VICKY DÁVILA: ¿Está satisfecho?
FEDERICO GUTIÉRREZ: Claro, pero vamos a seguir trabajando sin parar hasta el último día y hasta que ganemos la presidencia.
V.D.: ¿Por qué quiere ser presidente?
F.G.: Quiero un país diferente. Generar un cambio que no ponga en riesgo al país, al sector productivo, a las empresas, los empleos ni a las familias. Quiero que ayudemos a sacar a la gente de la pobreza y combatir la corrupción. Es una vocación. No tengo ni partido ni jefe político. Voy a actuar con criterio de independencia para que le vaya bien a Colombia, sin hambre, sin odio y sin violencia.
V.D.: Es decir, ¿no se trata de una aspiración personal?
F.G.: Vicky, estoy muy alejado de los egos. Mi obsesión no es que el día de la posesión le pongan a uno una banda presidencial, eso hasta raro se debe ver. Me sueño en las regiones con los colombianos. Soy una persona tranquila. En la vida nunca imaginé que fuera a hacer política, no vengo de familia política ni adinerada. Vengo de la clase media trabajadora, en la que lo que nos dieron nuestros papás fue amor, disciplina, valores, educación, y con eso hemos salido adelante en la vida.
V.D.: Lo que más desea la gente es el cambio. ¿Por qué lo representa?
F.G.: Nosotros representamos ese cambio, pero no pone en riesgo al país. No es un salto al vacío sin paracaídas, como le ocurrió a Venezuela o a Nicaragua. Eso es lo que representa otro candidato.
V.D.: ¿Cuál candidato?
F.G.: Petro. Él representa el cambio para empeorar. Nosotros representamos el cambio para mejorar y parte de la base de que nos tenemos que unir como colombianos. Tenemos que reconciliarnos. Los cambios no pueden significar retrasos. Mira lo que está pasando en Perú y Chile, cambiaron para empeorar. Necesitamos seguridad, orden y oportunidades.
V.D.: Hoy Petro es el puntero en las encuestas. ¿Cómo piensa ganarle?
F.G.: Como lo estamos haciendo. Él lleva 12 años en campaña, yo apenas tres meses. Lo vamos a alcanzar y le vamos a ganar. Con la gente, sin discursos de odio ni de lucha de clases, y proponiendo. La economía del país tiene que crecer para que nos vaya bien a todos, y no que unos pocos se sigan enriqueciendo a costa de toda Colombia. Hay que atender a la gente más vulnerable, hay 20 millones de colombianos en situación de pobreza.
V.D.: ¿Cómo se imagina a Colombia gobernada por Petro?
F.G.: Sería un caos. El poder para tomar venganza. Acabarían con el sistema productivo, gobernarían con los peores criminales y corruptos. Para eso hicieron el pacto de La Picota: para darles garantías a las peores organizaciones criminales y corruptos, como los que se robaron Bogotá.
V.D.: ¿Cuál es la diferencia entre usted y Petro?
F.G.: Hay muchas. ¿Por cuál arranco?
V.D.: Dígame usted…
F.G.: Él tiene odio y yo no. Él tiene sed de venganza y yo quiero unir a Colombia. Él plantea un modelo económico y social muy diferente al que considero que nos conviene. Él plantea, por ejemplo, acabar con Ecopetrol y el petróleo de manera inmediata. Yo estoy de acuerdo con la transición energética y la vamos a hacer bien, pero tiene que ser responsable. Lo que él quiere es llevar a la miseria a millones de colombianos que inmediatamente dejarían de recibir el Ingreso Solidario y los auxilios de Familias en Acción. La matrícula cero para jóvenes se acabaría porque no habría de dónde financiarla. Gran parte de esa plata sale de la industria del petróleo. El concepto de igualdad del que ellos hablan es a la baja. Nos llevan a todos a la condición de pobreza. No sacan a la gente de la pobreza.
V.D.: En materia de formación, también son diferentes…
F.G.: Sí. Mientras él hacía parte de estructuras criminales en su juventud, yo estudiaba. En mi familia nos enseñaron a salir adelante respetando a los demás y nos inculcaron que la violencia no era el camino, que debemos respetar las diferencias y las ideas del otro. Así me formaron. Esos fueron los valores que me dieron, a él le dieron otros.
V.D.: Muchos destacan que Petro hizo la paz y volvió a la legalidad. ¿Le preocupa que haya pertenecido al M-19?
F.G.: Él puede que haya entregado las armas, pero no desmovilizó su espíritu. Eso es muy peligroso.
V.D.: ¿Esto es peligroso en un presidente?
F.G.: Muy peligroso. Alguien con tanto odio y un discurso tan marcado en lucha de clases nunca va a unir al país. Por el contrario, lo va a polarizar más. Colombia no necesita más peleas, necesita reconciliarse. Ponernos de acuerdo en los temas fundamentales. Las discusiones de hoy no son de izquierda, derecha o centro. Son de sentido común. Por ejemplo, nuestros niños, de 0 a 5 años, tienen que tener seguridad alimentaria, asistencia psicosocial y acceso a jardines infantiles. ¿Qué tiene que ver eso con izquierda o derecha? Nada. ¿Qué tiene que ver la seguridad con izquierda o derecha? Nada. ¿Qué tiene que ver que saquemos a la gente de la pobreza con la izquierda o la derecha? Nada. Hace poco, veía un video donde alguien de ellos, una señora que va a estar en el Senado, y que se ve el odio que tiene…
V.D.: ¿Me habla de la senadora electa Isabel Zuleta, del Pacto Histórico?
