Después de siete meses finalizaron sin éxito los operativos de búsqueda para ubicar a la pequeña Sara Sofía Galván, en el río Tunjuelito. Pese a lo dicho en diferentes diligencias por Nilson Díaz, pareja de la mamá de la menor por esos días, los voluntarios de la Defensa Civil, los Bomberos y la Policía no encontraron ningún rastro del paradero de la menor de edad, quien desapareció desde el pasado 15 de enero.

Díaz les aseguró a los investigadores de la Fiscalía General y a la Policía Nacional que él había arrojado el cuerpo de la niña de dos años al río, dando incluso datos sobre el punto donde botó la bolsa que contenía el cuerpo sin vida de la menor. Pese a esto, y tras hacer diferentes barridos y búsquedas, no se pudo hallar ningún rastro de Sara Sofía.

Debido a esto, la Fiscalía General sigue manejando el caso como una desaparición forzada. A finales del mes de mayo el ente investigador descartó la hipótesis de que la menor hubiese sido vendida por parte de su madre, Carolina Galván a una red de trata de personas. Esto tras recolectar diferentes pruebas documentales y testimoniales.

Luego de mucho insistir aseguró que la niña había fallecido. Sin embargo, ella no creyó esta versión y convocó a un grupo de amigos y familiares para que empezaran la búsqueda. Las autoridades, pocos meses después, iniciaron un complejo operativo en cercanías al río Tunjuelito en las localidades de Sumapaz, Usme, Ciudad Bolívar, Kennedy y Bosa.

“Vemos muy pocas probabilidades de hallar a la niña con vida y muy pocas probabilidades de encontrar su cuerpo y darle una cristiana sepultura”, le manifestó a Noticias RCN, Olmer Sepúlveda, integrante de la Fundación Siempre Los Niños, que ha acompañado el proceso de búsqueda.

Resaltó que en el operativo de búsqueda se presentaron varias fallas: “Faltó la maquinaria pesada, una draga para remover las raíces de varios árboles que se habían caído por el fuerte invierno den Bogotá”.

El proceso penal

La Fiscalía General le imputó los delitos de desaparición forzada agravada a Nilson Díaz y Carolina Galván. Esto después que ellos incluso reconocieran que la menor había fallecido en febrero y habían arrojado el cuerpo sin vida al río.

Sin embargo, debido a que el cuerpo no ha podido ser hallado, el caso no se puede evaluar como un homicidio. Galván y Díaz se encuentran actualmente privados de su libertad en cárceles de máxima seguridad de Bogotá esperando que sean llamados a juicio por parte de la Fiscalía General.

Pese a reconocer su responsabilidad en las indagatorias, los dos procesados se han declarado inocentes de los hechos imputados por la Fiscalía General.

A comienzos de agosto un juez especializado de Bogotá ordenó anular todo lo adelantado en este proceso al considerar que se había presentado una vulneración a los derechos procesales y de defensa. Debido a esto ordenó su libertad inmediata.

Pocos días después fueron recapturados y presentados nuevamente ante un juez para imputarles la desaparición forzada. Después de conocer que tenía que volver a una cárcel, Carolina Galván intentó lanzarse desde un quinto piso.