Desde los primeros días de la campaña a la presidencia, la entonces desconocida Laura Sarabia empezó a hacer pinitos, acercándose hábilmente a Gustavo Petro. Lo hizo de la mano del curtido excongresista y exembajador Armando Benedetti, de quien era su asistente personal y prácticamente su sombra. Así como Benedetti llegó al Pacto Histórico en una voltereta, también lo hizo Sarabia.
Nicolás Petro, en medio de su confesión a la Fiscalía, no dejó de lado a una de las protagonistas de esta escandalosa historia: Laura Sarabia, quien pasó de manejar los asuntos de Benedetti a controlar la agenda y eventos del entonces candidato. Se ganó la confianza, pero al mismo tiempo conoció todos los oscuros secretos de la campaña.
Es por eso que, en la declaración ante la Fiscalía, el hijo mayor del presidente no titubeó al señalar a Sarabia como la portadora de los secretos de la financiación de cientos de millones de pesos en efectivo, entregados, durante meses, por el clan Torres, especialmente por su cabeza, el megacontratista Euclides Torres.
La pregunta del fiscal Mario Burgos fue clara y contundente: ¿qué relación tiene Laura Sarabia con los señores Torres? La respuesta de Nicolás Petro fue: “Yo conocí a la señora Laura Sarabia cuando conocí a Armando Benedetti. Ella trabajaba en la UTL del señor Benedetti. ¿Qué relación podía tener ella con Euclides? En ese momento, pues la desconozco, no sé si ellos eran amigos de hace mucho tiempo, pero lo que yo sí puedo decir es que sabía de todos los movimientos de los recursos, de cómo se financió la campaña en el Caribe, de todos los aportes que dio el señor Euclides Torres”.
Nicolás Petro contó en detalle cómo llegó el megacontratista a la campaña y cómo se fueron repartiendo las funciones y los roles. “Quien trae al señor Euclides fue en ese entonces el senador Benedetti, acompañado en ese momento por su secretaria, que era la señora Laura Sarabia, la cual sabía perfectamente de todos los movimientos financieros que se hicieron en su momento para la organización de esas manifestaciones políticas”. Y agregó: “De ahí nosotros nos empezamos a empoderar para ser los líderes de la campaña presidencial a nivel del Caribe, mi persona y el senador Pedro Flórez”.
Incluso, ante la pregunta de si tuvo alguna actividad puntual en la campaña, con respecto a la inclusión de recursos, a la preparación de manifestaciones y eventos, el hijo del presidente destacó su papel protagónico desde el día en que se hizo el lanzamiento de campaña, en un evento masivo que tenía una tarima en forma de P y al que, dice, asistieron cerca de 10.000 personas.
“Claro, porque es que ella, por ejemplo, la del 10 de septiembre, la de Barranquilla, con Benedetti y ella siempre estaba ahí. Benedetti salta a ocupar el cargo del que le manejaba la agenda, de organizar la agenda al presidente, y Laura Sarabia estaba ahí. Entonces con Laura muchas veces se habló de la organización, también de las manifestaciones, los días, las horas, los lugares y, por ende, ella sabía que nosotros recibíamos la financiación de Euclides Torres”, sostuvo Nicolás.
Laura Sarabia tenía una posición estratégica, era fundamental para Benedetti, para el candidato Gustavo Petro y para el contratista Euclides Torres, incluso a este último le habría entregado cargos en el Gobierno, al estilo sastre, de acuerdo con sus necesidades.
Así lo contó Nicolás Petro: “Ella, en medio de la campaña, gana una confianza importante con el presidente. Ella es muy buena trabajadora, muy organizada. Entonces ayudó mucho en la organización de la agenda. Benedetti era la cabeza, pero quien organizaba realmente todo era Laura Sarabia.
Desconozco si Euclides le pidió al presidente nombrar a Laura Sarabia en el cargo en el que estaba (jefa de Gabinete), pero, sin lugar a duda, Laura Sarabia aprovechó ese cargo para ayudar al señor Euclides Torres en nombrar a personas en puestos claves”.
Incluso, hace una grave declaración, y es que el actual superintendente de Transporte fue nombrado a pedir de boca para favorecer a Torres, quien tiene fuertes intereses en este sector.
Por eso no resultó extraño para el círculo cercano de la campaña que, luego de ganar las elecciones, el presidente Gustavo Petro la hubiera nombrado en uno de los cargos más importantes y estratégicos de la Casa de Nariño: jefa de Gabinete.
De este cargo salió en medio de durísimos cuestionamientos por el uso presuntamente arbitrario del polígrafo y el aparato de seguridad del Estado, con ‘chuzadas’ incluidas, contra su exniñera Marelbys Meza para resolver lo que parece un robo doméstico de dinero en su casa, al que se le sumó un acalorado enfrentamiento contra su exjefe Armando Benedetti.
Hace poco regresó al Gobierno, esta vez como directora del Departamento de Prosperidad Social, manejando una nada despreciable chequera de 10 billones de pesos.
Nicolás Petro fue insistente al señalar que el poder y la confianza del presidente Petro en Laura Sarabia creció tanto que incluso se convirtió en uno de los pocos canales para llegar a él. Ante la pregunta de la Fiscalía sobre cuál era la forma de comunicarse con Gustavo Petro, la respuesta de Nicolás fue corta y muy clara: “En medio de la campaña, a través de Benedetti y de Laura Sarabia”.
Las revelaciones que hizo el hijo del presidente resultaron sorprendentes, a tal punto que el fiscal tomó la palabra esta vez, tratando de buscar la manera de verificar lo dicho. Por eso le preguntó: “¿Qué personas, que usted sepa, pueden corroborar, sustentar y dar el mismo testimonio de veracidad frente a estos hechos?”.
Irónicamente, en ese momento puso como testigo de todo ese entramado a su exesposa Day Vásquez, quien destapó todo el escándalo y lo tiene respondiendo ante la justicia por los delitos de lavado de activos y enriquecimiento ilícito.
“Bueno, una que conoce muy bien también cómo se movió sobre todo el tema de Euclides Torres es la señora Day Vásquez. Ella puede corroborar la información que le estoy dando y obviamente los implicados (…) En cuanto a la campaña, Rodrigo Ramírez; Laura Sarabia; obviamente Pedro Flórez; Mabel Sarmiento, gerente de la campaña en el Atlántico; Carolina Larcó, en la sede política, y Benedetti”. Así ratificó que Sarabia estaba en el primer círculo de confianza.
Lo cierto es que hoy Sarabia enfrenta un proceso penal en el que será un fiscal delegado ante la Corte Suprema de Justicia quien determine si cometió delitos con el presunto uso arbitrario del aparato de seguridad del Estado para resolver el robo doméstico de un dinero guardado en un maletín en su casa. Asunto que incluso comprometió la interceptación irregular de teléfonos.