Sergio Fajardo, una de las cartas fuertes de la denominada Coalición Centro Esperanza, se ha pasado los últimos días pensando más en los asuntos jurídicos de su defensa que en la estrategia de campaña de cara a las elecciones del próximo año.
El exgobernador enfrenta dos procesos de forma paralela mientas avanza la campaña.
El precandidato de la Coalición de la Centro Esperanza fue acusado esta semana por la Fiscalía ante la Corte Suprema de Justicia de presunto peculado por apropiación en favor de terceros agravado y contrato sin el cumplimiento de requisitos legales.
El pleito tiene que ver con que la decisión de Fajardo habría implicado un deterioro patrimonial de la Gobernación de Antioquia por valor de 320.000 millones de pesos.
El otro proceso es de tipo fiscal. La Contraloría lo encontró supuesto responsable, junto a otros 25 actores, de lo sucedido en Hidroituango. Por ello, fue condenado a pagar junto a los demás 25 sancionados, 4,3 billones de pesos.
Más allá de los argumentos jurídicos detrás de estos procesos, Fajardo ha asegurado que detrás de esto hay motivaciones políticas. Incluso aseguró este martes que en estas investigaciones se está “jugando la vida”.
“Me estoy jugando la vida. Llevo 5 años con presión judicial permanente”, apuntó el exgobernador.
Fajardo agregó que, a pesar de todo, va a demostrar que “se puede hacer política decente”, un postulado que ha mantenido desde el inicio de la campaña.
“Voy a seguir batallando y no voy a dejar que destruyan mi vida, mi reputación y mi recorrido demostrando que se puede hacer política decente”, indicó.
Asuntos políticos
Fajardo se ha mantenido en que los procesos en su contra son esencialmente políticos. Incluso, la semana pasada aseguró que el contralor general, Felipe Córdoba, nombró a quienes debían pronunciarse en segunda instancia - en el proceso que lleva el órgano de control en su contra - entre los que estaba Cristian Castro, controlador delegado anticorrupción.
“Pero tras un artículo de prensa que dejaba al descubierto sus vínculos políticos, fue retirado e incluso se fue de vacaciones”, apuntó Fajardo.
“¿Qué imparcialidad puede tener una persona que es ficha de César Gaviria –fue secretario del Partido Liberal en Pereira, es ahijado político de Carlos Humberto Isaza, quien fue director de la Función Pública de César Gaviria– y es contratista de la Contraloría? “, se preguntó el exgobernador de Antioquia en un video publicado en sus redes sociales.
En todo caso, está claro que Fajardo va a tener que atender un juicio penal y un proceso fiscal en plena campaña presidencial.
Sus contradictores no han sido implacables con él por este asunto. De hecho, Gustavo Petro, su principal adversario, ha defendido la tesis de que Fajardo “no está inhabilitado” para continuar en la carrera por la Presidencia.
Está por verse el impacto en las bases a medida que los procesos avancen.
El problema grave para el candidato surgiría si durante el curso de la campaña se presenta alguna decisión de fondo que llegue a impedir su avance en la contienda.
Fajardo se mantiene como el líder con mayor opción dentro de la coalición Centro Esperanza y a nivel general es el segundo o tercero después de Gustavo Petro.