En 2021, cuando Bogotá sufría los estragos por la pandemia del covid-19, la Alcaldía firmó un contrato de concesión para la operación de los cuatro cementerios distritales. Aunque se dijo que el objetivo era mejorar la calidad del servicio, el cambio ha impactado el bolsillo de los ciudadanos. El contrato fue firmado por la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp) con la Unión Temporal Cementerios del Distrito, conformada por las empresas Inversiones, Proyectos y Obras Civiles S.A.S., A&M Grupo Empresarial y Consorcio Global Fundesco. Tiene un valor estimado de 41.300 millones de pesos y una duración de cinco años.

La Alcaldía estaba obligada a suscribirlo, tras la finalización de la anterior concesión con Inversiones Monte Sacro. Sin embargo, con la llegada del nuevo operador, la Uaesp estableció nuevas tarifas, aumentando, de un día para otro, los precios de los servicios funerarios públicos en Bogotá.

Hasta el 30 de junio de 2021, había tarifas diferenciales por inhumaciones, exhumaciones o cremaciones por cadáver adulto o párvulo en los cementerios distritales Norte, Central, Sur y Parque Serafín. Pero a partir del primero de julio de ese año, las tarifas se unificaron para todos los cementerios y se dispararon de manera considerable.

“Históricamente, año a año, el incremento era acorde al aumento del salario mínimo. Para todo el año 2021 ya había unas tarifas establecidas, pero en julio cuando entró el nuevo operador, la Uaesp emitió una nueva resolución que subió los precios de una manera alarmante”, advirtió el representante a la Cámara electo Andrés Forero, del Centro Democrático.

La Uaesp estableció tarifas diferenciales entre personas naturales y jurídicas, siendo estas últimas a las que más se les incrementaron los precios. El problema, como lo denuncia Forero, “es que casi nadie hace estos procesos de forma individual y por lo general se acogen a una funeraria, por consiguiente, al subir los precios en esa proporción, es el usuario quien finalmente termina pagando el incremento”.

En junio de 2021, la inhumación más económica de un cadáver adulto costaba 326.200 pesos y a partir de julio de ese año el mismo servicio pasó a valer 438.500 pesos para una persona natural y 577.000 pesos para una persona jurídica, es decir, subió 34,4 y 77 por ciento, respectivamente.

Las exhumaciones crecieron 39,3% y 83,3%. En las cremaciones, por su parte, hubo una disminución de 2,6% para personas naturales, pero un aumento de 28% para personas jurídicas.

Este incremento en las tarifas de los servicios funerarios se hizo cuando Bogotá atravesaba por el tercer pico de la pandemia. En solo julio de 2021 fallecieron 2.875 personas por el coronavirus, un promedio de 96 personas por día.

Ingrid Ramírez, subdirectora de Servicios Funerarios de la Uaesp, aseguró que la concesión anterior era obsoleta y era necesaria la unificación de tarifas para lograr una estabilidad financiera. “Incluso, hubo dos procesos que se declararon desiertos y en los comentarios de los interesados se plasmaron objeciones a las tarifas, lo que obligó a aumentarlas para lograr la adjudicación”, dijo.

Explicó que las tarifas se unificaron al precio más alto, que era del Cementerio Central, reconociendo que en el Cementerio Serafín sí hubo un fuerte incremento. Agregó que la licitación simplemente coincidió con un nuevo pico de la pandemia, pero el proceso venía de meses atrás.

Reconoció que muchas personas acceden a los servicios por medio de funerarias, pero señaló que las tarifas del Distrito siguen siendo las más bajas, mientras que los privados tienen precios más elevados y no hay quién los regule.

A partir del primero de julio de este año, las tarifas volvieron a aumentar, pero esta vez lo hicieron con el incremento del salario mínimo para 2022 (del 10,07 por ciento). Las inhumaciones para personas naturales quedaron en 482.650 pesos, las exhumaciones en 210.550 pesos y las cremaciones en 466.500 pesos.

No obstante, de no haberse unificado las tarifas para todos los cementerios, ese incremento del 10,07% era el que debía hacérsele en 2022 a las tarifas que ya estaban establecidas para todo el 2021. Así, las inhumaciones más económicas para personas naturales estarían hoy en 359.048 pesos, pero hoy el Distrito está cobrando 123.602 pesos de más.

Y si bien es cierto que la Uaesp otorga subsidios funerarios de hasta el 100 %, el mismo solo les presta a las personas en condición de vulnerabilidad.

Dudas en la experiencia

Como si fuera poco, hay serias dudas sobre la experiencia que las empresas que conforman la Unión Temporal Cementerios del Distrito acreditaron en el proceso. “A&M Grupo Empresarial no acreditó experiencia en servicios funerarios, y las otras dos compañías sí tienen experiencia, pero en Panamá. Lo extraño del caso es que una empresa le acredita la experiencia a la otra. Eso deja muchos interrogantes”, afirmó Forero.

Al respecto, Alejandro Calderón, funcionario de la Uaesp y quien participó en la estructuración del proyecto, señaló que “las certificaciones cumplen con los requisitos establecidos por las normas colombianas”. No obstante, Forero prometió investigar más a fondo, pues tiene indicios de otras posibles irregularidades. Lo cierto es que morirse en Bogotá se volvió más costoso.