No hay grupo o red social en el que se desenvuelvan los militares colombianos en retiro en los que no se hable de la oportunidad latente de viajar a Ucrania a luchar una de las guerras más grandes en este momento. Allí contratan a los militares experimentados de diferentes países, forma parte de su estrategia de defensa y esa se convierte en la manera más segura de salir, en este caso, de Colombia, de forma legal y experimentar qué es estar afuera y mandar dinero a su familia, que con el cambio a la moneda local termina siendo una propuesta tentadora.
Ángel Alarcón, vive en Sogamoso, Boyacá, tiene 39 años y luego de 20 de ellos sirviendo al Ejército colombiano como soldado profesional se pensionó, pero siente que le hace falta la adrenalina cuando se para con un arma en la línea de combate para defender los intereses de una población. Por eso, cada vez que le llega propaganda que lo invita a alistarse al Ejército ucraniano siente que es una buena opción.
Tan buena resulta ser la oferta que tiene conocimiento que soldados estando activos han decidido retirarse de la institución e irse a la guerra, “al otro lado del charco”. Llegar a Europa en esas condiciones no resulta ser tan descabellado, a pesar de las noticias que se han conocido en las que se habla de capturas por parte del Ejército Ruso y las muertes que se han registrado.
Esta semana el embajador de Colombia en el Reino Unido, Roy Barreras, alertó que irse a pelar en una guerra ajena es una pésima idea, porque irse a Ucrania se está convirtiendo en una trampa mortal en la que el principal anzuelo para caer en ella es el dinero y que en realidad solo convierte a quienes decidan ir en carne de cañón.
Uno de los uniformados que está haciendo tramite de retiro y que teme dar su nombre por represalias, asegura que lo que dice Barreras no es del todo cierto, que el principal anzuelo que tienen los ucranianos con los colombianos es que en Colombia no se sienten valorados. “Allá la gente trata a los colombianos como héroes. Cosa que hace rato no sentimos aquí. Nos tratan de asesinos, nos sentimos burlados por los grupos criminales y la falta de liderazgo y planeación de los comandantes si nos está convirtiendo en carne de cañón”, dice con un tono de decepción y agrega que son mejor remunerados quienes deciden viajar.
Chaca, como se hace llamar uno de los mercenarios entre sus compañeros de combate en Ucrania, dijo en SEMANA que efectivamente allí lo tratan como un héroe: “yo me encuentro en este momento en Járkiv. Las personas cuando nos ven en las calles nos piden fotos y nos agradecen por lo que estamos haciendo. Combatir acá es muy duro”, aseguró en su momento a este medio. Indicó que pensaba regresarse con su familia tan pronto ahorrara un dinero que requería para darles estabilidad, porque era consiente que por más vocación que tiene el riesgo realmente es grande.
Confiesa que cada vez que cae cerca una de las granadas que se detonan, sus oídos retumban, para él es más fácil que el lector recuerde una escena de acción de una película de guerra que describirla, pero es tan semejante que así es como lo vive al escuchar el estruendo que los deja sordos y mientras corren para tratar de resguardasen solo ven los cráteres que quedaron en el piso por la onda explosiva.
“Uno le pide mucho a Dios. A uno le ha tocado meterse en las trincheras con los ucranianos, ellos hablan de la familia y uno también, de mis hijos, de mi hogar. Acá son granadas 105, de 90 para arriba. Es duro. Uno en Colombia escucha granadas de 40, pequeñas, de 60″, describe.
Barreras asegura que van 51 colombianos muertos que se han ido como mercenarios a Ucrania, eso lo reveló en un mensaje que escribió el pasado 4 de junio en sus redes sociales, mientras tramitaba la repatriación del cadáver del último caído en combate.
Los mercenarios con los que ha hablo este medio son conscientes del riesgo, la gran mayoría se va con condiciones claras y se sienten orgullosos al decir que son colombianos, porque son de los más apetecidos y mejores pagos. Claro, es que están en primera línea de defensa, por eso a diferencia esos 12 millones de pesos que reciben en promedio se los ganan realmente dando su vida. Cada día para ellos se convierte en un regalo divino. No solo mueren en combate, cuando son detenidos por el ejército Ruso, dicen que podrían llegar a ser torturados.
Miguel Cárdenas, mercenario colombiano que está en poder del ejército ruso, en un video en el que se ve golpeado cuenta detalles que fue miembro de la Policía Nacional y que la está pasando muy mal por cuenta de un conflicto ajeno. Para algunos, el testimonio es genuino, para otros los rusos lo están usando como estrategia para infundir temor y que baje la cantidad de colombianos que quieren apoyar a los ucranianos.
Uno de los grandes temores que tienen los mercenarios es llegar a un terreno de incertidumbre en garantías. Lo tradicional es que les hagan firmar un contrato por tres años, pero con la certeza de que pueden desistir de él en cualquier momento. Para llegar al salario más alto tienen que pasar un periodo de prueba de tres meses, algunos al ver el alto riesgo que atraviesan no alcanzan a completarlos, así que solo recibieron una contraprestación monetaria de tres millones de pesos por mes.
Las bases militares en Ucrania tienen a cientos de colombianos, por eso se habla que los soldados colombianos están siendo exportados. El excomandante del Ejército Nacional, general en retiro Eduardo Zapateiro, afirmó que los militares colombianos son demandados en el exterior por el excelente entrenamiento, disciplina y experiencia operacional que tienen. Así lo destacan los medios internacionales, sumando los retos que han tenido con los grupos ilegales.
En conversación con SEMANA, manifestó: “El soldado colombiano es un hombre con vocación y, así mismo, son muchachos que, en su mayoría, terminan sus carreras a corta edad y tienen mucho que brindar en el ámbito de seguridad y defensa”. No solo hay ofertas en Ucrania, también en los Emiratos Árabes y territorios africanos.
Lo importante, a su juicio, es ser cuidadoso con el tipo de empresa y misión en la que se embarcará y no ser víctimas de engaños y falsas promesas, como lo relataron algunos veteranos en Ucrania. Lo problemático es que, en el caso de esa guerra, el reclutamiento está avanzando sin freno con poca claridad sobre lo que enfrentarán
Un reportero de SEMANA se hizo pasar por militar colombiano interesado en viajar a Ucrania, y mostrar cómo funciona la ruta que conduce a ese mundo de incertidumbre. Todo la negociación puede arrancar por mensajes de WhatsApp, allí explican que lo único que debe tener a la mano es el pasaporte y estar legamente en el territorio, además que debe tener dinero para sostenerse durante dos semanas, eso implica no solo alimentación sino también hospedaje en la ciudad de Ternopil, tiempo en que logran hacer la vinculación, ya sea para la primera o segundo frente de batalla, el tercero suele ser para los ucranianos, el riesgo es mucho menor.
El pasado jueves la Cancillería indicó en un comunicado que desde el 24 de febrero de 2022 se han atendido cerca de trescientas solicitudes de colombianos que decidieron salir de Ucrania, “quienes fueron evacuados oportunamente, así como los casos de más de cincuenta colombianos que han resultado víctimas del conflicto, luego de haberse unido voluntariamente a las fuerzas de combate ucranianas”, en la publicación dejan claro que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia no promueve ni facilita la vinculación de ciudadanos colombianos al ejército de Ucrania, pues son decisiones personales, voluntarias e individuales.
Por eso desde la Cancillería les recomiendan a personas como Alarcón que aún están pensando si arrancar o no que hay que tener presente que la situación actual en ese país representa un riesgo para la vida, inclusive para aquellos con experiencia militar.