Tras la renuncia en menos de 72 horas de Paola Ochoa a la aspiración vicepresidencial de Rodolfo Hernández, el candidato presidencial empezó una búsqueda casi urgente de una nueva figura que lo acompañara en su carrera por la Casa de Nariño. Hizo llamadas, envió mensajes y realizó varias consultas.
El nombre de Marelen Castillo, una académica e investigadora, le gustó. No es política, no está en el ojo de la prensa, es mujer y conoce los problemas sociales del país a través de sus centenares de estudiantes.
Castillo es doctora. Además de laborar como docente y vicerrectora académica de la Uniminuto, ha sido maestra en Nova Southern University, el Politécnico Indoamericano, la institución universitaria digital de Antioquia, la Universidad Central, la fundación Católica Lumen Gentium, entre otras instituciones.
SEMANA dialogó con la académica que saltó a la política.
SEMANA: ¿le cambió la vida desde que la escogieron como fórmula vicepresidencial?
MARELEN CASTILLO (M. C.): son cambios que uno decide. Soy académica, no soy política; sigo siendo la misma académica que tomó la decisión de servirle al país desde otro rol. Yo vengo sirviendo al país desde la educación desde hace muchos años. Es una transición de un ejercicio profesional que venía haciendo a otro. Lo que estoy es ampliando mi campo de servicio.
SEMANA: ¿cómo se da el ofrecimiento de Rodolfo Hernández?
M. C.: yo no tengo por qué inventar cómo conocí, porque la verdad ante todo. Después de que el doctor Rodolfo Hernández invitó a algunos ciudadanos a su candidatura vicepresidencial, él les pidió a sus seguidores que le propusieran quién podría ser su fórmula vicepresidencial. Un amigo mío, con quien he tenido la oportunidad de trabajar, me llama y me dice: ‘Marelen, el ingeniero está buscando su fórmula vicepresidencial’. Le respondí que me hacía un honor, pero no soy política, soy una educadora. Mi amigo dijo que, precisamente, eso era lo que él buscaba. Conclusión: yo nunca me cierro a nada, siempre creo que hay que buscar otras opciones y esta me gusta mucho. Mi amigo presentó mi hoja de vida, pasó una semana, nadie me llamó y dije: ‘Seguro no fui la escogida’. De repente, me llamó el candidato presidencial, empezamos a conversar y me habló de la opción. Viajé a Bucaramanga, trabajamos durante toda una jornada, empecé a conocer la orientación, la filosofía de su campaña. La decisión no fue fácil, pero asumí la responsabilidad.
SEMANA: es decir, ¿usted conoce al ingeniero Hernández hace tres semanas?
M. C.: exacto, sabía de su gestión, su liderazgo. No conocer la gestión de Rodolfo Hernández es estar de espaldas al país porque la transformación de Bucaramanga fue importante durante su alcaldía. Yo admiro la forma como él atrae a los estudiantes. Mis exalumnos, muchos me han escrito. Me dicen: ‘Yo estaba con él, pero ahora que estás tú estaré de lleno porque sé quién eres’. Yo sabía de su gestión, pero no lo conocía personalmente.
SEMANA: ¿ya dejó sus clases? ¿Ya empezó a hacer campaña?
M. C.: desde esta semana estoy fuera. Hay algo que uno puede hacer y es dictar clases, pero en este momento no tenía clases de maestría, tengo clases de doctorado con Nova University, tengo dos cursos de doctorado. Por ahora, estoy dedicada a entender este mundo diferente. Haremos una campaña diferente a las tradicionales. Eso me llama mucho la atención.
SEMANA: ¿pero usted también le va a poner votos a Rodolfo?
M. C.: claro, vamos a ganar, vamos a poner votos. Y la gente que me conoce está comprometida y cada vez más unida y respaldando esta campaña. Vamos a recorrer Colombia, aunque yo he transitado mucho este país: he sido vicerrectora académica de Uniminuto por muchos años, he sido rectora de Uniminuto virtual y a distancia, y la institución tiene presencia en 70 sitios en Colombia. Y por mi región conozco estas zonas, sus necesidades. Vamos a hacer campaña, de otro modo, con otro estilo, pero lo haremos, estaremos con la gente y el pueblo colombiano.
SEMANA: ¿verdad que usted es muy católica?
M. C.: soy formada en una familia católica, mis padres llevan 55 años de casados, yo tengo 28 años de casada, soy devota, mariana, creyente de la Virgen de Guadalupe, creo en la palabra de Dios. El padre Diego Jaramillo me dio su bendición para este proyecto. Me dijo: ‘Tienes mi bendición’. Estoy de la mano de Dios en cada una de las acciones que voy a desarrollar.
SEMANA: por último, en lo poco que conoce a Rodolfo Hernández, ¿cómo es llevarle el ritmo? Algunos dicen que es malgeniado.
M. C.: yo no he visto eso, he visto un hombre que quiere trabajar por el país. Hablamos todos los días, nos hemos visto, trabajado. Lo que hacemos es trabajo en equipo. Él confía en mí y yo en él, la idea es trabajar en conjunto. Él me da autonomía. Aquí hay complementariedad, cuando hay trabajo en equipo las personas no son iguales, se complementan. Eso ocurre aquí.