Ocho días después del rescate de los niños indígenas perdidos en las selvas del Guaviare, los médicos del Hospital Militar entregaron un nuevo parte sobre su estado de salud, que consideraron de “mejoría progresiva” principalmente en temas de nutrición, aunque advierten de otras condiciones de cuidado en escenarios respiratorios.
Advirtieron desde el Hospital Militar que continúan haciendo unas labores de verificación en lo que tiene que ver con infecciones, lo que ha permitido una evolución en su estado de salud, pero es necesario avanzar en la identificación de otros problemas principalmente infecciosos, dada la condición nutricional en la que fueron encontrados los menores.
“La Dirección General del Hospital Militar Central se permite actualizar la información sobre el estado de salud de los niños en las más recientes 48 horas. Actualmente, los pacientes continúan en tratamiento médico de cada uno de sus cuadros infecciosos actuales, su evolución ha sido estable y se siguen implementando mecanismos de búsqueda de patologías infecciosas crónicas dado el sitio de procedencia y el estado nutricional e inmunológico”, dijo el Hospital a través de un comunicado de prensa.
Aunque hay una evidente recuperación en su estado de salud y la condición nutricional, los médicos del Hospital Militar consideran que es necesario mantener a los menores en una situación de aislamiento respiratorio, pues el riesgo de contaminación es latente, de ahí la importancia de continuar en el trabajo nutricional de los niños.
“Se considera que se ha logrado una recuperación nutricional progresiva con ganancia ponderal en metas. Se requiere mantener el aislamiento respiratorio y de contacto por el alto riesgo secundario a su situación nutricional de base, la cual condiciona su respuesta inmunológica. Se brinda continuidad en el seguimiento multidisciplinario por parte de las especialidades del servicio”, explicaron los médicos que trabajan en la recuperación de los niños.
Los médicos y directivos del Hospital Militar encuentran con beneplácito la mejoría progresiva de los niños durante su permanencia en este centro asistencial, de ahí que insisten en la importancia de apoyar el trabajo de los médicos y los funcionarios del hospital.
“Para el Hospital Militar Central es satisfactorio poder brindar este parte de tranquilidad sobre la mejoría progresiva que han presentado los niños. Agradecemos profundamente el respaldo y soporte que hemos recibido desde las diferentes instituciones comprometidas con la recuperación de la salud física y mental de los niños”, dijeron los médicos.
Denuncias en medio del rescate
De acuerdo con las declaraciones que han ido entregando los familiares de los niños a los medios de comunicación, ha quedado sobre la mesa que no hay una buena relación entre la familia de Magdalena Mucutuy, mamá de los sobrevivientes, con Manuel Ranoque, papá biológico del niño y la bebé de un año y padrastro de las dos niñas mayores.
La familia de Mucutuy aseguró que Ranoque había sido denunciado supuestamente por presuntamente haber tratado de abusar de una de las niñas y también que ejercía violencia intrafamiliar contra Magdalena.
Sobre las graves acusaciones, Ranoque se defendió e indicó que desde hace seis años vivía con los niños y con Magdalena. “Las dos niñas mayores las tengo como mis hijas, les he brindado estudio y comida (...) esto es una pelea económica de familias”.
Respecto a la violencia intrafamiliar, manifestó que “los problemas de hogares, los problemas familiares, eso es entre marido y mujer, eso no es un chisme para el mundo”. Reconoció que verbalmente y físicamente sí agredió a Magdalena, “físicamente muy poco, porque nosotros teníamos más problemas de palabra”.
Frente al supuesto abuso, dijo que la niña implicada, según él, ya dijo que era falso. “Me han tratado de violador y la niña les ha cerrado la boca diciéndoles que yo soy su papá y aclaró eso”, señaló Ranoque,
De acuerdo con Manuel Ranoque, el Estado no le ha permitido ver a las dos niñas mayores, que son sus hijastras, mientras que con sus hijos biológicos sí ha podido tener contacto en el Hospital Militar. “No han entendido que vengo de buscarlos desde hace 40 días y eso me tiene muy preocupado”, manifestó.
Grave denuncia: disidencias de las Farc, que buscan la ‘paz total’, iban a reclutar a los niños perdidos en la selva
Una grave denuncia hizo el papá de los cuatro menores de edad indígenas que sobrevivieron al accidente aéreo del pasado 1.° de mayo en el Caquetá. Según él, las disidencias de las Farc que delinquen en la zona se querían llevar a la fuerza a sus hijos para reclutarlos.
Explicó que por hacer esta denuncia, las disidencias de la estructura Carolina Ramírez, bajo el mando del mafioso Iván Mordisco, lo amenazaron de muerte. Señaló que por esta situación él se fue a buscar una zona segura y luego fue que le dijo a su esposa, Magdalena Mucutuy, que tomara el vuelo con las tres niñas y el niño el pasado 1.° de mayo.
