SEMANA: ¿La tomó por sorpresa el nombramiento como ministra de Agricultura?
CECILIA LÓPEZ: Ya había hablado con el presidente Gustavo Petro antes pero hasta que no se anuncia públicamente el nombramiento no existe. Me sorprendió, sin duda, pero es una oportunidad para aprovechar mi experiencia. Es un reto grande.
SEMANA: ¿Su nombramiento es del resorte de Gustavo Petro o se lo podemos atribuir al Partido Liberal o a Ernesto Samper?
C.L.: No tiene absolutamente nada que ver con el Partido Liberal. A mí me nombró el presidente electo. Yo fui muy clara desde la primera vuelta cuando dije que lo apoyaba. Yo soy liberal, seguiré siendo liberal, pero hace mucho rato no estoy en el partido porque renuncié.
SEMANA: ¿Y Ernesto Samper? Usted fue ministra de agricultura de su gobierno…
C.L.: No, a mí me nombró el presidente electo.
SEMANA: ¿Cuál será la primera tarea que desarrollará en el Ministerio de Agricultura?
C.L.: Lo primero que hago es avanzar en el empalme. Estoy pensando cuál sería la estrategia, estoy revisando el plan que expuso el presidente durante su campaña, pero la esencia ya me la dio el presidente y la comparto totalmente: este país va a volver a poner en primera línea al sector agropecuario para que cumpla con todos sus objetivos: la reactivación del campo colombiano, tratar de ser una potencia en producción de alimentos. Además, poner en ejecución el punto uno de los acuerdos de paz. Eso implica mirar la tierra y hacer esa reforma agraria que no va a expropiar. Busca comprar esa tierra que no se está utilizando para distribuirla entre la gente que la necesita y que tiene potencial para ser productores agrícolas. Eso es una absoluta prioridad. También poner en ejecución el catastro multipropósito que será un incentivo para que se vuelva productiva la tierra valiosa que tenemos en actividades que no son muy eficientes.
SEMANA: Detengámonos en la reforma agraria: Compra de tierra para distribuirla entre los menos favorecidos. ¿De dónde saldrá el dinero?
C.L.: La plata saldrá, entre otras cosas, de impuestos. Recuerde que el campo no ha sido un contribuyente importante ni mucho menos. Allí el catastro multipropósito tiene un doble fin y es incentivar que a esas tierras que se han estado mal utilizando en actividades que no son productivas o pagan impuestos o se vuelven más productivas para que puedan responder a las necesidades que tiene el país. No se distribuirá la tierra de los baldíos, sino la tierra que no está siendo utilizada.
SEMANA: ¿Cómo clasificar que una tierra es o no subutilizada?
C.L.: Tenemos 39 millones de hectáreas en una ganadería extensiva de baja productividad y solo 7 millones de hectáreas dedicadas a la producción agrícola. La ganadería es un sector muy importante, pero hay sistemas mucho más eficientes. Los sistemas silvopastoriles son mucho más eficientes, requieren menos tierra, eso nos libera tierras para producción agrícola. Aquí podemos sustituir importaciones como maíz porque estamos importando unos volúmenes muy significativos. Se puede producir en Colombia, eso genera empleo, le da actividad productiva a muchos sectores.
SEMANA: ¿Conclusión: no habrá expropiación, pero se comprará la tierra subutilizada?
C.L.: No son baldíos, que quede claro, no se comprarán baldíos.
SEMANA: ¿Con el catastro multipropósito de Petro la zona rural pagará impuestos?
C.L.: El catastro, precisamente, evaluará cuáles deberían ser los rendimientos de los predios rurales y con base en eso habrá unas tarifas. Ese es el objetivo del catastro. Recuerde que aquí tenemos un problema muy grave con la subutilización de la tierra, además no se ha pagado impuestos. La tierra no contribuye al fisco en la mínima proporción que debería. El catastro multipropósito no viene de este gobierno, viene desde antes. La idea es incentivarlo y que sea un mecanismo que estimule al uso más eficiente de la tierra.
SEMANA: Me perdona la pregunta: ¿en el caso del Ubérrimo, la finca de Álvaro Uribe, el Estado le podría decir hipotéticamente usted no utiliza esta porción de tierra y se la compramos?
C.L.: No pongamos esto en cabeza de nadie, no vamos a crear un caos innecesario. En su momento se verá, no tengo ni idea, no sé a título personal quién usa bien o no la tierra, pero quién esté utilizando bien la tierra y esté dispuesto a pagar el valor real de los impuestos, no tienen por qué temer.
SEMANA: Si yo tengo una finca y tengo un área subutilizada, pero le digo que no le vendo al Estado, ¿qué pasa?
C.L.: Bueno, pague el impuesto. Quiero retomar la frase de Gustavo Petro: aquí se va a hacer capitalismo, pero lo que se va a acabar es el feudalismo que se da fundamentalmente en el sector rural donde hay unas personas que tienen inmensas propiedades y esperan cómo se valoriza una tierra. Eso no puede seguir, eso es feudalismo, los grandes dueños de extensiones de tierra que simplemente esperan para engordarla y venderla por metro cuadrado. Esa gente, en este momento, será objeto de la reforma agraria. Sino quiere vender que pague impuestos.
SEMANA: ¿Y cómo piensan distribuir la tierra?
C.L.: Ya lo miraremos, ya hay gente trabajando en eso.
SEMANA: Por último, usted se acerca a los 80 años y hay muchos que la critican por su edad para estar al frente de un ministerio como el de agricultura. ¿Qué decirles?
C.L.: Tengo la edad que represento. Si no fuera porque me la sacaron, todo el mundo me pone menos edad por la energía que tengo. A mí ese tipo de discusiones me parecen absurdas e inaceptables. Claro, lo ideal es que tengamos una combinación de gente más joven y con experiencia, pero en este gobierno la experiencia vale. Nosotros tenemos una gran responsabilidad: formar a mucha gente joven que no ha tenido experiencia en el Estado porque hay que formar a las nuevas generaciones para que este modelo, mucho más redistributivo, se mantenga en el tiempo.
SEMANA: Es decir, ¿tiene la energía suficiente para recorrer el país como ministra de agricultura?
C.L.: A mí siempre me tumban 10 años, o sea que hagan de cuenta que tengo 10 años menos.