La pandemia del coronavirus en Bogotá no da tregua y, al tiempo que aumentan los contagios y los fallecimientos, se ha presentado un efecto secundario: los hornos crematorios están llegando a su límite. Aunque aún no hay una saturación en el servicio, como lo aclaró este sábado el secretario de Salud, Alejandro Gómez, “sí se ha sentido un estrés en la capacidad de cremación, algo que es apenas lógico con el nivel de contagio que hemos tenido en los últimos días”.
Para solucionar el tema, la Alcaldía ha tomado varias medidas como pedir la colaboración de las entidades privadas para unir esfuerzos y aumentar la capacidad, adquirir contenedores refrigerantes para mantener los cuerpos por uno o dos dás mientras se abren espacios en los hornos, o autorizar la inhumación de algunas personas. Desde el Concejo de Bogotá, sin embargo, se presentó este sábado una nueva propuesta para ayudar a descongestionar el tema: aliarse con municipios cercanos, como Girardot, Cota, Zipaquirá y Ubaté, para que sus hornos crematorios reciban parte de los cuerpos que están en la ciudad. La propuesta es del concejal Samir José Abisambra, quien aclaró que “la idea es que aprovechemos la buena articulación que hay con Cundinamarca para que estos municipios le echen una mano a la capital”.
Lo cierto es que los habitantes de algunos de los barrios en los que están ubicados los hornos crematorios se han quejado por la alta actividad de estos en los últimos días. En la localidad Antonio Nariño, por ejemplo, donde está ubicado el Cementerio del Sur, uno de los ediles exigió en Twitter que trasladen los hornos que “nos están enfermando, no dejan de contaminar”. Y algo similar ocurre en Fontibón.
Para el concejal Abisambra, “las recientes conclusiones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC en España, muestran que un cuerpo humano emite unos 27 kilos de dióxido de carbono cuando es quemado y esta contaminación se tendría que multiplicar por las cremaciones que se presenten en el día, situación que a medida que avanza el pico de la pandemia y se incrementa el número de muertes, puede ser aún más perjudicial para quienes habitan en cercanías de estos escenarios”.
Hasta ahora, la Secretaría de Ambiente de Bogotá ha ido a algunos de estos hornos para revisar que cumplan con todos los requerimientos. En el de Fontibón, por ejemplo, la secretaria Carolina Urrutia dijo que aunque cuenta con todos los permisos al día, los encargados deben hacer algunos mejoramientos en la operación. La secretaria también aclaró que la cremación es un método que garantiza que no haya riesgo de contagio por coronavirus. “La disposición final de los cuerpos de pacientes con sospecha o que tuvieron covid-19 será preferiblemente mediante la cremación. Este proceso no representa ningún riesgo para las personas que habitan cerca de los hornos crematorios”. En Bogotá hay 13 hornos, seis los opera el Distrito (Uaesp) y siete son operados por cuatro empresas privadas. Todos están en funcionamiento y son objeto de seguimiento y control por parte de las Secretarías de Ambiente, Salud y la Uaesp. Además, según las autoridades, siguen los protocolos de la OMS.