El Gobierno revirtó la decisión de nombrar al general (r) Nicacio Martínez como agregado militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan). En medio del grave escándalo de espionaje militar que involucraría a varios miembros de la institución castrense, el presidente Duque echó para atrás el ofrecimiento que le hizo después de que se retiró de la comandancia del Ejército.
De acuerdo con Blu Radio, fuentes de Estado le confirmaron a la cadena radial que se cayó el nombramiento de quien reemplazaría al general Ricardo Gómez, encargado de coordinar la colaboración y cooperación del Ejército con ese organismo internacional. Es decir, de gestionar ejercicios militares conjuntos o, por ejemplo, intercambio de información, entre otros. "Como socio de la Otan, el país desarrollará acuerdos para el fortalecimiento en asuntos cibernéticos, asuntos híbridos, construcción de integridad y cooperación marítima, entre otros programas asociados para fortalecer las capacidades de las Fuerzas Militares", anunció en 2019 el subsecretario para asuntos políticos de la Otan, Alejandro Alvargonzález.
Ante los recientes hechos, esta gestión no estará a cargo de Martínez, que se encuentra en el centro de la polémica por los seguimientos realizados a más de 130 personas entre periodistas, exministros, funcionarios de Presidencia, generales, políticos y sindicalistas. El uso ilegal de sofisticados equipos para espiar fue lo que precipitó la salida del entonces comandante del Ejército. Aunque manifestó que su salida obedecía razones familiares, SEMANA reveló que se iba porque algunos de sus subalternos se dedicaron en el último año a desplazar sus unidades móviles y utilizar sus equipos de última generación para saber en qué andan varios personajes de la vida pública. Aunque el general Martínez ha negado insistentemente a la opinión pública que se hubiera desarrollado alguna actividad de contrainteligencia para cazar informantes y fuentes de los medios, testimonios y evidencias recopiladas por la Procuraduría apuntan en otra dirección. De hecho, en su informe Las carpetas secretas, esta revista divulga la evidencia recopilada de las actuaciones ilegales que algunos miembros del Ejército estarían llevando a cabo.
Esta especie de espionaje informático ocurrió entre febrero y comienzos de diciembre de 2019, cuando comandaba el Ejército el general Nicacio Martínez. Una de las primeras víctimas de esas actividades irregulares fue el periodista del The New York Times que publicó un artículo sobre los formatos que los comandantes militares debían llenar para proyectar el número de bajas, entre otras variables. Este sábado, las autoridades le salieron al paso al escándalo. La Fiscalía informó que asumirá la investigación de este nuevo capítulo y lo unirá al que ya tiene abierto desde enero contra el general Nicacio Martínez. La Procuraduría recibirá esta semana el expediente del caso y la Contraloría enviará una comisión para que revise si el "dinero que se usó para hacer esos seguimientos y para financiarlos eran en efecto de los gastos reservados".