Sobre las 8 de la noche del lunes pasado, en zona rural de Pandi (Cundinamarca), un grupo de hombres armados interceptó un bus de servicio público que había salido esa tarde desde Bogotá con rumbo al municipio de Cabrera. Los delincuentes intimidaron al conductor y a sus ocho pasajeros, a quienes los hicieron bajar del vehículo, que finalmente fue incendiado. Dos días después, las labores de inteligencia de la Policía y la Fuerza Aérea condujeron a la identificación de dos de los supuestos responsables del atentado, quienes murieron en enfrentamientos con las autoridades. Al parecer, se trataba de miembros de una disidencia de las Farc. Puede leer: Cuatro ataques atribuidos a disidencias de las FARC ocurrieron durante la posesión de Duque El hecho, poco común en el departamento desde el desarme de la guerrilla, generó alarma al punto que las autoridades locales y departamentales organizaron un consejo de seguridad y ofrecieron 20 millones de pesos de recompensa por información sobre los responsables. Las autoridades militares y policiales también desplegaron un amplio operativo. La región donde se presentaron los hechos, entre Pandi y Cabrera, corresponde al bajo Sumapaz, que hace varios años estuvo en fuerte disputa por las Farc. A raíz del atentado, la zona permanece militarizada mientras avanzan los operativos, con presencia de aeronaves de la Fuerza Pública, sobre los presuntos criminales que habrían quemado el bus de transporte público.