Tráfico de drogas por internet y ¿el fin del narcotráfico?, el título del panel, que se llevó a cabo este jueves en el marco de la 'Semana psicoactiva', no es exagerado. Cuatro expertos en la materia presentaron sus ponencias en este evento organizado por la Secretaría de Salud y la corporación Acción Técnica Social. Todos coincidieron en una cosa: lo que está pasando con internet y el negocio de las drogas está llamando la atención a nivel mundial. La creación de plataformas virtuales para comercializar sustancias psicoactivas a nivel global está cambiando la forma como usuarios, expendedores y autoridades se aproximan al mundo de las drogas. Así como los periódicos, el cine, la música han cambiado radicalmente debido a la evolución de Internet, el negocio de las sustancias psicoactivas también entra en una nueva era. Las razones para este cambio son evidentes, pues hay múltiples beneficios de este nuevo modelo de negocio: mayor seguridad para comprador y vendedor, mayor variedad de productos, mejor precio y mejor calidad. A su vez, avances tecnológicos que permiten realizar transacciones anónimas y seguras. “Este es el comienzo del fin del narcotráfico como lo conocemos actualmente”, dice con énfasis Julián Quintero, miembro del programa Échele cabeza cuando se dé en la cabeza y moderador de la charla de este jueves. “Yo no soy futurólogo, pero sí me atrevo a decir que usar la red para comprar drogas va a cambiar muchas cosas”, afirma Fernando Caudevilla, médico español experto en familia y drogodependencia. “¿Esto va a sustituir o va a acabar con el narcotráfico tal como lo conocemos? Probablemente no, porque internet, hasta el momento, tiene más que ver con la distribución a pequeña y media escala. Los grandes carteles no están en esto, pero probablemente van a aparecer otras formas de distribución”, agrega. El tema de la calidad y la diversidad de drogas en internet es sorprendente. “Un gramo de cocaína en las calles de Londres cuesta entre 180 y 200 dólares, un gramo de cocaína en la ‘deep web’ está entre 45 y 60 dólares y es de mejor calidad. Esto debido a que al pasar por tantas manos se corta la calidad. Y en cuanto a la variedad, aquí los tipos de drogas sintéticas que hay son inimaginables”, señala Quintero. Nuria Calzada, de Energy Control -un programa enfocado en reducir los riesgos asociados al consumo recreativo de drogas que ofrece el servicio de análisis de sustancias- demostró con rigor cifras que demuestran que la calidad de las drogas por internet es sin duda mejor que la de las que se venden convencionalmente. “Por ejemplo, mientras que la cocaína llega al 95 % de pureza, en las calles no pasa del 60 %”, señaló. Y en cuanto a la calidad en el servicio, las novedades también son significativas. “Esto es como comprar por e-Bay, cada cliente califica al vendedor. Inclusive, algunos vendedores envían muestras gratis para que los usuarios las califiquen. Es un sistema basado en la confianza porque el vendedor es ‘premiado’ por los usuarios”, reitera Caudevilla. “La relación entre comprador y vendedor es horizontal y directa. No hay intermediarios”, dijo, por su parte, Natalia Guerrero, periodista de Vice especializada en este tema. Recibir la droga en un paquete sellado que llega a la casa, sin tener que tener contacto con nadie, sin involucrar una cadena de producción que probablemente involucra otros crímenes, es una razón más para que los usuarios migren a este mercado. Deep web: un mundo de ciencia ficción La deep web o red profunda no es un concepto fácil de entender porque no es fácil entrar a él. Desde afuera se ve como un misterioso inframundo en el que entes (personas sin identidad) hacen negocios de todo tipo. Se encuentran desde enormes bibliotecas, investigaciones, foros, filmografías, hasta las actividades más oscuras: prostitución y pornografía infantil, venta de armas, etc. La deep web funciona a través de un navegador especial llamado Tor, el cual ofrece una nueva forma de acceder a internet bajo una identidad anónima. Las transacciones se hacen con bitcoins, una moneda virtual que permite realizar transacciones anónimas e instantáneas sin ningún tipo de intervención estatal o bancaria y desde cualquier lugar del mundo. Además, se usa un programa llamado GnuPG, que permite una forma de comunicación privada y anónima. En otras palabras, la deep web es un mundo oculto y sin identidades. Estos avances tecnológicos ya tienen vuelta atrás. Por el contrario, cada vez más el internet está ganándole espacio a los negocios tradicionales, entre ellos al microtráfico callejero. El caso Silk Road Hace menos de un mes Ross Ulbricht, el creador de Silk Road, una página web que se denominó el ‘Amazon de las drogas’, fue condenado a cadena perpetua. “Con esto buscan intimidar, esta condena es de esas que llaman ejemplarizantes, pero esto no tiene freno. Inmediatamente cerró Silk Road aparecieron 10 negocios iguales”, explica Quintero. Silk Road usaba la moneda virtual bitcoin para los pagos. En apenas dos años de funcionamiento -entre el 2011 y el 2013- generó más de 1.200 millones de dólares en transacciones. Una vez cerraron Silk Road, más negocios con la misma estructura empezaron a funcionar y actualmente hay por lo menos 15 páginas en la deep web que venden cientos de variedades de drogas alrededor del mundo. “El delito siempre ha sido más innovación que la legislación. Nunca el establecimiento piensa una ley porque de pronto va a aparecer un nuevo delito. Uno juega policías y ladrones y siempre el que va a estar adelante es el ladrón. Así está funcionando esto”, apunta Quintero. La nueva era del microtráfico ha llegado. Y como suele ocurrir en el mundo de los negocios, los clientes se irán con el mejor postor. Twitter: @miguelreyesg23