A los 95 años de edad murió el expresidente de la República Belisario Betancur Cuartas. Gobernó al país entre 1982 y 1986, en uno de los periodos más complejos de la historia de Colombia. Poeta, intelectual, contertulio, humanista, filántropo, pero sobre todo político y líder del Partido Conservador, son algunas de las muchas palabras que podrían definir a este hombre nacido en un humilde hogar campesino de Amagá (Antioquia). Betancur empezó a en la política muy joven. En 1945 se casó con Rosa Elena Álvarez Yepes, con quien tuvo tres hijos, Beatriz, Diego y María Clara. Entre 1945 y 1947 fue diputado conservador a la Asamblea de Antioquia, en medio del renacer de la violencia partidista. También incursionó en el periodismo e hizo parte de la Asamblea Nacional Constituyente en 1953 que reemplazó al Congreso hasta 1957. Pero una vez Gustavo Rojas Pinilla se volvió dictador, Betancur se volvió opositor al punto de que estuvo detenido. Con el Frente Nacional, Betancur se acercó aún más a la línea de Laureano Gómez. Durante el gobierno de Guillermo León Valencia, fue nombrado ministro de Trabajo en 1963, lo que lo catapultó al poder central. En 1970 decidió lanzarse la Presidencia en oposición a la candidatura del conservador Misael Pastrana Borrero. Betancur sacó la sorprendente cifra de 417.350 votos. Lo ocurrido en esos comicios es fuente de debate y de denuncias de fraude en contra de Gustavo Rojas Pinilla. Tras la derrota, fue embajador en España. En 1978 se postuló de nuevo a la Presidencia, esta vez como candidato oficial del conservatismo. Fue derrotado por el liberal Julio César Turbay Ayala, quien le ganó por un estrecho margen. Tras conocer la derrota en las urnas en las elecciones presidenciales de 1970 y 1978, este abogado de la Pontificia Universidad Bolivariana —en donde se graduó en derecho y economía en 1947—, ganó las elecciones en 1982 gracias a la división del Partido Liberal: Luis Carlos Galán había creado el Nuevo Liberalismo y se lanzó a la contienda de aquel año como disidente de su partido, que había escogido como candidato al expresidente, Alfonso López Michelsen.   Puede leer: La última entrevista de SEMANA a Belisario Betancur (q.e.p.d) Con el slogan de campaña “Sí se puede” y la innovadora promesa de darles vivienda a los más pobres sin pagar cuota inicial, Betancur ganó las elecciones con 3.189.587 frente a 2.797.786 que obtuvo López. Galán obtuvo 746.024. En su discurso de posesión dijo: “voy a educar al pueblo para que pueda cuestionar todas las injusticias que padece”.   Durante su gobierno, Betancur se la jugó por la paz y, desde entonces, se convirtió en un abanderado de ella hasta su muerte. El 19 de septiembre de 1982 creó la Comisión de Paz para que adelantara conversaciones con las Farc, el M-19 y todos los movimientos guerrilleros que había en el país. Ese mismo año lideró la Ley de Amnistía para que los líderes de esas organizaciones pudieran dialogar. Además, con esa misma ley, cientos de guerrilleros y presos políticos salieron de las cárceles del país, lo que le generó una fuerte oposición de parte de las Fuerzas Militares en cabeza del entonces ministro de Defensa, general Fernando Landazábal Reyes, y una parte del Partido Conservador. En marzo de 1984 en La Uribe, Meta, se firmó el acuerdo al cese al fuego entre la comisión de Paz y el Secretariado de las Farc, y en agosto con el EPL, la Autodefensa Obrera y el M-19. Sin embargo, los enfrentamientos y hostigamientos nunca pararon y el gobierno nunca pudo certificar que el cese y los acuerdos se cumplieran, en especial con el M-19. Los tiempos que le correspondieron gobernar al país han sido de los más complejos de la historia moderna. Tuvo que hacerle frente a la explosión del narcotráfico y la aparición de los primeros grandes capos como Pablo Escobar, Carlos Lehder; Jorge Luis, Fabio o Juan David Ochoa o los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela. Estos y otros narcotraficantes habían empezado a crear sus ejércitos privados de sicarios, para defender sus negocios, o sus tierras y grandes feudos que