F.G.: Exactamente. El odio y el resentimiento que ella tiene (...). Decía que habían quemado a Fajardo y que ahora me iban a quemar a mí. Es que eso es lo de ellos, quemar, como quemaron palacios, magistrados, camiones en las vías, como queman todo lo que se les atraviesa. Todo lo que ellos tocan lo dejan en cenizas. En cambio, lo que nosotros tocamos lo transformamos para bien. Imagínese Colombia si todos los problemas se resuelven al estilo de ellos, incendiando las ciudades y estando del lado de las organizaciones criminales.
V.D.: Usted dice que es el presidente de la unión, de la reconciliación. ¿Qué quiere decir?
F.G.: Así lo hago hoy y lo he hecho siempre. Lo que tengo son buenos amigos y sé construir buenas relaciones a largo plazo. Por ejemplo, cuando fui alcalde de Medellín, les gané a los candidatos de Uribe, de Fajardo y de todos los partidos. Me elegí independiente, pero eso no me hizo enemigo de ellos. Lo que hice inmediatamente fue convocarlos para que trabajáramos juntos en torno a las necesidades de la ciudad. Y así lo voy a hacer cuando gane la presidencia. Voy a sentarme con Gustavo Petro.
V.D.: ¿Se reconciliaría con él?
F.G.: Aquí no hay nada personal.
V.D.: Pero él ha dicho muchas cosas muy fuertes sobre usted, y viceversa.
F.G.: Sí. Él lo hace más desde el odio, yo desde la defensa de las ideas. Él se mete en lo personal. Yo lo voy a invitar a él, a Ingrid, a Fajardo, a Rodolfo, a Enrique Gómez, a John Milton y a muchos otros que quieren construir. Convocaría a toda la sociedad a que mantuviéramos desde el primer día un diálogo permanente, donde nos pongamos de acuerdo.
V.D.: ¿Qué pasa si no hay esa unión?
F.G.: Nos unimos o nos jodemos.
V.D.: ¿Por qué?
F.G.: Porque están en riesgo el país, la democracia y las libertades. Si gana el otro, en cuatro años no tendremos elecciones.
V.D.: ¿El otro es Petro?
F.G.: Sí. Por más que Petro vaya a notarías, a hacer lo mismo que hizo Chávez, cuando negó todo lo que iba a hacer, pero terminó haciéndolo, yo no tengo que ir a ninguna notaría a decir que no voy a expropiar o que no voy a cambiar la Constitución para quedarme eternamente en el poder. ¿Por qué? Porque la gente sí confía en mí, somos confiables. Dude del que tiene que ir a una notaría a comprometerse con eso. Creo que Colombia tiene una oportunidad. Esto no se trata solo de ganar. No me creo un mesías ni ningún salvador. Soy un colombiano común y corriente.
V.D.: ¿Cuál es la diferencia entre la reconciliación que propone y el “perdón social” de Petro?
F.G.: Hay una diferencia abismal. Tenemos la capacidad de reconciliar al país. Ellos no, porque tienen odio en el corazón. Cuando ellos hablan de “perdón social”, es un pacto criminal que definieron en La Picota con los peores corruptos de Colombia, con los hermanos Moreno, se reunieron con extraditables y con los peores criminales del país. ¿Para qué? Para cambiar beneficios jurídicos para los peores corruptos y violentos a cambio de votos para ellos. Esos son sus aliados. También los apoyan el ELN, las disidencias de las Farc, el Clan del Golfo, los mismos que me quieren ver muerto. A diferencia de todo esto, nosotros nos vamos a reconciliar como sociedad. No les vamos a entregar el país a los corruptos y a los peores criminales. Tengo capacidad de unir, de generar confianza y consensos, que es lo que necesita Colombia.
V.D.: ¿Cómo va a hacer para que Rodolfo Hernández no le quite el tiquete a la segunda vuelta?
F.G.: Hoy estamos con un pie en segunda vuelta. Inclusive, si nos uniéramos, como vamos, podemos ganar en primera vuelta. Es normal que haya un movimiento en estos días. Por ejemplo, veo que Rodolfo se le tragó unos puntos a Fajardo, pero yo veo nuestro crecimiento en la calle, que es la mejor encuesta. Voy es pa´ delante y vamos a ganar. Lo de Santa Marta fue increíble.
V.D.: Sí, pudieron ser hasta siete cuadras repletas de gente acompañándolo. ¿Qué sintió?
F.G.: Más que contar gente, ahí lo que hay es sueños y esperanzas.
V.D.: Debe ser muy emocionante…
F.G.: A mí me dio mucha emoción. Me dan ganas hasta de llorar cuando veo tanto cariño. Que lo quieran y lo abracen a uno. Yo le hablo a la gente así como soy, como es Fico. A mí no me van a ver encerrado en la Casa de Nariño, como si fuera un rey o un príncipe. No soy nada de eso, a mí me gusta es la gente y tenemos la capacidad de unirla. Así ocurrió en Cúcuta, Bucaramanga, Sincelejo, Barranquilla y todas las ciudades donde hemos estado. Vamos a terminar y seguir esta gira de cierre de campaña hasta el domingo. Estaremos en Cali, Bogotá, Medellín y demás.
V.D.: Hablemos de propuestas. Usted le ofreció al ELN sentarse a conversar, siempre y cuando mantengan indefinidamente el cese al fuego. ¿Ese diálogo sería bajo las mismas condiciones que el Gobierno Santos les dio a las Farc?
F.G.: Bajo ninguna circunstancia pueden ser las mismas condiciones que les dieron a las Farc. Terminaron siendo congresistas. Los únicos que están tranquilos y en paz son los cabecillas de las Farc. No han reparado, no han dicho la verdad y no ha habido justicia para las víctimas. Estoy del lado de las víctimas. Quiero aclarar, eso sí, que voy a dar cumplimiento a los acuerdos de paz con las Farc, pero voy a hacer que las Farc les cumplan a sus víctimas. No lo han hecho y no pueden seguir engañando al país. Ese mismo grupo apoya también a Petro. Ellos justifican la violencia, nosotros no. Entonces, sí, he dicho: claro que se puede dialogar, pero jamás bajo esas premisas. La mayoría de colombianos no está de acuerdo. Que el ELN deje de asesinar, extorsionar y secuestrar. Que abandone el narcotráfico y la minería ilegal. Que deje a la gente tranquila. Si dan esa muestra de paz, nos sentaríamos a dialogar.
