Desde que Nayib Bukele asumió el mando de El Salvador, el 1 de junio de 2019, ha permanecido en el radar de organismos internacionales, líderes de la región, medios de comunicación y defensores de derechos humanos. Sus políticas de seguridad han permitido encarcelar a más de 70.000 personas y devolver la sensación de seguridad a los ciudadanos. Al mismo tiempo, ha recibido cuestionamientos por los métodos para desmantelar las pandillas y la presunta violación a los derechos humanos de los detenidos.

Hoy, Bukele alista su campaña en busca de la reelección del país para el periodo 2024-2029.

Nayib Bukele. | Foto: Getty Images / SOPA Images / Colaborador

Una realidad es que el mandatario tiene la popularidad más alta de la región en los últimos tiempos, con una imagen favorable que ronda el 90 %. Esa cifra contrasta con los índices de otros líderes en América Latina. Por ejemplo, Andrés Manuel López Obrador, en México, tiene el 60 % de aprobación, y Lula, en Brasil, el 56 %. Por su parte, el presidente Gustavo Petro cuenta tan solo con el 36 % de aprobación.

Bukele ha sido reconocido por ejecutar el Plan de Control Territorial, cuyo objetivo es acabar con las pandillas y mejorar la seguridad de los salvadoreños. Aumentó los salarios de los policías y de los militares. En 2021 inauguró el Centro de Investigación Forense e impulsó la destitución de los cinco jueces de la sala de lo constitucional de la Corte Suprema de Justicia, además de la salida del fiscal general.

A pesar de que el Plan de Control Territorial fue puesto en marcha el 20 de junio del 2019, el mismo mes en el que se posesionó Nayib Bukele, la lucha radical contra las pandillas se dio años después. Esa guerra se instauró en marzo del 2022, cuando en un fin de semana se registraron 87 asesinatos, lo que llevó al mandatario a declarar el estado de excepción.

Este mecanismo permite detener personas sin orden judicial y sin cumplir el debido proceso, por lo cual le han llovido las críticas. Tras aquella ola de violencia, Bukele reformó el Código Penal en la Asamblea Nacional, lo que llevó a que prohibiera toda la simbología que se relaciona con las pandillas y permitiera el uso de los bienes incautados para la lucha contra las mismas.

Presidente Nayib Bukele ejecuta el segundo traslado de 2,000 pandilleros al Centro de Confinamiento del Terrorismo | Foto: Secretaría de prensa de la Presidencia de El Salvador

Héctor Schamis, profesor de estudios Latinoamericanos en la Universidad de Georgetown, señaló a SEMANA: “El estado de emergencia otorgó amplios poderes a las fuerzas policiales, incluido la detención de sospechosos sin prueba ni debido proceso”. Esto se suma a la fuerza que, para algunos, ha sido desmedida.

El estado de excepción se ha extendido en múltiples ocasiones y el 11 de julio del año en curso se dio la prórroga de este mecanismo por dieciseisava vez.

En 2015, El Salvador lideraba el ránking de países con más homicidios a nivel mundial, con una tasa de 103 homicidios por cada 100.000 habitantes, según las cifras de Statista. En 2023, la cifra se ha logrado reducir a 1,8 homicidios por cada 100.000 habitantes. Bukele, en febrero de este año, publicó en Twitter : “Hasta este día, la tasa de homicidios anualizada de El Salvador es 1,8 por cada 100.000 habitantes; la más baja de toda América, por debajo de la de Canadá”.

Las cifras del 2022 registraron 495 asesinatos, pero fueron controvertidas por el Observatorio de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana de El Salvador (OUDH), que indicó que esa información “no es veraz”. Según el (OUDH), la Policía “calcula una tasa de 7,8 homicidios por cada 100 mil habitantes”, pero “no existe certeza de que esta información tome en cuenta las muertes bajo custodia estatal” e “ignora la problemática de las personas desaparecidas que no son localizadas”. El Observatorio considera entonces que la cifra real podría llegar a los 659 homicidios.

Estas estadísticas han sido cuestionadas por organizaciones de derechos humanos y no dan certeza de la veracidad de los datos. Como lo afirma Schamis, “es cierto que el crimen ha descendido notablemente en El Salvador, las tasas de asesinatos caen, barrios que han sufrido años de violencia y extorsión por parte de las maras disfrutan de una calma sin precedentes. Al mismo tiempo, ha aumentado la opacidad de los actos de Gobierno”.

Bukele también fue el artífice de construir la cárcel más grande de América Latina. El 31 de enero de 2023, el mandatario inauguró el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), tras solo seis meses de construcción. A través de videos publicados por el presidente salvadoreño, el mundo conoció la megacárcel y el traslado de los primeros 2.000 pandilleros. A pesar de los cuestionamientos, su política es innegable y ha sido aplaudida dado el alto grado de impunidad contra el crimen organizado que se ha visto no solo en El Salvador sino en América Latina.

La gigantesca prisión busca tener niveles de seguridad nunca antes vistos en El Salvador. (Photo by Marvin RECINOS / AFP) | Foto: AFP or licensors

En marzo de este año, SEMANA habló con el vicepresidente de El Salvador, Félix Ulloa, quien se refirió a las maras. “Eran un poder paralelo al poder institucional del Estado, el cual estaba prácticamente de rodillas ante este poder de los grupos criminales”.

