En los últimos meses se ha vivido una fuerte tensión en los cultivos de caña ubicados en el norte del Cauca, donde organizaciones indígenas han entrado a invadir. Incluso, en las últimas horas se presentó el más reciente caso, en el que se registró un fuerte enfrentamiento entre trabajadores afros e indígenas que llegaron a ocupar predios de manera ilegal en el Alto del Palo (Cauca).
En videos que empezaron a circular rápidamente en redes sociales, se puede ver la confrontación en la que personas encapuchadas lanzan objetos contundentes. Incluso, en uno de ellos, una mujer afro denuncia haber sido herida con una papa bomba, de esa manera una de sus piernas quedó lastimada. En otra grabación, se escucha a una persona indicar que los indígenas llegaron a destruir casas de esa población.
“Nos están dañando las carpas de la comunidad, tienen caucheras, papas bomba y gas pimienta. Están dañando las tejas de las casas. Nos están dañando el parque del Alto del Palo. Están correteando a los hombres de nuestra comunidad. Por favor, Gobierno haga algo por nosotros”, dice una mujer en otro clip.
Después de esta tensa situación, se conoció que las Autoridades del orden Municipal en compañía de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Defensoría del Pueblo y funcionarios de la Gobernación del Cauca, hicieron presencial en El Alto Del Palo, para mediar y buscar alternativas de solución a la problemática que se está presentando entre las comunidades.
Se conoció que se llegó a un consenso para cesar toda vía de hecho y se continúa solucionando mediante el diálogo.
“Desde el primer momento la Administración Municipal y Personería han venido participando de las mesas de negociación entre las partes y reclamando la presencia del Gobierno Nacional para la búsqueda de una solución definitiva que conlleve a restablecer la armonía y tranquilidad de la ciudadanía. Reiteramos nuestro llamado al Gobierno Nacional para que tome cartas en este asunto que enfrentan a nuestras comunidades”, manifestaron en la reunión.
Medios locales aseguran que esto es parte del conflicto social que se vive en el departamento hace varios años, puesto que los indígenas reclaman que ellos son propietarios milenarios y ancestrales de todos los predios donde se cultiva caña; incluso, esta situación se habría intensificado más con la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia de Colombia.
“Hay confrontaciones entre trabajadores de fincas cañeras y algunos integrantes de las comunidades afro e indígenas, ya que ellos denuncian que fueron expulsados de las fincas por quienes adelantan el denominado proceso de Liberación de la Madre Tierra. Ellos se cansaron de esa situación y dicen que van a enfrentar a los comuneros porque les están vulnerando su derecho al trabajo”, informó un medio de la región caucana.
Aunque este conflicto social está mediado por el gremio de los ingenios azucareros, desde finales del mes de julio se vienen presentando estas confrontaciones. Solamente, el pasado 20 de agosto, se conoció un video que disparó las alarmas en las comunidades afrodescendientes del norte del Cauca.
En la pieza audiovisual que dura 90 segundos, que se viralizó rápidamente, hay un grupo de indígenas que acorrala a trabajadores afros de ingenios cañeros, los atacan con artefactos explosivos caseros de baja intensidad y hasta con armas de fuego, según el relato de quien graba: “Le dieron a uno”, dice. Posteriormente, se ve a varias personas sostener el cuerpo de un herido.
Ese hecho, registrado la semana pasada en unos predios de Guachené, norte del Cauca, no pasó desapercibido entre la comunidad afrodescendiente, que por más de 200 años ha ocupado esos terrenos. Los ánimos se exacerbaron tanto que en varios sectores ya se habla de una “respuesta a los indígenas porque no nos vamos a dejar”.
La situación escaló a tal grado que la comunidad afro se ha organizado en grupos de choque –con vigilancia permanente– para repeler los intentos de invasión de los colectivos indígenas. “Ya sabemos cómo actúan: primero mandan a unos poquitos encapuchados y luego llegan en manada lanzando gas lacrimógeno y hasta bala”, dice uno de los líderes afros consultados por SEMANA.
En menos de un mes, los indígenas invadieron más de diez grandes predios cañeros. El último fue la Hacienda Japio, en zona rural de Santander de Quilichao. “La gente está dispuesta a hacerse matar por defender sus terrenos. Ellos nos quitan la tierra, el trabajo, porque sin ingenios qué vamos a hacer, de qué vamos a vivir, nos quieren quitar todo. Y para ellos es algo más, porque no necesitan trabajar, ya que tienen enormes ayudas del Estado, pero nosotros no”, dice otro de los líderes, que por amenazas en su contra pide omitir su identidad.