V.D.: Antes de seguir, veo que tiene muchas manillas, como los muchachos. Muéstrelas, por favor.
F.G.: Todas son muy simbólicas.
V.D.: Muéstrelas en la cámara y nos dice qué significan.
F.G.: La que tiene la bandera de Colombia me la dieron en un recorrido. Estas me las pusieron las comunidades indígenas arhuacas, de la Sierra Nevada, como símbolo de confianza y de protección. Esta es de los ticunas en Amazonas. Esta es una de mi campaña y esta es una medallita de san Benito, de protección. Y estas son unas manillitas que se inventó mi hijo Pedro. Me dijo: “Papi, yo quiero que hagas estas, con fondo negro y con colores vivos”. Nos dio la idea y anda feliz con eso. Cuando me pongo estas manillas, es como tener aquí a Pedro y Emilio, cerquita siempre.
V.D.: Cuando veo la medalla de san Benito, siento que usted sabe que necesita protección…
F.G.: Creo en Dios, soy una persona de fe. Sí, le pido a Dios todos los días que me dé mucha sabiduría, fortaleza, le pido por mi familia, por Márgara, por mis hijos, por mis hermanas, por las familias colombianas, por el país. Le pido a la gente que ore mucho por mí. Estoy en manos de Dios y de la gente.
V.D.: Como estamos hablando de propuestas, le pido cero carreta. ¿En vivienda qué piensa hacer si es presidente?
F.G.: Mi mamá me decía: “Fico, tener vivienda no es riqueza, no tenerla sí es mucha pobreza”. Tenemos que darles viviendas a los colombianos. 1.800.000 soluciones divididas de la siguiente manera: un millón de interés social (de las cuales 800.000 serán en suelo urbano y 200.000 rurales). Serán 400.000 viviendas No VIS para generar más oferta y más empleo; y 200.000 mejoramientos de vivienda y 200.000 subsidios para las familias más pobres de Colombia para temas de arriendo. Por cada billón de pesos que invirtamos en vivienda, generamos 50.000 empleos directos.
V.D.: ¿Cuántos empleos generaría usted?
F.G.: Podemos generar 1.200.000 empleos anuales. Pero, además, viendo la fuga de capitales, del desastre por ese cambio de modelo en Perú y en Chile, Colombia va a dar no solo seguridad física, sino jurídica para atraer inversión, y podríamos generar 3 millones de empleos adicionales. No existe mejor política social que la generación de empleo.
V.D.: ¿Usted acabaría con el Esmad?
F.G.: No. Pero tengo claro que cualquier intervención de la fuerza pública tiene que estar enmarcada en el respeto por los derechos humanos.
V.D.: Si usted llega a ser presidente, por favor, mejore las condiciones de los soldados y los policías. Les pagan mal, no tienen vivienda, no tienen con qué educar a sus hijos, su situación es muy precaria, a pesar de que se juegan la vida todos los días.
F.G.: Estoy más que comprometido con eso, Vicky. Son quienes dan la vida por nosotros. Les tengo un cariño especial, a ellos y a sus familias. Incluso, las reservas de la fuerza pública, de manera unánime, se adhirieron a nuestra candidatura. Es grave cuando hay quienes dentro de la campaña presidencial pretenden incluso quitarles los beneficios ya adquiridos en pensiones, vivienda y otros. Son derechos adquiridos.
V.D.: ¿Usted los va a proteger?
F.G.: Por supuesto. Lo que tenemos que hacer es que todo ese régimen que se ha dado tanto para maestras, maestros y fuerza pública se mantenga, y conmigo van a estar tranquilos.
V.D.: ¿Cómo proteger y recuperar el respeto y el cariño por la fuerza pública? Eso se ha perdido…
F.G.: Estando del lado de la ciudadanía. Hay cosas que no pueden volver a ocurrir, como los falsos positivos. También hay que hablar de eso. Son un horror y un dolor en Colombia. Soy padre de familia, usted también es mamá. Y uno tiene que pensar en el dolor de tantas madres y tantos padres que perdieron a sus hijos. Estos sinvergüenzas, portando las armas del Estado y el uniforme, lo que tenían que hacer era proteger a la población civil y terminaron asesinando a jóvenes indefensos. Se tiene que saber toda la verdad. Pero tenemos que tener una fuerza pública que respetemos y queramos. Es que lo hacen todo por nosotros. Para ellos también tiene que haber justicia. Aquí no puede ser que ataquen a nuestra fuerza pública y no pase nada. Terminan teniendo más garantías los criminales que ellos.
V.D.: Rodolfo Hernández dijo en SEMANA que acabaría con el tinto en la Casa de Nariño y que solo brindaría agua del tubo. ¿Usted haría lo mismo?
F.G.: Eso es populismo ridículo.
V.D.: ¿Por qué?
F.G.: Eso no arregla los problemas del país. Lo que sí vamos a hacer es una reducción de gastos y de burocracia excesiva en el Estado para trasladar esa plata a programas de educación, salud, vías terciarias, becas para jóvenes. Necesitamos un Estado austero y eficiente. Soy una persona austera, no soy de excesos, y quiero sacar a la gente de la pobreza. El populismo, con dos o tres anuncios, puede generar impacto, pero no transforma al país.
V.D.: ¿Cómo ha sorteado el escándalo de la infiltración de su campaña?