“La Policía estaba penetrada por estos grupos, estaba mal equipada, había policías que andaban con tres balas en su pistola, vehículos que no funcionaban, sin chalecos de protección, sin medios de comunicación. Entonces una de las tareas era proveer a las fuerzas del orden del equipamiento necesario, de los recursos para dar una batalla y ganarla”, agregó el vicepresidente de El Salvador.

La realidad es que el presidente Bukele ha mejorado la calidad de vida de los salvadoreños y ha logrado restablecer la tranquilidad de los habitantes. Criticado por muchos organismos, logró mantener cifras históricas en materia de seguridad y despojar del poder a los delincuentes que tenían asediadas las calles de El Salvador.

Sus críticos han tratado de demeritar sus logros. ¿Pero cómo negar estos resultados que los propios salvadoreños resaltan? En su recorrido a principios de marzo, un reportero de SEMANA conoció testimonios de los principales afectados por la delincuencia en el país centroamericano “Antes vivíamos con miedo. No sabíamos si íbamos a entrar o a salir. Era una zozobra permanente. Ahora estamos tranquilos”, dijo Jorge Rosales residente de La Campanera, uno de los barrios más afectados por el dominio de las pandillas.

Ante los constantes reclamos de organismos internacionales como la CIDH y la ONU, a Bukele no le ha temblado la mano. Incluso los ha enfrentado: “¿Cuántas décadas más, llenas de decenas de miles de muertos, deberíamos de haber aguantado los salvadoreños para que las recetas de las ONG y de la ‘comunidad internacional’ comenzarán a funcionar?”.

Petro, ha sido un férreo contradictor de las políticas de Bukele, ha dicho: “Hay gente que le gusta ver a la juventud entre las cárceles y creen que eso es la seguridad y se disparan las popularidades, indudablemente, lo vivimos también en Colombia”.

El cruce de palabras entre los dos mandatarios ha sido la constante en estos últimos días. | Foto: Con derechos gestionados de Getty Images

Ante eso, el presidente Bukele le respondió: “Señor @petrogustavo. Los resultados pesan más que la retórica. Deseo que Colombia en realidad logre bajar los índices de homicidios, como lo hemos logrado los salvadoreños. Dios los bendiga”.

El jefe del Estado colombiano contestó: “Pues Nayib @nayibbuke pasamos de 90 homicidios por cada 100.000 habitantes en 1993 en Bogotá a 13 homicidios por cada 100.000 habitantes en 2022. No hicimos cárceles sino universidades. Es bueno comparar las experiencias. Te propongo un foro internacional”.

En defensa de Bukele salió la senadora María Fernanda Cabal, quien enfrentó al presidente colombiano. “Presidente @nayibbukele, Gustavo Petro jamás construyó un colegio y menos una universidad. Lo que sí hizo fue promover centros de consumo de drogas, en vez de rehabilitar adictos. También quebró la salud cuando fue alcalde y hoy ofrece impunidad disfrazada de paz #LasCosasComoSon”.

Schamis considera que, a pesar de tener afinidades con algunas de las críticas de Petro, es curioso que en “las fechas que cita Petro hubo gobiernos que él mismo había denunciado como violatorios de derechos humanos. Tal vez no lo fueron tanto; o tal vez comienza a entender las dificultades de gobernar un país con violencia de vieja data; o sea, estructural, y valore que, en efecto, el crimen ha descendido en Colombia en ese lapso; si bien ha comenzado a crecer en 2022″.

Bukele busca llegar a la reelección, lo cual también ha sido objeto de polémica. Existe un debate sobre la validez de que Bukele vuelva a ser elegido como mandatario de manera inmediata. La Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho de El Salvador considera que la resolución emitida por la Sala Constitucional “carece de legitimidad constitucional”, porque se dio “a pesar de que la reelección presidencial está expresamente prohibida por la Constitución”, según la Fundación.

El expresidente Ernesto Samper se ha despachado contra el mandatario salvadoreño. “Nayib Bukele, el pequeño Hitler que tenemos en Centroamérica, ha anunciado su intención de quedarse a las malas en el poder. La reelección en sistemas presidencialistas como los latinoamericanos debería prohibirse absolutamente o cambiar hacia sistemas políticos parlamentarios”, escribió en Twitter el exmandatario colombiano.

La realidad es que Bukele parece encaminarse a repetir mandato sin mayor dificultad y ha demostrado resultados en su gobierno. A pesar de ser fuertemente criticado, la calidad de vida en El Salvador ha mejorado drásticamente y ha dado un ejemplo de lucha contra la impunidad. Esto contrasta con una historia latinoamericana de amnistía frente a la delincuencia. Bukele se ha posicionado como un político al que no le da miedo enfrentarse con potencias mundiales, ni con organismos internacionales, en defensa de sus logros y de la seguridad de sus ciudadanos. A pesar de ser muy criticado por algunos mandatarios, cambió las cifras de seguridad radicalmente y hoy El Salvador es reconocido por estos logros.