Tres salas les tomó a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia decidir quién podía ser el sucesor idóneo para Eduardo Montealegre. Y como la mayoría lo vaticinó, el exministro para la Presidencia Néstor Humberto Martínez se convirtió, desde este lunes, en el nuevo titular de la plaza que aquel ocupó en la Fiscalía.Puede consultar: Néstor Humberto Martínez es el nuevo fiscal general de la NaciónCon el apoyo de 17 de los integrantes de la Sala Plena, Martínez superó, de lejos, a sus competidores, Mónica Cifuentes y Yesid Reyes, quienes obtuvieron dos votos cada uno.Luego de dos salas en las que el ex ‘superministro’ confirmó su favoritismo al obtener sendas victorias sobre los otros dos aspirantes, los magistrados por fin lograron ponerse de acuerdo para que el electo jefe del ente investigador se hiciera a los votos que le faltaban para ganar esta contienda.Le sugerimos ver: En video: el nuevo fiscal generalSu aceptación en la Corte Suprema de Justicia fue tan clara desde el primer momento, que ni siquiera las críticas de activistas feministas y otros sectores por su propuesta en torno a la descriminalización de la violencia intrafamiliar pudieron restarle votos.La misma presidenta del alto tribunal, Margarita Cabello, expresó que la corporación entiende que lo dicho por el hoy fiscal no constituye una amenaza para las víctimas de violencia de género como pudieron haberlo pensado algunos.Y la verdad es que los casos de violencia en los hogares es sólo uno de muchos retos que tendrá que enfrentar el nuevo fiscal. El primero será, precisamente, tratar de aprender de los errores de su predecesor, a quien muchos le criticaron vanos protagonismos y una tendencia nociva a notificar decisiones de los procesos a través de los medios de comunicación.A Martínez le piden más ocuparse de los casos que afectan a la ciudadanía en el día a día, como la delincuencia común, la corrupción en entidades públicas y privadas y actuaciones delictivas parecidas, aunque no se trate de los casos con más visibilidad en la prensa.Ahora cuando el país se prepara para el proceso de paz y la Fiscalía de Montealegre realizó los cambios estratégicos para facilitar la judicialización de los miembros de las FARC ante la jurisdicción de paz, parte de la tarea que le queda al nuevo jefe del ente investigador es terminar de realizar las macroimputaciones por las más graves y sistemáticas violaciones a los derechos humanos que cometió ese grupo. Eso servirá de insumo a la jurisdicción especial para la paz para impartir justicia, una vez entre a operar este esquema.Además, se espera de él que contribuya al fortalecimiento contra bandas del crimen organizado que también han sido protagonistas del conflicto armado, comoquiera que de ello depende gran parte de la sostenibilidad de una paz duradera para que no se repitan asesinatos que todavía avergüenzan a la sociedad colombiana, como el exterminio de la Unión Patriótica, el partido que surgió del esfuerzo del gobierno de Belisario Betancur por conquistar la paz con las FARC.Un aspecto de vital importancia, pero del que poco se habla, es la respuesta al ciudadano. Generalmente, quienes se ocupan de la Fiscalía General de la Nación se concentran en casos connotados, que ocupan las primeras páginas, pero muy poco de las denuncias que interpone la gente del común que, en la mayoría de los casos, prescriben sin que los investigadores hayan podio adelantar mayores gestiones. Acelerar estos procesos será un reto para el recién elegido.Dentro de las investigaciones que ya tiene a su haber la Fiscalía y que concentran la mayor parte de las expectativas mediáticas, Néstor Humberto Martínez se enfrentará a procesos como el del holocausto del Palacio de Justicia, la quiebra de Interbolsa, la malversación de los dineros de la salud a través de Saludcoop, los supuestos pecados que se cometieron en la adecuación de la Refinería de Cartagena (Reficar), entre otros.Si a Montealegre le cuestionaron nombramientos de última hora y el otorgamiento de contratos de prestación de servicios, para algunos no tan bien explicados, frente a la Fiscalía de Néstor Humberto Martínez es casi seguro que la fiscalización será mucho mayor. Es innegable que muchos de los que se opusieron al nombramiento del exministro creen que su amistad con magistrados y representantes del poder judicial temían que su candidatura fuera el paso seguro hacia un acuerdo de votos por puestos.Al final, el propio fiscal, con sus actuaciones, confirmará o desvirtuará estos rumores y demostrará si en realidad estaba preparado o no para asumir los impresionantes retos que lo esperan a su llegada a la entidad. Antes de poder emprender esta tarea, deberá esperar a que la Corte lo ratifique formalmente en ocho días como nuevo fiscal y luego sí posesionarse ante el presidente de la República.