Desde antes que Duque se posesionara como presidente, miembros de su campaña llegaron a Cuba para conversar con el ELN. Se habló de una visita de Angelino Garzón, hoy embajador de Colombia en Costa Rica, y de Everth Bustamante, excongresista y exmiembro del M-19 que terminó en el uribismo. Los encuentros generaron polémica, pero el mandatario y el alto comisionado para la paz Miguel Ceballos aclararon que no se había autorizado a nadie para hablar en nombre del Gobierno.

Esta semana, Pablo Beltrán volvió a insistir en que, directa e indirectamente -y de forma confidencial con el acompañamiento de Cuba-, se han mantenido contactos con la administración. El alto comisionado Miguel Ceballos desmintió esa información y dijo que hasta que no se cumplan ciertas condiciones no se sentarán a negociar con la guerrilla.

“No hay diálogo entre el Gobierno de Colombia y el ELN, y no lo puede haber mientras el ELN no cumpla las condiciones que ha establecido el presidente, mientras el ELN no libere a estas personas”, le dijo a SEMANA Ceballos, haciendo referencia a los nueve secuestrados que están en poder de la guerrilla.

Según cifras oficiales, en lo que va corrido del mandato de Duque, esa guerrilla ha secuestrado a 32 personas. El más reciente fue el del concejal del municipio de Argelia, en el Cauca, Fermiliano Meneses.

Otra de las condiciones que pone sobre la mesa el Gobierno es que cesen las actividades delictivas, pero los hechos demuestran lo contrario: los atentados, las acciones criminales y los hostigamientos del grupo armado siguen latentes en el territorio.

Todo intento de negociación se esfumó con el atentado en la Escuela General Santander de Bogotá el 17 de enero de 2019, en el que murieron 22 cadetes. Desde ese momento, Duque se ha mantenido en la solicitud de extradición de los guerrilleros que están en La Habana, idea que es respaldada por el Centro Democrático, que también le pide al mandatario romper relaciones con Cuba.

El panorama para el Gobierno es complejo. A pesar de que los guerrilleros tienen la idea de que se puede retomar una negociación, lo cierto es que ese camino no parece viable.

Mientras que desde La Habana una parte de la cúpula, liderada por Nicolás Rodríguez Bautista y Pablo Beltrán, habla de paz, en el territorio colombiano se libra una guerra comandada desde Venezuela por Antonio García, alias ‘Pablito’, y por alias ‘Ariel’, que tienen como bases delictivas el narcotráfico, los secuestros, los atentados y otros delitos.

La disyuntiva es que el ELN tampoco parece tener voluntad real de negociar y, a diferencia de las Farc, no está representada por una sola jefatura que da órdenes desde un comando central. Precisamente, su actuar criminal junto al Clan del Golfo y otros grupos al margen de la ley es lo que ha dificultado en parte la implementación del acuerdo de paz con las Farc en los territorios. A medida que pasa el tiempo, su accionar delictivo es más grande y lucrativo.

El Gobierno ha logrado propinar algunos golpes a sus estructuras. El más importante fue la muerte de ‘Uriel’ en Chocó el año pasado y en los últimos días el Ejército dio de baja al ‘Indio’, en el Valle del Cauca.

A pesar del respaldo y los aplausos que genera pedir la extradición de los guerrilleros, lo cierto es que esa decisión tiene importantes riesgos diplomáticos con la comunidad internacional y hasta en la misma Iglesia.

El papa Francisco siempre ha estado interesado en este proceso. En su visita en 2017, cuando el panorama era distinto, dijo que una salida negociada era la mejor solución.

“Hay pasos adelante que dan esperanza, pasos en la negociación, el último es el alto el fuego del ELN: les doy las gracias, se los agradezco mucho. Pero hay algo más, que yo he percibido, que son las ganas de ir adelante en este proceso, que va más allá de las negociaciones que se están haciendo y que se deben hacer. Es un deseo espontáneo, y allí está la fuerza del pueblo. Yo espero en esto. El pueblo quiere respirar, pero debemos ayudarlo, ayudarlo con la cercanía, la oración y sobre todo la comprensión de cuánto dolor hay dentro de la gente”, señaló en ese entonces.

