El Clan del Golfo, con su denominado Plan Pistola en el que se ofrecen recompensas a los delincuentes por asesinar policías en las diferentes regiones del país, continúa en su arremetida contra la fuerza pública y realizando cada vez más atentados que cobran vidas de los uniformados. En esta ocasión el hecho ocurrió en el municipio antioqueño de Yarumal.
Allí dos uniformados, mientras hacían patrullaje, fueron atacados por miembros de esta organización delincuencial, quitándole la vida al subintendente Sergio Yepes Páez y dejando gravemente herida a la patrullera Luisa Fernanda Zuleta, quien fue trasladada en helicóptero a la ciudad de Medellín para ser atendida de manera inmediata y poder salvarle la vida.
La comunidad avisó a las autoridades sobre el ataque y rápidamente la fuerza pública junto con equipos de emergencia llegaron al lugar para atender la situación.
El director de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas Valencia, se refirió al cruel ataque y el fallecimiento del subintendente mientras cumplía con su deber. “Nuestro héroe del cuadrante, el subintendente Sergio Yepes Páez murió en cumplimiento de su deber mientras brindaba seguridad a los yarumaleños en Antioquia. Mis condolencias y total acompañamiento a su familia”, se lee en su perfil oficial de Twitter.
El comandante de la región de Policía 6, brigadier general Gustavo Franco Gómez, anunció una recompensa por la captura de quienes ejecutaron este atentado contra los uniformados. “Ofrecemos una recompensa de hasta 50 millones de pesos para quien suministre información que permita la captura de estos delincuentes, que han afectado la vida y la integridad de nuestros patrulleros”, aseguró a medios de comunicación.
Por su parte, el ministro de Defensa, Diego Molano, también se refirió a lo sucedido en Yarumal y mostró su indignación por el Plan Pistola. “Esperamos capturar y judicializar a los responsables de estos hechos. No puede ser que estos grupos pongan precio a la vida de nuestros héroes, de entre 5 y 20 millones”, dijo el jefe de esta cartera.
32 policías han sido asesinados este año, la mayoría en Antioquia; ni en su casa están a salvo
La escalada violenta contra policías en Colombia durante este 2022 es alarmante. Con corte al 21 de julio, la lista de uniformados asesinados era de 32 y 68 heridos. Hace un año, en ese mismo periodo, los muertos eran 24. Sin duda, el país asiste a una matanza sistemática de la que aún no hay reproche generalizado, más allá de los pronunciamientos del ministro de Defensa y los altos mandos militares.
Las cifras, siempre crudas e inhumanas, muestran que, de los 32 asesinatos, siete se registraron en Antioquia, departamento que pasó de ser uno de los más tranquilos al más peligroso para miembros de la fuerza pública. Un salto que tiene a un único responsable: el plan pistola declarado por los criminales del Clan del Golfo para presionar una posible negociación con el Gobierno nacional.
La matanza contra policías en Antioquia se inició el 9 de mayo durante el paro armado de esa estructura criminal. Al patrullero Fernando Murcia Giraldo le dispararon con un fusil mientras custodiaba una caravana de transporte de carga hacia el Urabá. El ataque se registró en el municipio de Cañasgordas, y también murió el soldado Josué David Gómez. Sus cuerpos quedaron tendidos en una vía terciaria.
La violencia de los grupos al margen de la ley siempre estuvo presente en la vida del patrullero Murcia. A muy temprana edad, cuando apenas era un bebé de 11 meses, la extinta guerrilla de las Farc asesinó a sus papás, hermanos y tíos, en una de las masacres más terribles ejecutadas por ese grupo contra civiles en Florencia, Caquetá.
Reinaldo Carvajal Lozada, padre adoptivo, comentó con medios regionales que su hijo siempre cargó con esa pesada cruz. Quizá, esa fue una de las razones que lo llevaron a ser policía. En la lista de uniformados asesinados, el patrullero Murcia aparece en el lugar 17.
Los otros departamentos con patrulleros asesinados son Meta, con dos casos; Caquetá, dos; Chocó, dos; Santander, uno; Norte de Santander, cinco; Cauca, dos; Bolívar, dos; Arauca, Cesar, Sucre, Nariño y Córdoba, un caso.