habían empezado a comprar en varias regiones del país, como el Magdalena medio. Como en algunas zonas había presencia guerrillera, estos y otros narcos se aliaron con grupos de autodefensas campesinas o de esmeralderos para combatir a los grupos de izquierda. Un poco antes también había nacido el MAS (Muerte a secuestradores). Le recomendamos: “Sentí que una antigua novia al fin me decía Sí”: Belisario Betancur Un hecho que cambió la historia de su gobierno fue Tranquilandia, el operativo policial más grande que se había hecho en el país contra el narcotráfico. El 7 de marzo, con la ayuda de la DEA, llegaron a un complejo de nueve laboratorios entre Meta y Caquetá que podía producir cientos de toneladas de cocaína. Al frente de la operación estuvo el coronel de la policía Jaime Ramírez Gómez, quien después sería asesinado por sicarios. En respuesta a esta acción, la mafia mandó a asesinar al ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla. En su sepelio, el 2 de mayo de 1984, Betancur anunció que comenzaría a extraditar a colombianos a Estados Unidos que estuvieran acusados o condenados por narcotráfico. El 5 de enero de 1985, Hernán Botero Gómez, dirigente del Atlético Nacional, junto a otros cuatro ciudadanos fueron los primeros en ser extraditados. Esto desató la guerra entre el Estado y las mafias del narcotráfico. Un año después, los extraditables, liderados por el cartel de Medellín, se presentaron oficialmente con su lema de batalla: "preferimos una tumba en Colombia a una cárcel en Estados Unidos". Además de este violento panorama, Betancur tuvo que afrontar la furia de la naturaleza. En la Semana Santa de 1983 un terremoto dejó casi destruida Popayán y otras poblaciones vecinas: hubo más de 300 muertos y más de 10.000 familias damnificadas. Una dura prueba para un Estado que no sabía nada de prevención ni atención de este tipo de desastres. Tal vez, noviembre de 1985 fue la peor semana en la vida de Betancur. El 6 de noviembre, un comando armado del M-19 se tomó el Palacio de Justicia en Bogotá para hacerle un juicio sumario por no haber cumplido lo acordado en el proceso de paz. Tanto la toma, como la retoma por parte de las Fuerzas Militares; junto a los 98 muertos y desaparecidos que dejó este hecho, lo persiguieron hasta su muerte, incluida la sombra de ir a juicio. Cuando el país no se reponía del holocausto del Palacio de Justicia, el 13 de noviembre de 1985, la erupción del Nevado del Ruíz borró Armero y dejó bajó tierra a más de 22.000 personas. Lo ocurrido es algo que el país conoce a profundidad. A Betancur también se le recuerda porque fue el presidente que renunció a ser la sede del Mundial de Fútbol de 1986, porque el país no tenía la capacidad económica para realizarlo. También por extender el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a la población. A pesar de los tiempos que le tocaron, Betancur trató de hacer un gobierno en favor de los pobres y cercano al pueblo. Sugerimos: La carta de Belisario Betancur a sus hijos y bisnietos Tras salir de la Casa de Nariño, Betancur cumplió su promesa de no tener injerencia en la vida política de sus sucesores ni promover polémicas o debates políticos. Eso sí, nunca renunció a ser un abanderado y defensor de la Paz, no solo de Colombia. Fue presidente y miembro de la Comisión de la Verdad en Salvador en 1993. Retomó su vida intelectual, de poeta, escritor y pensador. Se fue a vivir un tiempo a España, se vinculó a la Editorial Santillana y su fundación. Fue miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes, de la Academia Colombiana de la Lengua, la Academia Colombiana de Jurisprudencia y la Academia Colombiana de Historia. En febrero de 2011, fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua. En sus últimos años compró una casa en Barichara, que usó como refugio junto a la artista venezolana Dalita Navarro, sin dejar de un lado su prolija vida cultural e intelectual. Cuando lo consideraba necesario, salía a hablar de temas de importancia nacional como lo hizo varias veces para defender el proceso de paz con las Farc.