Entre 2003 y 2007, cuando Alberto Carrasquilla asumió su primer período como ministro de Hacienda, impulsó la creación de los denominados ‘bonos agua’, mejor conocidos como ‘bonos Carrasquilla’, un tipo de endeudamiento con el que los municipios podrían construir sistemas de agua y alcantarillado que hasta el momento no tenían.
La Alcaldía de Mitú vio en este mecanismo un salvavidas para que sus habitantes pudieran contar con una planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR). Sin embargo, la planta que costó más de 17.000 millones de pesos, solo funcionó seis meses y ahora el municipio está endeudado y sin PTAR porque quedó mal construida.
La Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios pudo corroborar, en una visita que realizó a Mitú en días pasados, que la PTAR no funciona debido a fallas estructurales desde el inicio de su operación. En temporada de fuertes lluvias, el terreno donde está construida la PTAR se inunda, por lo que se decidió construir unos muros para que el agua no afectara la maquinaria que se usa para el proceso de limpieza del agua residual.
Además, como el servicio de alcantarillado no está dividido entre pluvial y residual todo llega a este mismo lugar, tanto el agua lluvia como las aguas negras de las viviendas; por supuesto, mezcladas con basuras, lo que hace que la operación de la PTAR sea insuficiente. A esto se le debe sumar que la planta la construyeron al revés, es decir, las esclusas, que en una PTAR normal están a la entrada del agua, acá quedaron ubicadas en un segundo nivel por lo que la basura y el material que llega no se pueden retener.
Además de la deuda millonaria que adquirió la Alcaldía de Mitú para construir la PTAR, ahora le está invirtiendo 1.000 millones de pesos adicionales para para intentar arreglarla y ponerla en funcionamiento, nuevamente, en mayo próximo.
Otra perla en Mitú
En 2008, la Alcaldía de ese momento adquirió un terreno “apropiado” para construir un relleno sanitario y así acabar con el gran problema de las basuras que tenía el municipio, pero, al parecer, la compra de este terreno no fue formal por parte de la Alcaldía, sino que fue un negocio de palabra porque no existe ningún papel que lo certifique.
La construcción del relleno sanitario se puso en marcha. Sin embargo, cuando las obras estaban bastante adelantadas, pues se alcanzaron a hacer algunas adecuaciones y a construir algunos vasos para el depósito de los residuos sólidos, una persona llegó a reclamar el terreno argumentando que era de su propiedad; incluso, ganó una demanda que interpuso.
Actualmente, el terreno está abandonado y las basuras se siguen depositando en un botadero a cielo abierto que no cumple las condiciones técnicas para el adecuado manejo de los desechos. Pero lo más grave es que los lixiviados (líquidos que emanan de la basura) no tienen ningún tratamiento y, presuntamente, están llegando al río Vaupés, el mismo río de donde se toma el agua para el acueducto y el mismo donde pescan y conviven decenas de comunidades indígenas.
Servicios públicos con graves fallas en Mitú
Luego de dos días de visitas técnicas en los que se hizo inspección integral a la operación del acueducto, alcantarillado, aseo y energía en la capital del Vaupés, la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios alertó sobre la crítica situación de los servicios públicos que reciben los mituenses.
La Superservicios aseguró que la calidad del servicio de acueducto es deficiente. “Pudimos comprobar que la planta de tratamiento de agua potable (PTAP) es insuficiente para procesar la cantidad de líquido que requiere el municipio, ya que está diseñada para potabilizar 30 litros por segundos y la demanda es de 45 litros por segundo, aproximadamente. Para atender esa demanda, el municipio que tiene a cargo el servicio está sacrificando calidad por continuidad, es decir, se está forzando la infraestructura para suministrar agua durante todo el día, pero sin las adecuadas condiciones de potabilidad”, aseguró la superintendente Natasha Avendaño García.
Frente al servicio de energía, la entidad encontró en funcionamiento tres de las cuatro unidades de generación de la pequeña central hidroeléctrica de Mitú, operada por Gensa. Sin embargo, la comunidad manifestó fallas en la calidad y continuidad debido a que no se ha logrado normalizar la estructura empresarial del servicio por parte de la Gobernación del Vaupés, responsable de la distribución y comercialización de la energía.
“Sabemos que hay una intención real del departamento para solucionar estos problemas, pero a la fecha no conocemos un estudio que demuestre la viabilidad financiera para hacerlo efectivo. Insistimos a la Gobernación y a la ciudadanía sobre la necesidad de realizar la medición individual del consumo con el fin de garantizar los derechos de los usuarios y la sostenibilidad financiera de la operación”, dijo la superintendente Avendaño.