F.G.: Eso es muy grave. De esa otra campaña aceptaron el delito. Petro admitió que habían infiltrado nuestra campaña, al igual que su abogado. Luego se encuentra una microcámara en una de nuestras sedes. Yo le preguntaría a Petro: ¿mandó a instalar ese dispositivo? Si así son en campaña, ¿cómo serán gobernando? Colombia tiene que tener mucho cuidado de lo que se nos puede venir. El oponente político se enfrenta con ideas, no con trampas, ni mañas, ni juego sucio, ni mucho menos con ilegalidad como lo están haciendo ellos.
V.D.: Con la mano en el corazón, así como le pregunté a Petro hace ocho días por usted, ¿cree que Petro está detrás de la infiltración a su campaña y de la instalación de la microcámara?
F.G.: No tengo la menor duda. Él mismo aceptó públicamente que había infiltrado nuestra campaña. Y aquí hay algo también importante: me parece que es muy grave esa alianza que tienen con estructuras criminales.
V.D.: Justamente, él dice que usted, supuestamente, como alcalde de Medellín, pactó con bandas criminales…
F.G.: No. Aquí el único que ha estado con estructuras criminales y que ha hecho parte de ellas ha sido él. Hoy tiene las peores alianzas con ellos. Siempre he estado en la legalidad. El país me vio combatiendo las estructuras criminales. Hubo 160 capturas de jefes de bandas, más de 3.000 de sus integrantes, y por eso la tal Oficina siempre me ha querido muerto. Y es a las estructuras que yo combatí a las que ellos les están ofreciendo beneficios. Esos mismos que Piedad Córdoba visitó en la cárcel para encochinarme…
V.D.: ¿Por eso ella está tan brava con usted? La veo tuiteando siempre en su contra…
F.G.: Ella está desesperada porque su hermano va en extradición. Y porque de pronto a ella también terminan pidiéndola en extradición.
V.D.: ¿Por qué?
F.G.: Por la relación que tiene con Álex Saab, con el régimen de Venezuela y todo lo absurdo que ha hecho. Piedad Córdoba siempre ha estado del lado de los ilegales. Estuvo del lado del ELN, de las Farc, y jugaba con la vida de los secuestrados, como si fueran paquetes o mercancía. La misma Ingrid lo dijo, porque lo vivió y le tocó comprobar eso. Y eso es lo que le esperaría al país en caso de que ellos fueran los que obtuvieran el triunfo, que no lo van a obtener. Esta es nuestra primera vez y el país nos va a decir que sí. Y mucho cuidado, Colombia: ¿quiénes son los que los rodean a ellos? Ahí está Piedad Córdoba. Hasta serían capaces de pedir que soltaran a Álex Saab para invitarlo a la posesión de Petro, invitarían a Maduro, incluso hasta Márquez estaría ahí en primera fila.
V.D.: ¿Cuál Márquez?
F.G.: Márquez, el de las Farc…
V.D.: ¿Iván Márquez?
F.G.: Pero, claro, ellos son aliados. Y si Santrich estuviera vivo, ahí lo tendrían también. Son lo mismo. Ellos han tenido relaciones con la ilegalidad y las siguen teniendo.
V.D.: ¿Petro tiene teflón?
F.G.: No. El país ya en tres oportunidades le dijo que no y esta vez también le va a volver a decir que no.
V.D.: ¿Qué piensa puntualmente del apoyo de los ex-Farc, liderados por Timochenko, a Petro?
F.G.: Demuestra que Petro está del lado de los victimarios. Es una burla a las víctimas.
V.D.: ¿Cuál es el encuentro que más lo ha conmovido?
F.G.: Tengo marcados algunos de los últimos días. Recorriendo Cartagena, en el sector de Olaya Herrera, me salió un niño que no tenía más de 6 o 7 años, me abrazó y me dijo: “Fico, no nos saques del Sisbén, no tenemos con qué comer, ven te invito a nuestra casa, tenemos hambre”. A mí eso me partió el corazón. Es que tengo dos hijos, Emilio, de 13 años, y Pedro, de 11. Y los niños de Colombia deberían tener las mismas posibilidades que han tenido mis hijos. Que un niño te abrace y te diga que se están muriendo de hambre y que la ayuda es urgente… A mí eso me duele. Colombia no puede seguir así, necesita un cambio real, pero para mejorar. Otro encuentro también fue sensible para mí: llegando a la plaza de los Mártires en Bogotá, una viuda de un integrante de la fuerza pública, muy emocionada, me entregó la bandera de Colombia que le pusieron en el ataúd de su esposo cuando fue asesinado por las Farc. Me dijo que la confianza y las esperanzas de las víctimas del conflicto están puestas en mí.
V.D.: ¿Cómo les explica a sus hijos que su papá tiene amenazas de muerte?
F.G.: Los niños ven YouTube, están en el iPad o en el computador con internet. Los amiguitos van y les dicen: “¿Cómo así que las Águilas Negras quieren matar a tu papá? ¿Cómo así que mencionan la unidad donde vives?”. Eso es duro, Vicky, y eso sí es muy triste, porque los niños sufren mucho con esto. Las familias son las que sufren.
V.D.: ¿Y usted qué les dice?
F.G.: Que vamos a estar bien, que estamos de la mano de Dios, que oremos mucho. Pero es muy duro estar frente a un hijo, o en una llamada, porque ni siquiera uno les puede explicar de frente (…). Ellos sienten miedo y temor de que en algún momento pueda faltar ese papá por la violencia. Pero eso no va a ocurrir. Ojalá que ningún niño viviera eso, porque a su papá lo va a matar un grupo criminal. Ni un hijo de un policía, ni de un soldado, ni una niña, ni una hija debería vivir con susto de que a su papá se lo van a devolver en un ataúd. Ningún padre tampoco debería vivir en medio de esa zozobra.
