El pasado lunes, el gobierno de Nicaragua y la firma china HKND dieron inicio a las obras del canal interoceánico, que unirá los océanos Pacífico y Atlántico. El proyecto, denominado el Gran Canal de Nicaragua, y que aspira a competir con el de Panamá, costará unos US$50.000 millones. Aparte de estas cifras, y de los pros y contras de este canal en Centroamérica, en Colombia se advierte que la construcción de este paso interoceánico afectará a las aguas que históricamente le han correspondido a Colombia, y pondrá en riesgo una de las reservas marinas más importantes del plantea, la del Sea Flower, protegida por la Unesco. Además, el inicio de la construcción de este canal, y el hecho de que sea una firma china la encargada del millonario negocio, puede ser la evidencia de que el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que le quitó a Colombia 75.000 kilómetros de mar en el archipiélago de San Andrés, habría estado influenciado por el país asiático para favorecer a Nicaragua. Por lo menos esa es la tesis que desde el 29 de abril del 2013 defienden la excanciller Noemí Sanín y el exviceministro de Justicia Miguel Ceballos, quienes publicaron el libro La Llegada del Dragón. En él, advierten del uso “indebido e ilegítimo” de aguas colombianas para los propósitos del canal de Nicaragua, por lo que le insistieron al presidente Juan Manuel Santos presentar un recurso de revisión frente al referido fallo de la Corte de La Haya. Noemí Sanín dice que de haber sido presentado ese recurso, habría detenido la estrategia jurídica Nicaragüense, y abierto el camino para una defensa contra un fallo “injusto” que busca despojar a Colombia de más de 75 mil kilómetros de su mar. Pero lo que la exministra reclama es que, con el inicio de la construcción del Gran Canal de Nicaragua, se hace aún más evidente la relación entre el Fallo de la CIJ del 19 de Noviembre del 2012, y la construcción del canal interoceánico por Nicaragua. Según la tesis de la exministra, fue fruto de la celebración, solo 18 días antes del fallo, de un acuerdo secreto entre el gobierno de Daniel Ortega y el empresario Chino Wang Jing, “cuyos claros y estrechos vínculos con el gobierno y el Ejército Chino son cada día confirmados por medios de comunicación nicaragüenses y por la gran prensa internacional”, dicen Sanín y Ceballos. El 5 de agosto del 2013, en una extensa entrevista en Caracol Radio, el presidente Juan Manuel Santos fue quien descartó la tesis de Noemí. “Yo creo que eso es un cuento chino”, dijo al referirse a las intenciones de Nicaragua de construir un canal interoceánico. Ahora, el tiempo parece darles la razón a Sanín y a Ceballos. Ambos le piden al presidente Santos que deje a un lado la “banalización” del tema de la construcción del canal interoceánico y tenerlo en cuenta a la hora de la estrategia de defensa. En este momento, Colombia enfrenta dos nuevas demandas presentadas por Nicaragua, una por el supuesto incumplimiento del Fallo y otra que busca que se le reconozca una “plataforma continental extendida”. “Es urgente –dice Sanín- que el gobierno deje de desconocer el impacto real que, tanto a nivel geopolítico como jurídico, tendrá la construcción de la mega obra frente a nuestra unidad territorial, y frente a la integridad física y ambiental de nuestro departamento del Archipiélago de San Andrés y Providencia, dentro del cual se encuentra la Reserva de la Biósfera del Seaflower, reconocida por la Unesco”. Y también le sugiere al gobierno, en su estrategia de defensa, argumentar el posible conflicto de interés de la jueza china Xue Hanquin para dirimir las demandas de Nicaragua contra Colombia. La exministra dice que, en su momento, denunció ese posible conflicto de intereses de la Jueza China Xue Hanqin, con base en los acuerdos de la empresa China y el Gobierno de Nicaragua, “hoy dicho conflicto se hace evidente ante el mundo entero con la inauguración del Canal Chino- Nicaraguense”, asegura. “Frente a la nueva demanda por plataforma continental, se hace imperioso que nuestro Gobierno alegue ante la Corte Internacional de Justicia, el claro conflicto de intereses de la Jueza China, pues según las leyes Nicaragüenses 800 y 840, la “plataforma continental” se considera como parte integral del Canal y de la concesión en favor de los Chinos, razón por la cual la demanda que actualmente cursa ante La Haya, en caso de ser fallada en favor de Nicaragua, aumentaría el tamaño de dicha concesión , favoreciendo los intereses Chinos. Teniendo en cuenta la altas calidades y dignidad de los magistrados de la Corte de La Haya, no solamente por razones jurídicas, sino éticas, la jueza china debería presentar su propio impedimento”, aseguran Sanín y Ceballos. La exministra también anuncia que acudirán ante la UNESCO en la ciudad de Quito, para denunciar los efectos nocivos que la construcción y operación del Canal Interoceánico generará en la Reserva de la Biósfera del Seaflower, pues afectará el arrecife coralino y la vida misma del archipiélago. “Abogaremos ante Naciones Unidas por el establecimiento de medidas de protección especiales”. Por eso, el ‘cuento chino’ de Noemí, como lo bautizó el presidente Santos, no sería tan cuento. Y la construcción del Canal Interoceánico en Nicaragua habría generado cierta distorsión en el fallo de La Haya contra Colombia. Por lo menos, los hechos están aportando nuevas evidencias. Finalmente coadyuvaremos en las denuncias que ya vienen siendo presentadas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, buscando protección de los derechos fundamentales y del medio ambiente de las comunidades de nuestro Archipiélago.