León Valencia, director de la fundación Pares -y quien hizo parte del ELN- dice que históricamente uno de los más interesados en que se llegue a una salida negociada ha sido la Iglesia. “Internacionalmente, el más interesado ha sido el Vaticano, la Iglesia, en esa negociación. Lo manifestaron desde el principio, han tenido muchas declaraciones públicas para empujar esa negociación”, asegura.

ELN.

Desde la Iglesia, uno de los que más ha pedido una salida negociada con el ELN ha sido monseñor Darío de Jesús Monsalve, arzobispo de Cali, quien se ha ganado críticas y cuestionamientos por su solicitud. Monseñor Monsalve le dijo a SEMANA que actualmente no tiene ningún vínculo o contacto con la guerrilla, pero sigue creyendo que la mejor salida a ese conflicto es una eventual negociación.

“Cuando se da el contexto de salida política al conflicto, la Iglesia siempre ha estado atenta a acompañar en la base de los territorios esos procesos, y acompañarlos también en las mesas de diálogos y en la construcción de esos acuerdos. Acompañar sobre todo a las víctimas y hacer que los acuerdos se enfoquen desde las víctimas”, señaló monseñor. Aclara que cuando no hay salida dialogada la Iglesia queda reducida al lenguaje diplomático y ese es el papel que ha cumplido durante los últimos meses.

“Ha pasado de un acompañamiento social, institucional, en el país de la Conferencia Episcopal, a dejar en manos de la Santa Sede un acompañamiento diplomático porque el problema pasó de ser político a ser un tema diplomático delicado, en relación con unos acuerdos entre naciones, países garantes y Colombia, y el cumplimiento de unos protocolos”, agregó monseñor Monsalve.

El tema diplomático es la gran problemática de fondo que tiene Duque con el ELN. En julio de 2019, Federico Mayor Zaragoza, exdirector general de la Unesco, le envió una carta al mandatario luego de que el Gobierno pidiera la extradición de los guerrilleros en Cuba. Junto a la carta se anexa un documento, al que tuvo acceso SEMANA, en el que importantes académicos y diplomáticos de diferentes países expresan su preocupación por la ruptura de las conversaciones. Fuentes cercanas a la comunicación enviada dicen que esta carta nunca fue contestada.

“Así, para el ELN son obligaciones perentorias los deberes que se le estipularon de manera clara y de igual forma lo son para el Estado colombiano, no estando disponibles o no pudiendo renunciar las partes a esas reglas, por lo que les es inexcusable cumplir lo firmado”, dicen los diplomáticos.

“Pensar que un proceso de paz transcurre como una especie de diálogo absolutamente apacible, que no tiene crisis, rupturas, momentos de dificultad, es pensar de manera ingenua y poco realista”, dice Iván Cepeda.

“Los tiempos han cambiado, el país está enfrentando un recrudecimiento de la violencia. Esta ruptura de las negociaciones y una débil estrategia militar del Gobierno lo que ha hecho es fortalecer militarmente al ELN”, agrega Antonio Sanguino.

Si bien Cuba se ha caracterizado por tener un régimen de izquierda durante muchos años, también es cierto que se ha convertido en el país que ha alojado negociaciones de diferentes países y distintos contextos. En 2016, el mismo papa Francisco y el patriarca ortodoxo ruso Kiril se encontraron en La Habana para sostener un diálogo histórico.

“Yo no recuerdo nada distinto a que Cuba haya ayudado desde la época del doctor Julio César Turbay, cuando ni siquiera había relaciones diplomáticas ya prestó su primer servicio”, dice el exministro Álvaro Leyva.

Ante las consecuencias que ha tenido que sortear Cuba -que alegó esta semana que la decisión de Trump le ha dejado millonarias pérdidas-, el ex alto comisionado de Santos Sergio Jaramillo propuso que la delegación del ELN cambie de país y allí se pueda continuar el proceso.

Algunos de los estados que se han sondeado son España o México, idea que es respaldada por quienes apoyan una salida negociada y defienden el papel de Cuba; sin embargo, esta idea no convence a los miembros del ELN, quienes se sienten seguros en ese país y no quieren salir de allí.

Por ahora, sentarse a negociar con los guerrilleros no parece posible. Duque se mantendrá en sus exigencias y en la solicitud de extradición a Cuba; mientras tanto, el ELN, aprovechando las garantías que le otorga el derecho internacional, sigue incrementando su actuar criminal en Colombia con toda su cúpula dando órdenes desde fuera del país.