V.D.: Definitivamente, en Colombia la vida no vale nada…
F.G.: Por eso no les podemos entregar el país justo a los que han hecho parte de estructuras criminales y se han aliado con los mafiosos. A quienes han asesinado y que hoy tienen a Colombia nadando en droga. No nos podemos unir con quienes violaron derechos humanos y jamás han dicho la verdad ni han reparado a las víctimas. Unámonos quienes pensamos diferente, pero hemos estado en la legalidad y del lado de la gente. Aquí Colombia no puede terminar convirtiéndose en un narco-Estado, que es lo que ellos sueñan.
V.D.: ¿Quiénes son ellos?
F.G.: La otra campaña.
V.D.: ¿Cuál?
F.G.: La de Petro. Está aliado con los peores criminales. Les quiere dar beneficios a ellos y no a los ciudadanos. Aquí tiene que haber seguridad y la vamos a recuperar en todo el territorio. Aquí la gente tiene que vivir tranquila. En Bogotá, el 88 por ciento de los ciudadanos está muerto del susto de salir de sus casas porque los atracan o los matan por robarles un celular o una bicicleta; así es en todo el país, así no podemos vivir. Y les dan más garantías a los criminales que al ciudadano. Eso no puede pasar.
V.D.: ¿Qué va a hacer con el problema Uribe-Santos? Llevamos años en ello…
F.G.: No heredo peleas. A Uribe siempre le he reconocido lo que hizo como presidente, lo respeto, y hemos tenido una buena relación desde la independencia. No pertenezco a su partido. Con Santos trabajamos bien cuando él fue presidente y yo alcalde. Cuando llegue a la presidencia, no voy a usar el retrovisor y voy a mirar hacia adelante. Y si tengo que ser un canal para dejar la polarización y las peleas, y que el país se reconcilie, pues lo voy a hacer.
V.D.: ¿Incluidos Uribe y Santos?
F.G.: Los que sean. Incluso, cuando voy por las calles, y de vez en cuando me encuentro a alguien que está cargado de odio y de resentimiento y me grita alguna cosa, le pongo atención y lo invito a hablar. Al final me conocen cómo soy y terminamos abrazados.
V.D.: ¿Qué piensa de la carta del gerente de Colanta a sus proveedores, advirtiéndoles sobre lo que está en juego en las elecciones presidenciales?
F.G.: Me parece que él es un ciudadano ejemplar, una maravilla, muy valiente. Colanta es una cooperativa como tantas que admiro. ¿Cómo va a estar alejada del escenario político? Nadie debe estarlo. Colanta fijó una posición de lo que pasaría si Colombia pierde la democracia, las libertades y si se atacan el sector productivo y privado. Pero cómo será el complejo de la otra campaña que lo sintieron como un ataque contra ellos y un favor para mí. Me alegro mucho que la gente me vea como una persona que cuida las instituciones, que quiere empleo y progreso. Invito a los empresarios y a los emprendedores a que se pronuncien y cuidemos el país. Esto no es un juego. Es todo o nada. Las democracias se van y no retornan. Voy a cuidar a Colombia.
V.D.: ¿Está de acuerdo con que despidan de sus trabajos a quienes votan por Petro?
F.G.: No estoy de acuerdo. Defiendo la democracia.
V.D.: ¿Cuál es la diferencia entre usted y Rodolfo Hernández?
F.G.: Tenemos una coincidencia y es que somos ingenieros. Diferencias, muchas. Tenemos otra coincidencia, estamos en contra de la corrupción, pero hay una diferencia inmensa: yo no tengo ningún proceso por corrupción y él sí. Tenemos diferencias en las formas, en el populismo, esto no se arregla con dos o tres medidas populistas, sino con medidas estructurales. He dicho que, si gano la presidencia, voy a tomar las mejores ideas de todos y los voy a invitar a hablar. Por ejemplo, voy a tomar las buenas ideas de Petro. Fajardo puede haber tomado cierta distancia en términos electorales conmigo, pero tomaré sus buenas ideas. Como lo haré con Ingrid, John Milton y Enrique Gómez, que es un buen señor, un buen ciudadano y una persona coherente. También escucharé a la gente en la calle. Tengo la capacidad de escuchar porque no soy arrogante ni soberbio.
V.D.: ¿Tiene listos los primeros decretos que firmaría si es presidente?
F.G.: Claro que sí.
V.D.: ¿Cuáles?
F.G.: La reducción del 10 por ciento de burocracia excesiva y de gastos en el Estado para financiar programas sociales. Habrá decretos de descentralización para las regiones con el fin de que la plata llegue rápido. Hay 14 billones de pesos que están represados en regalías, lo que corresponde a una reforma tributaria. Colombia no necesita más revoluciones armadas, sino una revolución del campo y triplicar la inversión de vías terciarias, de un billón a 3 billones de pesos, y llegarles a los campesinos. Hay que llegar a las zonas PDET de manera urgente. Y en el sector agropecuario, debe haber interés cero o los más bajos del mercado para los campesinos. He escuchado los reclamos de los jóvenes de Colombia. Propongo pasar de 720.000 a un millón de jóvenes con matrícula cero en universidades públicas para los estratos 1, 2 y 3. Atender en el Sena a 2 millones de jóvenes; graduar a un millón de jóvenes en educación media técnica y que puedan acceder a empleo.
V.D.: ¿Qué hacer con las deudas del Icetex?
F.G.: Lo que para muchos jóvenes era el sueño de sus vidas se convirtió en su peor problema porque no encontraron trabajo y se los comieron los intereses. Yo planteo condonación de deudas, hay que estudiar cada caso. Propongo una tasa de interés cero en adelante.
V.D.: ¿Ya tiene definidos los nombres de los ministros que integrarían su gabinete si gana las elecciones?
