una discoteca, y allí son drogadas.
Por esta razón, las autoridades hicieron un llamado para que los ciudadanos no bajen la guardia cuando salen a sitios públicos o a encontrarse con desconocidos, pues estos momentos de relajación de las personas son los que aprovechan los delincuentes para actuar y ejecutar el macabro plan de suministrar potentes somníferos que, en algunos casos, pueden causar la muerte.