Cuando el escándalo sobre Nicolás Petro hasta ahora comenzaba, el presidente Gustavo Petro utilizó una frase que llamó mucho la atención. “Mi hijo ya verá… Lo único que le puedo recomendar es no arrodillarse ante el verdugo”. Para ese momento, las relaciones entre ambos estaban muy tensas, al punto que días después de esa advertencia del presidente, su hijo decidió dar una entrevista con SEMANA en la que le habló duro y claro.
“No me voy a inmolar ni por mi papá ni por nadie”, había dicho con contundencia para explicar por qué pensaba colaborar ampliamente con la justicia. El hijo del presidente mencionó la frase del verdugo. “Yo sí sentí que él me dejó solo, me dejaron solo, y me duele muchísimo, Vicky. Y más esta semana cuando me mostraron unas declaraciones en las que él dijo, más o menos, que no me arrodillara ante el verdugo y, pues, la lectura obviamente es que me inmole por él y por la causa... El año pasado, sin pensarlo, me hubiese inmolado por él, sin pensarlo dos veces. Si hay alguien que realmente sudó la camiseta en la campaña presidencial, y en las anteriores, fui yo. Si hay alguien que visitó, que estuvo siempre en las calles, en los barrios, en los municipios, convenciendo, seduciendo a la gente, fui yo”, dijo.
Nicolás Petro tenía claro que el petrismo le había dado la espalda y que un sector incluso lo despreciaba. “A mí eso me tiene muy triste y muy dolido, porque sentí que me utilizaron como una ficha de ajedrez y que en el momento en que ya no era útil ahí sí me dieron la espalda. Ahí sí me pusieron para que me devoraran completamente. Incluso, miembros de mi familia ni siquiera querían tomarse una foto conmigo porque ‘uy, qué dirán si salgo con Nicolás Petro’. Entonces, es una situación que me tiene destrozado, triste, deprimido y, bueno, pues me toca luchar por mi hijo”, sostuvo.
Sin embargo, en su trino de este lunes, otro Nicolás Petro hablaba. A través de sus redes sociales, aseguró que lo están presionado “hasta el límite” para convertirlo en un “arma” contra el presidente.
Y utilizó la misma frase que había dicho su padre. “Decidí levantarme y no arrodillarme ante el verdugo”, sostenía en su trino.
La expresión llamó mucho la atención. En primer lugar, porque durante las audiencias preliminares, en que la Fiscalía imputó cargos, el hijo del presidente aseguró que no fue presionado por el ente acusador, que su voluntad era comparecer a la justicia, contar la verdad que conoce y colaborar con la Fiscalía.
“Quiero anunciar a Colombia que iniciaré un proceso de colaboración en el que me referiré a nuevos hechos y situaciones que ayudarán a la justicia. Lo hago por mi familia y por mi bebé que viene al camino”, dijo Nicolás Petro hace más de un mes, al escuchar la imputación de cargos de la Fiscalía y que le valió la posibilidad de modular la solicitud de medida de aseguramiento en su contra.
Pero la actitud del hijo del primer mandatario cambió tras la visita de su padre a su residencia en Barranquilla, el pasado 21 de agosto. En ese momento, su hijo ya gozaba de libertad de nuevo, y se encontraba en su residencia con su pareja que estaba en los últimos meses de la gestación.
“Hoy visité a mi hijo Nicolás. Como padre siempre tendrá mi apoyo y mi cariño. Como presidente he respetado sin titubeos la independencia judicial. Espero una acción penal libre de agendas políticas y de total sujeción al debido proceso y los fallos judiciales”, confirmó el presidente una vez varios medios publicaron las imágenes de la caravana presidencial llegando al barrio.
Tras esa visita, Nicolás Petro Burgos cambió a los abogados que lo venían representando, entre estos David Teleki quien lideró la negociación durante la imputación de cargos y tomó la palabra frente a los acuerdos de colaboración que se iban a poner en la mesa con el delegado del ente investigador.
Y Nicolás asumió la misma línea de defensa que le había sugerido su padre. El hecho ha generado comentarios. Por ejemplo, la periodista María Isabel Rueda en su programa diario para SEMANA asegura que “pocas veces en el escenario judicial se había presentado un caso tan lleno de elementos probatorios. Es que no le faltaba pieza a esa a esas pruebas en su contra. La rápida condena de Junior habría sido facilísima de justificar procesalmente”.
Pero agrega que fue por el hecho de ser el hijo del presidente que Nicolás Petro tuvo un trato más favorable. “La Fiscalía aterrada de que la acusaran de persecución política contra el presidente porque uno de sus hobbies favoritos del mandatario que, además de redentor del planeta, pasa disparando el virus de la vida por las estrellas, se victimiza permanentemente, alegando a ser un perseguido de sus adversarios y ello llevó a la Fiscalía al convencimiento de que era más fácil, pues hacerse pasito”, sostuvo.
Ahora, el ente investigador tendrá que sacar su arsenal probatorio en un juicio. La suerte judicial del hijo está echada y él a su vez debe estar preparando su defensa.