F.G.: Hay gente muy buena. Tengo muchos nombres en la cabeza (risas).
V.D.: ¿Pero no me los va a decir? (Risas)
F.G.: Habrá mujeres maravillosas, y no por el cumplimiento de la ley de paridad, sino por la capacidad de nuestras mujeres, que son berracas, echadas pa delante. Y ojo con esto: no soy de los que sufren de superioridad moral, no me creo el único bueno ni el mejor, por eso tengo capacidad de unir.
V.D.: ¿Está dolido con Sergio Fajardo? Hemos visto que él lo ataca permanentemente, incluso más que a Petro.
F.G.: Pues eso es increíble, ¿cierto? Pero dolido no estoy. No vivo con rencor ni con envidias. Rodolfo, Sergio y Petro llevan dos meses dándome, entre los tres. Por eso le pido a toda la gente que me sigue que, ante una agresión de parte de ellos, siempre un abrazo. A mí esas ofensas se me han olvidado, al minuto olvido. Si quiero unir, no puedo estar pensando y tomando nota de lo que dicen de mí.
V.D.: ¿Qué será lo que le ha pasado a Fajardo? ¿No eran amigos?
F.G.: Sí, no tengo problema con él. Al otro día de las elecciones, si él quiere, nos sentamos a hablar de cómo se sueña Colombia, de cómo quiere participar y cómo quiere trabajar. No tengo rencores en el corazón. Por eso creo que el que se dedica a eso es el que se amarga, y pierde el camino. Él fue el que terminó perdiendo el camino. Mire el resultado.
V.D.: ¿Cómo así?
F.G.: Mire hoy cómo está él ante la gente, y cómo estoy yo. La gente no quiere ver más ataques, no quiere más odio.
V.D.: ¿Qué fue lo que le pasó con el senador electo Ariel Ávila?
F.G.: A mí no, a él. Es que esa gente tiene odio, el corazón oscuro, y eso no está bien. No puede ser que Fajardo, en vez de hacerle propuestas al país, cree una estrategia financiada y paralela de campaña llamada dizque anti-Fico. Y que Ariel sea el director anti-Fico. Valiente gracia. Solo saben destruir. Y lo mandaron a una concentración inmensa que teníamos en Bucaramanga, a generar violencia, eso fue muy grave. Le pedí a nuestra gente que no cayéramos en provocaciones. Mi papá siempre me dijo: “Fico, duro con los argumentos y suave con las personas”.
V.D.: Con toda razón, la propiedad privada ha sido un tema de esta campaña.
F.G.: He sido un defensor absoluto de la propiedad privada y por eso no he tenido que ir a notarías a decir “no expropiaré”, como sí tuvo que hacer el otro. Esto es muy delicado y no es un juego. Aquí hay que tener seguridad jurídica para atraer más inversión y proteger la actual. ¿Qué tenemos que hacer? No quitarle la propiedad privada al que la tiene. Es generar condiciones de crecimiento económico y oportunidades para que los colombianos salgan de la pobreza y tengan tierra, título, créditos, vivienda, y puedan desarrollar también sus negocios y generar empleo.
V.D.: Si usted es presidente, ¿va a modificar la extradición?
F.G.: La voy a mantener. El enfoque de los otros es evitar la extradición de sus amigos, como quisieron en su momento con Santrich o como querían con Otoniel, con la disculpa de que dizque si se los llevan no les cumplen a las víctimas. Una de las primeras acciones que voy a hacer es entablar un diálogo con Estados Unidos, a través del Departamento de Estado y el Departamento de Justicia, para que tengamos una comisión permanente, articulada con la Fiscalía y las víctimas, para tomar declaraciones como la de Otoniel, y que se haga justicia. Lo de ellos es evitar la extradición para tener a sus amigos cerquita, para que les sigan poniendo los votos.
V.D.: ¿Le importó que Fecode se haya unido a la campaña de Petro?
F.G.: Los directivos de Fecode demostraron que no les interesa la calidad educativa, ni el futuro de los niños, ni de la juventud, ni el bienestar de sus maestros afiliados. Todo ha sido interés político marcado por el odio y el rencor. Pero uno no puede generalizar. Una cosa son los directivos de Fecode que adhirieron a Petro y otra son las maestras y los maestros. A mí me están apoyando muchos que son de Fecode y me dicen que no están de acuerdo con lo que hacen las directivas. Entonces, a las maestras y maestros de Colombia: les mando un abrazo, todo mi cariño y reconocimiento. Estoy de su lado y quiero mejorar sus condiciones.
V.D.: ¿Nicolás Maduro estaría en su posesión si usted gana las elecciones?
F.G.: No, ¿por qué? Lo mejor que le puede pasar a Venezuela es que retorne la democracia. Tenemos más de 2 millones de venezolanos aquí. ¿Quiénes seguramente sí estarán en mi posesión? Los venezolanos víctimas de Maduro. Mantendré el estatus migratorio, porque somos solidarios. He planteado abrir el comercio, el intercambio de bienes y servicios. Hoy se permite el paso peatonal, vamos a habilitar el paso vehicular y será importantísimo garantizarles el pago a nuestros empresarios. Es una decisión muy importante para Norte de Santander y Cúcuta. También es muy importante entender que tenemos 800.000 colombianos en Venezuela que necesitan una relación consular. Estoy muy alejado de las pasiones y actúo desde el sentido común.
V.D.: Estados Unidos anunció la flexibilización de las sanciones a Venezuela. ¿Qué piensa?
F.G.: Respeto las decisiones de los países. Mi posición con Estados Unidos será la de una relación con un aliado importante. Será una relación bipartidista como ha sido siempre. Y nos pondremos de acuerdo también sobre cuál debe ser esa política frente al régimen de Maduro.
