El 19 de agosto, el barrio Santa Cecilia de São Paulo, Brasil, disfrutaba de sus primeras horas de sol cuando varios agentes de la Policía Federal arrestaron a dos renombrados empresarios. Se trataba de los hermanos Germán y José Efromovich, conocidos en el continente y principalmente en Colombia por sus inversiones en Avianca Holdings y Avianca Brasil. Los acusan de corrupción y lavado de activos en el marco de la fase 72 de Lava Jato, la operación judicial que en 2014 reveló un entramado de corrupción que involucra políticos, empresas públicas y privadas, y que llevó a prisión al expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.Los descubrimientos de Lava Jato han salpicado a diversos países latinoamericanos, y en Colombia, por ejemplo, dieron origen al escándalo de Odebrecht. Pero, ¿cómo terminaron los Efromovich metidos en este lío?Los hechos se remontan a 2008 cuando Transpetro, filial de Petrobras dedicada a la logística y transporte de combustibles, cumplía cuatro años de implementar un programa de modernización y ampliación de su flota naval. Al frente del proyecto estaba Sérgio Machado, presidente de la compañía. Él se acercó a Germán Efromovich y le solicitó un pago a cambio de adjudicar un contrato a Estaleiro Ilha S. A. (Eisa), un astillero propiedad de los Efromovich, para construir cuatro navíos tipo Panamax.
De acuerdo con las autoridades de Brasil, Germán Efromovich inicialmente se negó, pero luego cambió de parecer y propuso disfrazar la coima tras un supuesto acuerdo de inversión que haría Machado en una de sus compañías petroleras en Ecuador. Para que esos 9 millones de dólares, según el cambio de esa fecha, terminaran en los bolsillos del ejecutivo brasileño, incluyeron una cláusula que se activaría en caso de que alguno de los dos desistiera. Efromovich así lo hizo y Machado recibió el jugoso monto en una cuenta bancaria suiza a nombre de Expedito, su hijo. “Tras ejercer la opción de cancelación, Germán Efromovich pagó íntegramente la ventaja indebida pactada con Sérgio Machado mediante varios actos autónomos de blanqueo de capitales durante cuatro años”, concluyó el Ministerio Público Federal (MPF) en su investigación.En 2013 se presentó el otro soborno que tiene contra las cuerdas a los Efromovich. Eisa fue nuevamente favorecida en una licitación de Transpetro para adquirir ocho embarcaciones, pero con un método diferente para enmascarar el cohecho. Alpës Capital, empresa offshore que tiene como titular a Expedito Machado, realizó un préstamo bajo condiciones de retorno exageradamente beneficiosas a Synergy Resources, compañía controlada por Germán y José Efromovich. En pocos meses, Alpës Capital obtuvo ganancias del 82 por ciento por la transacción. “Por tanto, debido a esta operación ficticia y fraudulenta, Expedito y Sérgio Machado recibieron 3,9 millones de dólares en sobornos, pues gastaron 4,5 y recibieron, solo diez meses después, el monto total de 8,4 obteniendo ventajas indebidas disfrazadas de plusvalía”, afirmó el MPF.La evidencia, que contó con los testimonios de Sérgio Machado (colaborador de la justicia desde 2016), le llegó a un juzgado federal en Curitiba que ordenó capturar a los hermanos y bloqueó 116 millones de dólares pertenecientes a personas jurídicas y naturales que participaron en el pago de sobornos. Bautizado con el nombre de un poema de Fernando Pessoa, Navegar es preciso, el operativo de la Policía también allanó inmuebles de los empresarios ubicados en Maceió y Río de Janeiro.
“No debo nada. Nunca di dinero a cambio de ningún contrato”, aseguró Germán Efromovich en una rueda de prensa tras su captura. Allí insistió en que las acusaciones en su contra son una “fantasía” del MPF. Al igual que su hermano, estará bajo medida de aseguramiento en su hogar debido a la crisis sanitaria. Mientras tanto, comienzan a salir nuevos hallazgos del caso. Verificaciones posteriores han demostrado que los perjuicios para Transpetro están alrededor de los 110 millones de dólares y que, además, el único barco entregado por Eisa requirió reparaciones por 450.000 dólares.
