A partir de ahora, a un mes de la primera vuelta presidencial, se inicia la más intensa cacería de votos de los candidatos. El debate electoral estará al rojo vivo. Las campañas estarán, según lo pudo constatar SEMANA, en la misma consigna: no ‘dar papaya’.

Cualquier declaración, cualquier propuesta impopular o cualquier escándalo que impacte a alguno de los candidatos, ante la cercanía de las elecciones, puede dar al traste con sus aspiraciones.

“Si tú estás perdiendo una elección, la única forma de tumbar al que está arriba es jugar a la piñata, es darle. Tú sabes que si estás arriba vas a recibir golpes (...), pero muchas veces el que está arriba no cae por los golpes, sino por sus propios errores, las piñatas también se caen solas”, explicó el consultor político Carlos Escalante, autor del libro Gana quien menos se equivoque, quien lleva 25 años asesorando campañas políticas.

En esto coincide el consultor y analista Mario Elgarresta, quien asegura que en las campañas hay una paradoja: los candidatos tienen que hablar, pero entre más habla un candidato es más probable que se equivoque.

“Hay un dicho viejo que dice que es más fácil vender jabones que tratar de vender a un candidato político, por la simple razón que los jabones no hablan. Los candidatos que hablan demasiado tienen muchas posibilidades de cometer errores”, apuntó Elgarresta.

En 2010, Antanas Mockus, el candidato que despertó fervor en la juventud, sucumbió a menos de un mes de las elecciones, luego de una campaña impecable hasta ese momento, por cuenta de debates televisivos en los que cometió tres errores: dijo que iba a aumentar el IVA, afirmó que un médico debería ganar solo un millón de pesos y confirmó que es ateo. En 2014, Óscar Iván Zuluaga vio trastocada su campaña luego de que estallara el escándalo del hacker, a pocos días de ir a las urnas.

Con estos antecedentes en mente, los candidatos ya replantearon su estrategia para afrontar lo que será el ‘embalaje’ por la Presidencia.

En la campaña de Gustavo Petro, a partir de ahora, cada movimiento se analizará con cautela luego de la tormenta que han enfrentado en la última semana. El candidato del Pacto Histórico ha estado en el ojo del huracán desde que se conoció que su hermano, Juan Fernando Petro, se reunió con presos condenados por graves delitos con los que habló del perdón social. A esto se sumó la propuesta de crear una JEP para narcotraficantes y el escándalo tras la revelación de encuentros de Piedad Córdoba con extraditables.

La primera decisión que se tomó es que Petro tiene suspendida su presencia en debates y conversatorios. De hecho, el senador fue el gran ausente en dos foros que se hicieron esta semana: el de la Feria del Libro de Bogotá sobre cultura y el del futuro de las pensiones, citado por Asofondos. Además, las entrevistas en medios serán escasas. El candidato del Pacto Histórico evitará los escenarios en los que sea confrontado.

En contraste, retomó con más fuerza sus salidas a plaza pública, un escenario en el que se mueve como pez en el agua por su capacidad de oratoria y en el que cuenta con un público que le es favorable y en el que despierta fervor.

“Vamos a recorrer el país de esquina a esquina hacia los cuatro puntos cardinales”, comentó el senador Armando Benedetti, quien se ha convertido en la mano derecha del candidato del Pacto Histórico.

En la campaña de Federico Gutiérrez se inició desde esta semana una serie de movimientos con los que busca dar importantes golpes de opinión desde lo programático. Por ejemplo, el lunes convocó a una rueda de prensa desde las afueras de la cárcel La Picota, en la que presentó su propuesta anticorrupción al tiempo que le lanzó duros cuestionamientos a Gustavo Petro.

En los próximos días se intensificarán las ruedas de prensa de Fico, en las que hablará de los temas de coyuntura nacional, pero también buscará responder con propuestas. “Mientras una campaña la embarra, nosotros proponemos”, es la línea que se maneja en la campaña.

Gutiérrez buscará alzarse con la bandera anticorrupción, una consigna que hoy está sin dueño y privilegiará el volanteo “tú a tú con los ciudadanos”, un escenario que le es favorable por su estilo cercano con la gente. Varias veces se le ha visto trotando o montando bicicleta y conversando con ciudadanos de manera despreocupada. Eso sí, su asistencia a debates será revisada en detalle, pues en estos espacios podría recibir cuestionamientos por algunos de sus apoyos.

En contraste, el exalcalde de Bucaramanga Rodolfo Hernández recorrerá el país y no dejará de asistir a eventos y debates.

Según lo que afirma su equipo y por el itinerario presentado, se verá al ingeniero tomando salpicón y almorzando en el camino. Mantendrá su esencia, vehemencia e ideas, un estilo cercano al ciudadano y un lenguaje coloquial. En redes, el fuerte de Hernández, hubo cambio de paleta de color. Facebook, la más eficaz de todas, acaba de llegar al millón de seguidores.

En el llamado centro político, en el que está Sergio Fajardo, la reflexión es que los votos que tendrán que conquistar están hacia la centro derecha, donde está Federico Gutiérrez, pues los seguidores de Petro tienden a ser más dogmáticos, no cambian de posición por más escándalos que tenga su líder.

Esta semana se sumó a la campaña de Fajardo el analista y senador electo Ariel Ávila, quien en entrevistas con medios de comunicación reconoció que su papel será hacer una campaña “anti Fico”. Y ya lo ha empezado a hacer con señalamientos al exalcalde de Medellín, especialmente relacionados con vínculos de exfuncionarios suyos con grupos ilegales.

En cuanto a Ingrid Betancourt, John Milton Rodríguez, Enrique Gómez y Luis Pérez, tienen claro que cualquier movida que logren es ganancia. Estas cuatro candidaturas no huyen a ningún escenario en el que se puedan dar a conocer. La cautela no es una palabra que se conjugue en estas campañas.

Sobre los apoyos, está claro que ya la mayoría de las cartas están jugadas y las adhesiones vendrán ahora a cuenta gotas. Esta campaña se ha caracterizado por apoyos más individuales que bloques de partidos. Por ejemplo, en el caso de Cambio Radical y el Partido Liberal, por más instrucciones que den sus líderes, Germán Vargas y César Gaviria, ya los miembros de la bancada están jugados con su candidato y difícilmente cambiarán de posición. En el Centro Democrático, a pesar de que no ha habido un anuncio oficial, ya la mayoría de la bancada tiene puesta la camiseta de Fico.

Además, endosar votos en bloque no tiene una fórmula matemática. Por más que un partido anuncie su apoyo a un candidato, no todos sus electores van a votar por él. Y para la muestra un botón: en la reciente jornada electoral, el Partido Conservador obtuvo 2.213.528 votos para el Senado, pero su candidato en la consulta interpartidista de Equipo por Colombia, David Barguil, apenas consiguió 629.187.

A partir de ahora, los actores involucrados en las elecciones presidenciales arrancarán una dura recta final en la que tendrán que dar cada paso con sumo cuidado.