SEMANA: ¿Por qué dice que la captura del general Herrera es la punta del iceberg de lo que está pasando en el Cauca con el narcotráfico?

Luis Fernando Velasco (L. V.): El Cauca tiene una economía diversa. Sería injusto decir, como algunos sectores lo plantean, que allí se vive solo del narcotráfico. Allá hay más de 100.000 familia cafeteras que aportan buena parte de la economía del Cauca, hay caña, industria, leche, aguacate, pero hay muchos lugares del departamento donde la economía campesina quebró por falta de vías y comercialización, y el Estado fue replegándose. Su única presencia es la armada (Policía y Ejército), sin mayor control.

SEMANA: ¿Cómo así?

L. V.: No basta con poner una presencia militar y policial si no se controla, si no hay inteligencia que evite casos como los que estamos viendo; es decir, las relaciones de diversos niveles, en algunos casos en los más altos niveles, entre los sectores que están en economías ilícitas y las propias fuerzas del Estado. Así quedó demostrado con el general Jorge Hernán Herrera, quien terminó vinculado con bandas de narcotraficantes de distintos niveles, o sea, disidencias, guerrilla, bacrim. Y le advierto una cosa: no es el único caso. Si se espulga un poco más, se van a encontrar verdades bastante incómodas.

Esa fuerza económica está viviendo un proceso parecido al que vivió la costa norte, donde van captando al Estado de abajo para arriba. De tiempo atrás empezaron a hacer presencia en unas regiones, terminaron definiendo el poder local. Sin permiso de esta gente, en algunos casos, era muy difícil que líderes sociales llegaran a concejos y posteriormente se fueron metiendo a alcaldías. En Cauca, claro, hay gente en algunos espacios de poder local que tienen una clara relación con sectores de narcotráfico (...) ¿Por qué es tan fácil que haya laboratorios en tantas regiones del Cauca? El tema no es tanto la coca que baja, sino los químicos que suben, a pesar de ser uno de los departamentos más militarizados en el país. Entonces, uno dice: algo está pasando, y se comienza a tener respuestas cuando un general del Ejército termina involucrado con el narcotráfico.

SEMANA: Usted dice que si escarban encontrarán verdades bastante incómodas. ¿Cuáles son?

L. V.: Van a encontrar otros nombres, incluso gente que ha tenido responsabilidades más altas en lo político y militar que le hacen el juego al narcotráfico. El caso del general Herrera no es un caso aislado.

SEMANA: ¿Será que, pese al esfuerzo militar en Cauca, el escenario cocalero en ese departamento es el mismo?

L. V.: La guerra contra el narcotráfico es muy compleja, no creo que solo militarmente se pueda ganar, decir que porque hay algunas figuras importantes de la Fuerza Pública involucradas con el narcotráfico es que no funciona el tema, no. Claro, eso hace que la guerra no tenga resultados efectivos, pero no creo que solo con la acción militar y policial se pueda acabar el narcotráfico en Cauca (...) Allá hay fenómenos muy complejos, de zonas de colonización donde el único producto que le puede generar una estabilidad a los campesinos es el narcotráfico; por eso, terminan capturados por la lógica armada y la respuesta del Estado es mandar Ejército y Policía sin control. Y en ese mar de dinero no es difícil que los coopten porque la disyuntiva en algunas de estas zonas es ser cooptado o asesinado.

SEMANA: ¿El Ejército tiene que depurar a sus hombres en Cauca tras la captura del general Jorge Herrera?

L. V.: Es evidente que el Ejército y la Policía tienen que hacer una revisión muy fuerte de todos sus casos y analizar qué está pasando en el Cauca. Pero ojo: por favor, no solo es Ejército y Policía. Póngale la lupa al crecimiento del poder político y narcotráfico en Cauca.

SEMANA: Es decir, ¿el narcotráfico está permeando la campaña política?

L. V.: Hay unas redes que empiezan desde abajo y terminan tocando muchos niveles y el país está volteando a ver para otro lado. El país cree que este tema de narcotráfico y política se acabó, y no señor. Entre otras cosas porque algunos de estos traqueticos de baja monta, vía poder político, han ascendido y sería bueno que se revisara a gente que hasta hace poco se conocían como modestos comerciantes en sus pueblos y hoy hacen campaña en aviones privados.

SEMANA: Por último, ¿es difícil hacer campaña hoy en el Cauca?

L. V.: Es difícil, no es fácil, hay zonas donde todavía se permite un juego más democrático, hay un sentimiento ideológico, partidario, pero hay otras donde se ha vuelto muy difícil hacer campaña. Pero no se centre en narcotráfico, es todo un régimen de corrupción donde se une plata de narcotráfico con lavado de activos, contratación pública, con definiciones de negocios legales que tapan los ilegales. Es una suma de muchas cosas. Yo me atrevo a dar esta entrevista porque no quiero que mañana, cuando termine de estallar esta olla a presión, no digan que alguien no tuvo el valor de decir lo que mucha gente en el Cauca calla.