Los pagos se habrían realizado en favor de Sérgio Machado, para entonces presidente de Transpetro, quien facilitó la obtención de millonarios contratos al astillero Eisa, propiedad de los Efromovich.¿El coletazo?La noticia de la captura de los hermanos Efromovich inmediatamente produjo una caída en el precio de la acción de Avianca del -22,29 por ciento. Con esto, los títulos de la aerolínea se cotizan hoy por debajo de 150 pesos por acción. Un nuevo golpe para una compañía que ha perdido su valor no solo por la crisis desatada por la covid-19, sino por sus niveles de endeudamiento que llevaron a Avianca a acogerse al Capítulo 11. Antes de la pandemia la acción se negociaba por encima de 2.000 pesos, y solo a principios de 2018 su valor superaba los 3.300 pesos.¿Qué efecto tendrá sobre Avianca la detención de quien fue su socio mayoritario?Muchos analistas y expertos en el tema aclaran en primer lugar que, precisamente en términos prácticos, Efromovich hoy no tiene participación alguna en Avianca. Posee la titularidad de las acciones de la aerolínea, pero no puede ejercer los derechos políticos que le conceden, pues las entregó como aval de un crédito que incumplió a United Airlines.Ante el impacto de una deuda por 465 millones de dólares tomada por Efromovich por medio de Synergy, United hizo efectiva la garantía de la deuda y se quedó con el 51,5 por ciento de las acciones de Avianca. United entregó a Roberto Kriete el control mayoritario de las acciones en Avianca por un tema de regulación interna por el cual no puede ejercer el control. Entonces designó una nueva junta sin Efromovich.
Para algunos analistas, independientemente de que Efromovich no tenga participación hoy en Avianca, la situación podría generar algún ruido en las negociaciones con sus acreedores.Tras acogerse al Capítulo 11, Avianca reveló que busca recursos por alrededor de 1.200 millones de dólares bajo la figura debtor in possession (DIP), excluyendo la refinanciación de deudas preexistentes y posibles compras. Con esto, el total acumulado de la financiación DIP sería de 2.000 millones de dólares. Goldman Sachs y J. P. Morgan asesoran estas negociaciones.Vea: ¿Invertir y salvar a Avianca? Germán Efromovich responde | Semana Tv
Algunos temen que la compañía pueda quedar vinculada de algún modo en el proceso si se comprueba que quien fue su el dueño desde 2004 hasta el año pasado la usó para hacer algún pago.A raíz de la pandemia, como les pasó a todas las aerolíneas del mundo, los ingresos de Avianca cayeron un 78,8 por ciento en el segundo trimestre del año, y solo ha sobrevivido con el transporte de carga, que respondía tradicionalmente por el 10 por ciento de la operación. A pesar de que los gastos operacionales también se reducen, la pérdida del trimestre alcanzó los 224 millones de dólares. De ese modo su déficit patrimonial siguió creciendo.No obstante, para muchos otros analistas, los inversionistas de este tipo de acuerdos son tan sofisticados que pueden distinguir fácilmente entre lo que pasa con Efromovich y lo que sucede con Avianca, y ya lo tienen descontado.Otros, en esta misma línea, consideran que los nuevos inversionistas tendrían preferencia sobre unas garantías colaterales muy atractivas. Mencionan el 70 por ciento de una de las subsidiarias de Avianca más rentables y de mayor valor: LifeMiles.
El Gobierno colombiano permanece a la expectativa, pues es considerado uno de los potenciales inversionistas de la compañía en esta capitalización. Mientras menos interesados haya, el Estado deberá hacer un mayor esfuerzo para salvar a esta empresa estratégica para el país. Al fin y al cabo responde por alrededor de la mitad del mercado aéreo nacional, presta un servicio público esencial y será clave para la reactivación y la competitividad frente a otras naciones.Sin embargo, el mismo Efromovich calificó de “imposible” que Avianca sea vinculada al proceso en Brasil. Lo dijo en una rueda de prensa con medios colombianos en la que ratificó su idea de participar como inversionista en este proceso de levantamiento de capital que realiza Avianca. “Nada me va a impedir que yo siga haciendo lo que debo hacer. Quiero volver a Avianca y estoy buscando participar en su capitalización”. Algo que muchos consideran muy complicado, pues Efromovich salió de la compañía porque estaba muy endeudado y “se había quedado sin combustible”. Por lo que observan, lo único claro que deja este proceso es que será cada vez más difícil que Efromovich recupere el control de Avianca.