Los diálogos de paz con los grupos armados al margen de la ley se han vuelto un tema que se trata con mayor frecuencia en los últimos años en el país, más ahora con la llegada al poder de Gustavo Petro, quien se ha mostrado siempre a favor de las negociaciones con los actores del conflicto en Colombia.
Recientemente se conocieron declaraciones de Eliécer Herlinto Chamorro, alias Antonio García, máximo comandante del Ejército de Liberación Nacional (ELN), quien a través de las emisoras de la guerrilla manifestó que no pueden “entrar en ese mismo costal. “Sí vamos a dialogar y sí vamos a conversar, pero no somos muy de la idea de decir que vamos a hacer una paz total; además, las guerras son necesarias”, conforme lo publicó Blu Radio.
Asimismo, dijo que “hasta ahora el nuevo Gobierno ha cumplido con el protocolo de regreso, tiene voluntad para reanudar los diálogos y el primer paso es que la delegación retorne, luego entraríamos a conversar, cómo volver a empezar, de qué manera y qué ajustes deben hacerse”, agrega el medio citado.
Respecto al narcotráfico, Chamorro aseguró que el ELN “no tiene ningún tipo de vinculación con este negocio ilegal, no conocemos nada de producción, de distribución, de rutas ni de cargamentos, por eso estamos abiertos a que se conforme una comisión internacional para que se verifique la relación del grupo armado con este crimen”.
Entre tanto, SEMANA conoció que el Gobierno nacional le hizo saber a esa guerrilla, que su prioridad es el diálogo político con ellos y que las conversaciones con otros grupos armados son un asunto jurídico de otra naturaleza.
Por su parte, el presidente Gustavo Petro aclaró el pasado 27 de agosto que “en muchos casos no son temas políticos, sino jurídicos y hablamos de acogimiento a la justicia”. Así las cosas, algunos de los países en los que se podrían llevar a cabo las negociaciones son España, Cuba, Chile y Nicaragua.
Vale decir, en este punto, que luego de casi cuatro años desde que se rompiera la negociación entre el Estado colombiano y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), tras el atentado del Frente de Guerra Oriental contra la Escuela de Cadetes General Santander en Bogotá, esta organización insurgente no es la misma que inició el diálogo con el gobierno Santos en 2017.
La Fundación Ideas para la Paz (FIP) realizó un análisis del panorama de ese grupo armado en diferentes territorios del país donde ha operado, y expuso su capacidad de adaptación y transformación.
Según esa entidad, la versión más robusta y consolidada de esta guerrilla, en la margen oriental del país (del Catatumbo al Vichada) sobre el eje de la frontera colombo-venezolana, contrasta con el proceso que atraviesa la organización en el andén Pacífico (Chocó y centro-sur del Cauca).
Ambas trayectorias y sus dimensiones territoriales son fundamentales para entender el alcance y los riesgos de una aproximación desde la idea de “paz total” para acabar el conflicto con este grupo armado.
No es una insurgencia que desafía abiertamente al Estado. Si bien lo combate, su aparato armado ha estado más en función de dominar o tratar de ampliar sus zonas de influencia, revela el análisis.
Esto quiere decir que es un actor con una expresión y lógica violenta, enfrascada en dinámicas y disputas locales, en donde cada frente de guerra compite o coopera ocasionalmente con otros actores armados, según las capacidades y activos que ha logrado desde la desmovilización de las antiguas Farc, revela la FIP.
Sin embargo, el país entero seguirá a la expectativa de cómo se desarrollará el tema con el nuevo gobierno.