En México se calcula que cada día son asesinadas tres mujeres. Entre enero y septiembre de 2019, 2.833 mujeres habían sido asesinadas, de estos casos solo 729 fueron investigados como feminicidios, de acuerdo con el Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio.Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México es el segundo país con más feminicidios en Latinoamérica después de Brasil. El Observatorio de Igualdad de género de este ente registraba para el año 2018 898 casos de feminicidio en este país. Ante la falta de garantías para su protección y de un sistema en el que muchos de los casos de violencia contra la mujer quedan en la impunidad, las mujeres en el país centroamericano han optado por buscar academias para aprender a defenderse. Una de ellas es la Federación Sudamericana de Krav Magá. El Krav Magá, explica Albano Santiago, profesor de esta disciplina, se trata de un sistema de defensa personal utilizado por las Fuerzas de Defensa y Seguridad israelíes.

“Muchas de las mujeres que buscan clases de defensa personal ya han sido golpeadas, han tenido intentos de violación o incluso de secuestro y asesinato. Se acercan con miedo, porque ya es una necesidad para ellas aprender a defenderse”, dice Santiago.

Foto: cortesía Albano Santiago. 

Foto: cortesía Albano Santiago. En el Krav Magá las mujeres aprenden cuáles son los principios de seguridad personal, más allá de los golpes y las patadas. “El principio de seguridad israelí es más que todo preventivo. Incluye la identificación de situaciones de peligro y cómo hacerles frente, partiendo de la búsqueda de salidas y, si no hay otra opción, la de enfrentar el peligro directamente”, describe Albano. “El  70% de las mujeres que se acercan a la academia ya tuvieron alguna agresión y tienen miedo; el restante, se acerca porque alguna persona cercana sufrió una situación de violencia o porque las mismas mamás quieren que sus hijas aprendan”, dice el profesor. Para esto, en los mismos colegios y en las calles, se dictan clases para que las más jóvenes puedan reaccionar ante una situación de agresión. Estas clases se realizan generalmente a niñas entre los 12 y los 16 años. “Si un vehículo se detiene frente a ti y las personas al interior te quieren ingresar a la fuerza, ¿tú qué puedes hacer?”—pregunta el profesor a manera de ejemplo— “Te puedes pegar a la pared, tirar al piso, golpear. Precisamente eso es lo que tratamos de enseñarles, porque lamentablemente se trata de una situación muy común”. 

Foto: León Darío Peláez/ SEMANA. Ni una rosa másEn Colombia la violencia contra la mujer es una problemática preocupante. Un informe de Medicina Legal muestra que entre enero de 2018 y el 20 de febrero de 2019 hubo 1.080 asesinatos de mujeres.Así como en México, en Colombia hay grupos en los que se forma en defensa personal a mujeres para evitar la violencia de género. Un ejemplo de esto es la Escuela de Kickboxing Rosa Elvira Cely. Esta escuela nace en el 2015 y tiene como objetivo empoderar a las mujeres, quitar el temor a las mujeres y promover el autocuidado, entre otros. Su nombre está inspirado en memoria de Rosa Elvira Cely, quien fue violada y asesinada en el año 2012. 

Este tipo de escuelas y prácticas son cada vez más necesarias. La percepción de inseguridad entre las mujeres hace que estas tomen medidas de prevención y de protección. “Colombia es un país muy peligroso” dice Dayana Acevedo, jefe de prensa la Fundación Feminicidios Colombia, durante las marchas del Día de la Mujer.“Necesitamos que la institución nos proteja, nos garantice los derechos como mujeres, porque las cifras siguen aumentando”, explica Acevedo. Cuando el Estado no es suficiente para detener esta problemática, son las personas las que deben garantizar su integridad. ¿Qué pueden hacer las mujeres según el Krav Magá?Este tipo de defensa personal está compuesto por tres principios básicos: es simple, rápido y objetivo. Se trata de enseñarles a las mujeres a perfeccionar los movimientos naturales, para convertirlos en movimientos de defensa.  Si las mujeres tienen en su bolso un spray, plumas, bastones pequeños o incluso pinzas, se les enseña cómo hacer uso de estos objetos comunes en la defensa personal, para que puedan bloquear un ataque y, al mismo tiempo, atacar, de ser necesario. La identificación de puntos sensibles en el agresor también hace parte del entrenamiento. En los hombres, estos puntos son los genitales, las costillas, la nariz y los ojos. “Les enseñamos cómo posicionar sus manos. Los genitales son una parte fácil de golpear. Con poca potencia logras contundencia”, explica Albano.

Foto: Albano Santiago.