V.D.: Le tengo unas preguntas rápidas para respuestas rápidas. ¿Usted es platudo, adinerado?
F.G.: No soy platudo. Margarita ha sido una mujer trabajadora, muy inteligente, y entre los dos hemos construido un patrimonio familiar.
V.D.: ¿Sabe cocinar?
F.G.: Yo sí, a ver…
V.D.: ¿Agua tibia? (Risas)
F.G.: No, el arroz con huevo me queda brutal. No hay nada mejor que un arroz con huevo por la noche y con una buena arepita.
V.D.: Y chocolate…
F.G.: Y chocolate… También soy fanático de las pastas.
V.D.: También es un muy buen deportista…
F.G.: Soy deportista, creo en el deporte como transformador social. Jugué mucho fútbol. Ya no por las rodillas. Me gusta verlo. Troto, me he hecho mis medias maratones, monto bicicleta, soy un ciclista apasionado, tengo grupos de amigos con los que salimos a montar.
V.D.: Entonces, debió ser muy importante para usted el apoyo de Egan Bernal.
F.G.: Es una felicidad inmensa por varias razones y también siento una emoción muy grande. Primero, porque lo admiro mucho. Egan es un símbolo de esos colombianos que han escalado montañas hasta llegar a la cima, partiendo desde la base, sin nada, teniendo empeño y entendiendo que las cosas en la vida se ganan es luchando. A Egan nadie le regaló nada. Eso es de Egan, de su familia, de lo que él hizo y de sus esfuerzos. Y más ahora con el accidente que tuvo y ver el ejemplo de lo que es Egan. Recuerdo la entrevista que usted le hizo, Vicky, y me emocionó mucho ver a Egan, cómo se convirtió en un símbolo para los colombianos y para los jóvenes, no solo por ganar el Tour, sino por lo que es como persona, como ser humano, preocupado por su país. Yo sí le agradezco a Egan. ¿Le puedo mandar un mensaje por aquí? No he podido hablar con él…
V.D.: Mándeselo…
F.G.: Egan, te quiero dar las gracias, de verdad, por la confianza. No vamos a defraudar esa confianza tuya ni la de ningún colombiano. Lo que has dicho sobre que tenemos que unir a Colombia es lo que debemos hacer. Cuando dices “no más discursos de odio”, tienes toda la razón y lo compartimos. El deporte es una oportunidad de vida y vamos a apostarle mucho más para que los jóvenes colombianos y los niños cumplan sus sueños. Debes seguir dando ejemplo a todos, obteniendo más triunfos.
V.D.: ¿Usted es el candidato de Uribe?
F.G.: No lo soy. Andan desesperados diciendo que soy el continuismo, pero eso no es cierto. Ellos llevan 30 años en el Estado, chupando burocracia y puestos, teniendo salarios altos. Ellos sí son ese continuismo. Soy el candidato de la gente y no voy a gobernar para un partido político en particular. No tengo partido ni jefes políticos, pero aprovecho para decirle dos o tres cositas.
V.D.: Adelante…
F.G.: No me voy a dedicar a atacar a Santos, Gaviria, Pastrana o Duque. No me voy a dedicar a atacar a nadie. Quiero hacer cambios, los voy a hacer y tengo carácter para hacerlos. Y otra cosa: yo le gané la alcaldía de Medellín a Juan Carlos Vélez, el candidato de Uribe. Además, voté sí en el plebiscito. ¿Eso es ser de Uribe? Voy a dar cumplimiento a los acuerdos de paz, pero también soy templado con las Farc. Sé construir sobre lo construido. Hay otros que lo que quieren es acabar todo. Proponen acabar el Esmad, Ecopetrol, las EPS, combinando todas las formas de lucha como lo están haciendo. Ellos acabarían con Colombia.
V.D.: ¿Va a respetar el resultado de las elecciones?
F.G.: Siempre lo he hecho. Respetaré los resultados. Algo que sí es importante es que nos tienen que dar garantías a todos.
V.D.: ¿Eso qué quiere decir?
F.G.: Aquí hay dudas frente a las elecciones legislativas que no se han resuelto.
V.D.: Pero estamos a ocho días de las elecciones presidenciales…
F.G.: Es muy grave. Aquí tiene que haber una veeduría nacional e internacional. Aquí hubo fraude y fue a favor del Pacto Histórico. ¿Qué tal hubiesen aparecido 500.000 votos a favor de otros movimientos políticos? Ellos ya hubieran incendiado el país. Aquí hay instituciones y respetamos la democracia. Se han pedido explicaciones desde lo legal y lo institucional. Quedó demostrado que 300.000 jurados votaron doble. Eso es una vergüenza, un crimen. Vamos a ganar con los votos limpios, no con los de esas estructuras criminales que están obligando a votar por Petro.
V.D.: ¿Y usted confía en el registrador?
F.G.: Lo que quiero es que él explique. No lo conozco ni sé de dónde viene. Pero aquí todas las instituciones que tienen posibilidad de control y vigilancia tienen que estar encima. Aquí debe haber tranquilidad y garantías para todos.
V.D.: Ingrid Betancourt dijo que, si gana Petro, no habrá elecciones en cuatro años. ¿Lo ve así?
F.G.: Estoy absolutamente seguro de que sería así y estoy absolutamente de acuerdo con lo que Ingrid dijo, y me parece gravísimo.
V.D.: ¿Por qué está tan seguro?
F.C.: Porque la obsesión de ellos es llegar al poder para no devolverlo, por más que digan y vayan a notarías a decir que van a respetar la Constitución. Eso no lo van a hacer. Además, en el pasado, él mismo ha reconocido que cambiaría la Constitución, el mismo discurso de Chávez. La pregunta es cómo les vamos a creer. No son confiables. Ellos se dedicarían a la persecución. Además, silenciarían a los periodistas. Yo, en cambio, voy a respetar la libertad de prensa, como siempre lo he hecho. La mayoría de los colombianos sabe que ellos quieren llegar al poder para ejercer el populismo, el autoritarismo, acabar con la democracia, las libertades y generar un nuevo orden y llevar a la gente a la absoluta pobreza.