Estremecedor: mamá de los hermanos perdidos en la selva estuvo viva durante cuatro días. “Váyanse, que su papá los va a rescatar”, sus palabras antes de morir
“La mamá estuvo cuatro días viva. Entonces, antes de morir, les dice: váyanse y ustedes van a mirar quién es su papá”, dijo Manuel Ranoque, papá de los cuatro niños sobrevivientes en el Caquetá y que fueron encontrados por los militares.
“No es tan fácil preguntarles, porque los niños llevan 40 días que no han comido bien, no han podido dormir bien, entonces no he tenido la oportunidad de sacar información. De mi parte, espero que los niños se recuperen bien”, señaló.
Sobre haber encontrado a sus hijos con vida dijo: “Esto es un milagro de Dios. Para nosotros, esta es una prueba que me está haciendo Dios, que tanta fe (tengo) en él y yo lo he demostrado con mis propias palabras”.
“Ellos mismos darán sus declaraciones. Ella (Lesly) lo único que me aclara es que la mamá estuvo cuatro días viva, entonces antes de morir les dice, tal vez: váyanse y ustedes van a mirar quién es su papá y su amor de papá”, señaló Ranoque.
Así mismo, el papá de los niños se refirió a cómo el presidente Petro está presentando el caso de sus hijos. “Estoy totalmente en desacuerdo con eso. ¿Cómo que van a coger a mis hijos como objetos de burla?, si yo que soy el papá, no estoy haciendo eso para que otras personas estén totalmente bien aquí comiendo y durmiendo bien, se van allá, los dejan ingresar, sacan fotos de mis hijos, los riegan en las redes sociales. Eso es injusto y espero que Dios los perdone”.
Lesly, Soleiny, Tien y Cristin no solamente son unos menores sobrevivientes de un accidente aéreo, son unos guerreros de la vida que se estaban escapando de la incesante violencia del país. La guerra los obligó a dejar su adorada tierra y, en condición de desplazados, ese camino casi lo lleva a la muerte.
Encontrar a los cuatro menores de edad desaparecidos en las selvas del Caquetá era una misión imposible, por eso mismo la misión militar se denominó “Esperanza”, por la remota posibilidad de encontrarlos con vida. Un anhelo que parecía esfumarse con el pasar de cada uno de los cuarenta días que duró la búsqueda.
Pero la consigna de las Fuerzas Militares era una sola: traer de regreso y con vida a Lesly Jacobombaire Mucutuy, de 13 años; Soleiny Jacobombaire Mucutuy, de 9 años; Tien Noriel Ronoque Mucutuy, de 4 años, y a la bebé de 12 meses, Cristin Neriman Ranoque Mucutuy.
Los cuatro menores de edad y su mamá, Magdalena Mucutuy Valencia (fallecida en el accidente), hacen parte de la comunidad indígena Muinane, de Puerto Sábalo, población que se encuentra escondida en el sur del país, en medio de la manigua, entre los departamentos de Amazonas y Caquetá, por donde cruza el río Cahuinarí y adonde solo se puede llegar por los serpenteantes ríos o por aire.
Estas comunidades indígenas han sido, a lo largo del tiempo, víctimas de la violencia. Hasta esos remotos territorios solo llegan los ilegales, bien sea para tumbar la selva y reemplazarla por los cultivos de uso ilícito, o deforestándola para correr la frontera agrícola. Por eso las comunidades han sufrido desplazamientos o han sido prácticamente exterminadas por actores criminales.
Su supervivencia es originaria de la caza, la pesca y la recolección de alimentos en la selva, tradiciones que les enseñan desde tempranas edades y que fueron muy bien emprendidas por los niños Mucutuy, quienes lograron sobrevivir en la espesa jungla bajo condiciones que nadie hubiera soportado por 40 días.
Hoy muchos se preguntan: ¿qué hacían los Mucutuy a bordo de una avioneta, si su entorno natural es la selva?
Manuel Ronoque, papá de los niños, y quien es gobernador de la comunidad uitoto Los Monos, de Puerto Sábalo, indicó que tuvo que abandonar su comunidad y huir a raíz de unas amenazas contra su vida y la de su familia por parte de grupos ilegales armados.
Por eso decidió emprender el viaje. Su idea era ubicarse y luego enviar por su familia. Un mes antes del accidente, Ranoque se fue con la promesa de volverse a unir con sus seres amados. Pasando trabajos y necesidades logró su propósito, un sitio temporal para establecerse con su familia y por eso les pidió que subieran, el pasado primero de mayo, a la avioneta que luego se accidentó, sin saber que vendría la tragedia y el milagro.
La aeronave despegó desde la región de Araracuara y tenía como destino San José del Guaviare, en donde Ranoque tenía planeado recibirlos para luego emprender camino hacia Villavicencio, o llegar a la capital del país a buscar ayuda gubernamental.