El gerente de planeación financiera y tesorería de Odinsa S.A., una compañía del GEA, Nicolás Valencia Posada, está en la junta directiva del Grupo Unión junto con Jesús Efraín Ossa Gómez. Al Grupo Unión, según pudo confirmar SEMANA en los informes anuales de gestión de 2013, 2014 y 2015, pertenece la llamada Unión Eléctrica S.A., una de las firmas directamente involucradas en los millonarios sobrecostos en las Empresas Municipales de Cali (Emcali) y que está en reorganización empresarial.
En los documentos conocidos por este medio consta que, por lo menos desde 2014, hay una relación contractual entre filiales del Grupo Unión y Emcali. Pese a que el gerente de Emcali, Juan Diego Flórez González, sostuvo que no había más contratos con la unión temporal involucrada en el escándalo, es evidente que el Grupo Unión está presente desde hace por lo menos unos ocho años.
Pero eso no es todo. Adicionalmente, junto a varias entidades del Estado, Grupo Unión reporta en su página web que tiene “clientes satisfechos” y en esa categoría incluyen al Grupo Argos, Celsia y OPAIN S.A., todas ellas compañías del GEA.
¿Por qué un gerente de Odinsa pertenece a la junta directiva de un grupo proveedor del GEA y que, a su vez, está salpicado por el sonado escándalo de Emcali? Esa es la pregunta que surge al revisar todos los documentos.
Además, Valencia Posada figura en la junta de la concesión Túnel Aburrá Oriente, que construyó el famoso túnel de Oriente que conecta el aeropuerto de Rionegro con Medellín. Según los documentos conocidos por SEMANA, el Grupo Unión fue uno de los proveedores para dicha concesión.
Los vínculos del Grupo Unión con los administradores del GEA no son nuevos. Nicanor Restrepo Santamaría, después de su paso por el Grupo Sura, estuvo en la junta de esta compañía como director desde 2007, según registros públicos en Panamá. El representante legal del Grupo Unión en ese país, de acuerdo con los documentos públicos, es Juan Camilo Ossa Hoyos, hijo de Ossa Gómez. Este último ha sido reconocido por ser uno de los contratistas más fuertes de Medellín, con relaciones con las compañías del GEA.
En el caso de Emcali, como suele ser habitual, la cuerda se ha roto inicialmente por su lado más débil, y ya se está empezando a establecer quiénes son realmente los poderosos detrás de este polémico negocio.
La Fiscalía, la Procuraduría y la Contraloría ya tienen en su poder todos los soportes y documentos que sustentan el contrato de Emcali con la Unión Temporal AMI, que pretendía vender televisores por 42 millones de pesos y que ya le costó la cabeza al gerente de Emcali, en un escándalo que apenas empieza.