V.D.: Si Petro gana, ¿usted y su familia estarían en riesgo?
F.G.: Ya nos está persiguiendo. Aquí la cosa es muy clara: o nos unimos, o nos jodemos.
V.D.: ¿Qué hará como presidente para acabar con el narcotráfico?
F.G.: Estamos nadando en droga. Ese es uno de los peores problemas, 245.000 hectáreas de cultivos ilícitos. ¿Qué hay que hacer? No hay que combatir al campesino, hay que ayudarle. Vamos a desarrollar el campo, donde están los cultivos ilícitos, donde no hay Estado, ni vías terciarias, ni comunicación, ni justicia, ni escuelas. El combate va a ser contra las estructuras del crimen y mi política va a ser la interdicción de rutas del narcotráfico. Al campesino le vamos a dar la mano para la sustitución de cultivos ilícitos, porque es una víctima de esas estructuras criminales. Y frente al tema del consumo, hay que entender que se trata de un problema de salud pública. El consumidor no es un criminal. Otra cosa es el narcotraficante.
V.D.: ¿Usted alguna vez consumió drogas?
F.G.: Una sola vez probé la marihuana y no me gustó. Por supuesto, no es lo mismo la marihuana que la cocaína. La marihuana es muy importante en la industria del cannabis medicinal y eso tiene que seguir. Además, hay una discusión abierta alrededor del consumo recreativo de marihuana entre adultos. Lo que sí le digo es que la droga no es buena. Les hablo a mis hijos todo el día de eso, ellos están cada vez más expuestos.
V.D.: Para algunos, la droga se ha vuelto una moda, especialmente para algunos políticos.
F.G.: Definitivamente hay que dar un mensaje y es que las drogas no son buenas. Hay otros que, por cuestión de moda, nos fueron metiendo al tema de las drogas. El alcohol y las drogas se llevan por delante familias y vidas enteras. Yo lo he visto.
V.D.: Para que sepa: a mí la marihuana también me parece una porquería, porque hace mucho daño…
F.G.: Científicamente está demostrado que la marihuana es una puerta de entrada a otras drogas para los niños y jóvenes. Hay que tener mucho cuidado con las adicciones.
V.D.: Vamos terminando. El pelito… ¿Al fin se va a peluquear?
F.G.: Yo sí me motilo de vez en cuando.
V.D.: Muy de vez en cuando…
F.G.: Donde no me motile, viviría como un león. Voy a donde Isa, que es mi peluquera. Ella me regaña cuando me ve en entrevistas y me pone un chat y me dice: “Qué vergüenza, está muy peludo, venga, por favor”. Y yo voy y me echa una peluqueadita…
V.D.: ¿Y su papá también era peludito o qué?
F.G.: No, poquito.
V.D.: ¿Y le decía: “Mijo, córtese el pelo”?
F.G.: No, yo llegué a ser más peludo.
V.D.: ¿Ah, sí?
F.G.: Ahí le voy a mostrar unas fotos en estos días de cuando terminé el colegio.
V.D.: Muéstrelas después de las elecciones (risas).
F.D.: Cuando terminé el colegio, llegué a tener el pelo hasta la mitad de la espalda. Todos éramos así. Mi mamá me decía: “Péinate”, y sufría mucho. Mi papá y mi mamá ya no están conmigo. Sí que me hacen falta, no se imagina.
V.D.: En estos días se debe estar encomendando a sus papás.
F.G.: Yo todos los días le pido a Dios, les pido a ellos que me cuiden mucho, que cuiden a mi familia y a Colombia.
V.D.: Como estamos terminando, acérquese un poco, por favor. Si usted llega a ser presidente, ¿no se va a dedicar a complacer a todos los politiqueros?
F.G.: ¡Jamás!
V.D.: ¿No va a perseguir a Petro?
F.G.: No, él tiene todas las garantías para hacer oposición. Nosotros no tendríamos las mismas garantías de parte de ellos.
V.D.: Para los que tienen prevención, se lo tengo que preguntar de frente: algunos dicen que usted como presidente va a hacer lo que le diga Uribe. ¿Es cierto?
F.G.: No, nunca lo he hecho, pero a él lo respeto.
V.D.: ¿Va a hacer lo que diga Duque?
F.G.: No, tampoco. Puro cuento.
V.D.: ¿Le ha ido bien con César Gaviria?
F.G.: Ha sido una persona con la que planteamos muy buenos temas desde lo programático. Hablamos, por ejemplo, de cómo el programa Ingreso Solidario, pensando en los más pobres, se debe convertir en una renta básica ampliada para 5 millones de hogares. De eso es lo que hemos hablado.
V.D.: ¿Qué les dice a los liberales?
F.G.: Aquí las ideas liberales son bienvenidas.
V.D.: ¿Fico representa a la extrema derecha?
F.G.: Cuál extrema derecha, ome. Aquí lo que hay es extrema coherencia.
V.D.: Oiga, cuando uno es candidato, ¿le piden muchos puestos? ¿Le van diciendo: “A mí me da este ministerio o esto otro”?
F.G.: Esa conversación no la he tenido con nadie.
V.D.: ¿Ha hecho pactos con los políticos?
F.G.: No, mi pacto es con la gente.
V.D.: Le deseo mucha suerte.
F.G.: Muchas gracias, Vicky. Que la gente salga y vote libremente. Y cuidemos al país. ¿Le puedo dar un abrazo?
V.D.: ¡Claro que sí!