Durante la Conferencia Latinoamericana y del Caribe sobre Drogas, el ministro de Justicia, Néstor Osuna, se refirió a la nueva política antidrogas que será dada a conocer oficialmente por el presidente de la República Gustavo Petro este fin de semana. En primer lugar, el ministro señaló que esta política cambiará el enfoque punitivo y le dará oxigeno a los campesinos cultivadores de hoja de coca, brindándoles la posibilidad de transitar hacia economías lícitas.
“La política de drogas Busca priorizar, enfocar ese esfuerzo punitivo en aquello que realmente le hace daño a la sociedad colombiana que son las mafias del narcotráfico, las grandes cantidades de dinero que hay detrás de esas economías ilegales”, dijo.
“Lo que vamos a hacer es priorizar ese enfoque punitivo en la lucha contra la cocaína, no contra la hoja de coca, no contra el campesino pobre que no ha tenido una alternativa distinta a cultivar hola de coca, a ellos lo que el Estado les va a ofrecer es oxígeno”, agregó.
En ese sentido, el ministro explicó que la política antidrogas irá de la mano con la ley de la denominada ‘paz total’, la cual es una de las principales banderas del actual Gobierno.
“Esto está articulado con la ‘paz total’, por supuesto, porque quienes financian las guerras son las economías ilícitas, el músculo financiero de nuestros conflictos armados ha estado en las rentas de la cocaína, en la minería ilegal también, en el oro, pero en general en las economías ilegales. Sería totalmente ingenuo decirle a una comunidad que está en algún municipio intensamente afectada por actores violentos que simplemente transite hacia un cultivo diferente. Lo primero que tiene que hacer el Estado es llevar seguridad humana, tranquilidad paz y después sí podemos entrar a proponer ese tránsito hacia economías legales”, dijo.
El ministro explicó que a las regiones primero deberá llegar la fuerza pública para garantizar seguridad, luego oferta institucional y que solo así se podrá dar el paso y el acompañamiento para que las comunidades campesinas transiten hacia las economías legales.
“Es garrote y zanahoria, el garrote de las fuerzas militares entrando a controlar el territorio y la zanahoria de la propuesta de una paz total pactada. Yo creo que nunca un gobierno había sido tan ambicioso en ofrecerle a estructuras criminales de alto impacto la posibilidad de un desmonte pacifico con sometimiento a la justicia. Eso nos ha dado muchas dificultades políticas, pero creo que vale la pena. Si eso no se logra, pues la mano dura de la fuerza armada está”, dijo.
Concretamente, el Ministro señaló que el tránsito de los campesinos hacia economías legales se puede dar incluso a partir del uso lícito de la misma hoja de coca, así como con sustitución de cultivos, pago por servicios ambientales y predios de reforma agraria, entre otras alternativas.
“Ya todos hemos visto fertilizantes, alimentos, cosméticos, textiles, hechos de hoja de coca, es una posibilidad. O si la zona es propicia para otras actividades que sean económicamente sostenibles, que sean ambientalmente sostenibles, también se puede ofrecer ese tránsito”, aseguró el ministro Osuna.
Osuna también explicó que la nueva política antidrogas está diseñada para los próximos 10 años, porque así quedó establecido en el Plan Nacional de Desarrollo. Sin embargo dijo que en los tres años que quedan de este gobierno se podrá hacer el tránsito a economías legales a 50 mil familias campesinas, de las cerca de 115 mil que viven del cultivo de hoja de coca.
“Llegar a 50 mil de 115 mil es solucionar casi el 40 por ciento del problema en 10 años. Podemos además reducir el problema de la oferta de cocaína al final de los tres años de gobierno que nos queda en al rededor del 40 por ciento. Si se están produciendo hoy en día 1.700 toneladas al año de cocaína en Colombia, dentro de tres años se estén produciendo al rededor de 900″, aseguró el funcionario.
El ministro aseguró que actualmente existe lo que llamó “una ventana de oportunidad” que surge con la caída del precio de la pasta de coca debido a factores como la entrada al mercado de las drogas sintéticas, lo que, según indicó, incentiva a algunos a transitar a otras economías.
“Finalmente, los campesinos cocaleros lo que quieren es sobrevivir y ojalá vivir bien, no es que tengan una pasión por cultivar hoja de coca, si alguna actividad les produce mejor remuneración, les da un mejor proyecto de vida, van a transitar, lo mismo que hace cualquier campesino, cualquier cultivador, cualquier comerciante”, puntualizó.
Nueva política antidrogas frente a los consumidores
Así como la nueva política antidrogas no perseguirá punitivamente a los campesinos cultivadores de hoja de coca, tampoco lo hará con los consumidores de sustancias psicoactivas.
El ministro explicó que en los casos de aquellas personas que tienen consumo no problemático de sustancias psicoactivas, se garantizará el libre desarrollo de la personalidad y que para el caso de las personas que tienen consumo problemático, es decir, que afecta su salud y a su entorno, se tendrá un enfoque de salud pública que puede incluir, en algunos casos, el suministro controlado y vigilado de estupefacientes.
El alto funcionario señaló que la sustancia psicoactiva que más se usa es el alcohol y que la historia ha demostrado que la política prohibicionista y punitiva frente al consumo no ha tenido resultados, por lo que deberá avanzarse paulatinamente en nuevos tipos de lucha contra las drogas.
El ministro también señaló que sería “iluso” pensar que se dejará de producir sustancias psicoactivas, pero que lo que se busca es atacar a quienes financian la violencia a través de este tipo de sustancias.
“La humanidad ha usado sustancias psicoactivas desde que existe la humanidad y hay testimonio escrito desde textos religiosos que muchos consideran sagrados, que tienen miles de años y va a seguir ocurriendo”, dijo.