La audiencia de medida de aseguramiento contra el fiscal de la JEP Carlos Bermeo y el exsenador Luis Alberto Gil (y otros tres), continuó este jueves con la intervención del procurador asignado para el caso, Henry Bustos. El representante del Ministerio Público arrancó su argumentación tomando el toro por los cachos. Tras una breve síntesis de los hechos Bustos aseguró: “Hay que decir desde ya que en toda esta evidencia no se encuentra nada que permita vincular este tema con el caso de Jesús Santrich”. El procurador señaló que el nombre Santrich se menciona “solo una o dos veces” en todo el caso. Y explicó en qué momento: cuando la fuente pregunta a los ahora acusados si tuvieron participación en el asunto de la carta que se perdió. Puede leer: “Bermeo se infiltró en la JEP para delinquir”: Fiscalía “La fuente o el agente encubierto –porque no hay claridad de quién habla– pregunta insistentemente si participaron en eso”, señaló Bustos y agregó: “Y sobre eso no hay ninguna respuesta, ninguna. Bermeo responde con alusivas pero nunca dice sí”. El funcionario también cuestionó que no haya claridad sobre cómo llegó el espinoso asunto de Santrich al caso. Recordó que todo se originó con una carta alarma de la DEA donde se señala la existencia de una red que vende información reservada. “Pero no hay claridad de cómo llegó el asunto de Santrich al interior de este caso. ¿Cuál era el interés de la fuente en plantear ese tema, quién es la fuente y qué contactos previos tuvo?”, se preguntó el procurador Bustos. “Esto se ha prestado para afectar a la JEP, y lo que hay es el comportamiento aislado de un funcionario”, insistió el procurador con relación a la actuación de Bermeo a quien todo el país vio cuando guarda en su saco 40.000 dólares. El procurador señaló que estaba de acuerdo con la Fiscalía en cuanto a la necesidad de enviar a prisión preventiva al fiscal Bermeo, al exsenador Gil y a Orlando Villamizar. Le recomendamos: Caso Santrich: ¿Agente encubierto o agente provocador? Sin embargo, por otra parte, el Ministerio Público fue crítico también de los cargos formulados por la Fiscalía. El ente acusador le imputó a Gil y Bermeo el cargo de concierto con dos agravantes: 1) porque el fin de ese concierto era afectar la administración de Justicia y 2) por narcotráfico. “Sí hay un concierto para delinquir, esa hipótesis de la Fiscalía es plausible”, dijo Bustos. Pero a renglón seguido cuestionó: “Pero no acierta la Fiscalía en la agravación que le da a ese cargo respecto al tema de narcotráfico”. A su modo de ver lo único que hay para hablar de narcotráfico es “una breve conversación en la que se habla de un envío de 120 kilos, pero eso no da base para sostener que la organización se dedicaba a eso. Eso fue una mención y no es más que un hecho aislado”. Además de esas observaciones el procurador Bustos fue enfático en señalar que estaba en desacuerdo con los cargos y la responsabilidad que la Fiscalía le endilga a Cristina Solarte y a Yamit Prieto. Al respecto Bustos indicó que tampoco veía fundamento para sostener que Solarte y Prieto harían parte de la organización criminal. El procurador señaló que, por ejemplo, Prieto era el conductor de Gil y su única participación fue estar en el lobby del hotel donde una mujer vino y dejó la maleta. ¿Acaso él sabía que esa maleta estaba llena de dólares fruto de un acto de corrupción en la justicia?, preguntó Bustos quien solicitó a la juez no imponer medida de detención intramural a Prieto. Le sugerimos: La DEA no tenía plata para operativo de Gil y Bermeo Y con relación a Solarte, el procurador dijo que efectivamente la mujer tuvo una actuación dolosa en la escena en que toma los 40.000 dólares que le pasó Bermeo. Pero para el procurador eso no prueba que ella hiciera parte de la organización criminal, eso solo señala que “no fue algo casual, que fue algo planeado”. A criterio de la Procuraduría, Solarte tuvo un rol de cómplice del delito de cohecho, que da una pena de 40 meses y por tanto no implicaría ir a la cárcel.