En un operativo que abarcó un año de arduas investigaciones, con 14 allanamientos, 300 horas de escuchas telefónicas y vigilancia exhaustiva, las autoridades lograron desmantelar una peligrosa red de narcotráfico que operaba desde el municipio de Calamar, en el departamento del Guaviare, hasta las calles de la localidad de Ciudad Bolívar, en el sur de Bogotá.
La organización conocida como Los Coletos, liderada por alias Deivy junto a su madre, padrastro, esposa e hija, utilizaba métodos ingeniosos para camuflar la droga en cajas de alimentos y canecas de pintura, transportándolos posteriormente en buses intermunicipales. La familia de Deivy coordinaba desde la adquisición de la droga en el suroriente del país hasta su distribución en las ollas de la localidad.
Durante el último allanamiento, las autoridades capturaron a cinco mujeres y cuatro hombres, incluyendo a Deivy. Según pudieron establecer las autoridades, en el lapso de dos días, esta organización ilegal distribuía alrededor de 7.925 dosis de coca y bazuco, generando ganancias mensuales estimadas en 300 millones de pesos.
En medio del operativo, las autoridades incautaron dos armas de fuego, 44 cartuchos, 82 gramos de cocaína, 725 gramos de bazuco y dos vehículos utilizados para cometer delitos. Además, se decomisaron siete celulares con información crucial sobre las actividades criminales, todo valuado en 192 millones de pesos.
Cuatro de los detenidos cuentan con antecedentes por hurto, estafa y tráfico de estupefacientes. Cinco de ellos fueron enviados a prisión como medida de aseguramiento.
Un aspecto destacado del operativo fue la captura en el municipio de Calamar del proveedor clave conocido como Pastor, cerrando así el cerco alrededor de esta red de narcotráfico que operaba entre el Guaviare y Ciudad Bolívar.
Los Cíclopes, la banda que usaba a los hijos de sus integrantes para repartir droga
Por otro lado, en una operación que requirió más de 180 horas de registros fílmicos, entrevistas y aproximadamente nueve meses de seguimientos, las autoridades adscritas a inteligencia e investigación criminal y la seccional de protección lograron desmantelar una peligrosa banda criminal conocida como Los Cíclopes. Este grupo delictivo operaba en las localidades de Tunjuelito y Rafael Uribe Uribe, valiéndose de menores de edad como fachada para sus actividades ilícitas.
La estructura criminal, liderada por alias Jenny, junto a cuatro mujeres, utilizaba a menores para el almacenamiento y comercialización de estupefacientes en puestos de comestibles cercanos a entornos educativos, parques y zonas comerciales. El modus operandi incluía entregas a domicilio mediante vehículos de transporte público manejados por los propios delincuentes, destacando la participación de alias Santi, quien al parecer alquilaba los vehículos para cometer los ilícitos.
Con una trayectoria delictiva que oscilaba entre tres a cinco años, de acuerdo con la Policía de Bogotá, Los Cíclopes utilizaban incluso un coche de bebé para camuflar y evadir a las autoridades que patrullaban la zona. Tres diligencias de registro y allanamiento llevaron a la captura de 10 personas, entre hombres y mujeres, tres de ellas con vínculo familiar. Durante la operación se incautaron tres máquinas de liar cigarrillos, 2.000 dosis de estupefacientes y 1.800 boquillas para la elaboración de cigarrillos de marihuana.
La intervención permitió restablecer los derechos de dos menores de edad, quienes fueron trasladados a las instalaciones del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). Los delitos imputados a los integrantes de Los Cíclopes incluyen concierto para delinquir, tráfico, fabricación o porte de estupefacientes, así como el uso de menores de edad para la comisión de delitos. Permanecerán en centro carcelario mientras avanza la judicialización.